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lunes, 19 de diciembre de 2016

Monasterio de San Bernardo.


Vista de las Bernardas, desde la Alhambra.

El origen de este Monasterio lo encontramos en el año 1683, en el Carmen de los Mártires había dos beaterios carmelitanos que dependían del convento de los Mártires, al amparo de San Juan de la Cruz, por un lado el de Madres Potenciadas, fundado por la granadina Potenciana de Jesús, y por otro lado el de las “Melchoras” de san José, fundado en el siglo XVI, por Melchora de los Reyes y Beatriz de la Encarnación. Se dedicaban a la educación de jóvenes vinculadas a la nobleza, con el tiempo perdieron fuerza y se fusionaron en uno sólo.

El artífice de la creación del Monasterio fue el Arzobispo de Granada, Francisco de Rois y Mendoza, que no pudo ver efectuado su sueño al fallecer en el año 1673. Su sueño era que las Potencianas se acogieran a la orden de la regla de San Bernardo, unida al Monasterio de las Huelgas en Burgos, a través de la Orden Cisterciense de la Estrecha Observancia. (Trapenses). 

El convento en la Carrera del Darro.


En un primer momento el convento estuvo en la Cuesta de Gomérez, concretamente en la casa que acoge la Capilla de San Onofre, y de la que ya hemos hablado en este blog.



El 8 de Noviembre de 1682, gracias a la donación de Dña. Mariana de la Torre Esparza, junto a su Hermana Isabel de la Torre Esparza, hicieron posible el proyecto a cambio de ser admitidas como monjas en dicho convento. El Arzobispo de Granada Alonso Bernardo de los Ríos y Guzmán, pidió al de Málaga Alonso de Santo Tomas, que trajera por un tiempo a tres de hermanas del Císter de esa ciudad. Dos de las que vinieron eran hijas del escultor Pedro de Mena. 

Detalle de la Portada de la Iglesia con la fecha de 1682.


En 1695 se trasladaron a su actual ubicación en la propiedad de Dña. Mariana de la Torre Esparza, la casa en la Carrera del Darro. Adaptando la casa a la vida de un monasterio y añadiéndole un templo para el culto que se consagró a la figura de San Idelfonso.

ACTUALIZACION FEBRERO 2021

Llegados a este punto, se nos hace necesario hacer una actualización de la entrada. El Monasterio subsistía en el año 2016 con unas pocas hermanas, todas ellas de muy avanzada edad, y con las dificultades que entraña la vida en un edificio como este. Finalmente se fueron al Monasterio que la orden tiene en Burgos, y tras muchos rumores que corrían por la ciudad de Granada, sobre el futuro del Monasterio incluido el de convertirlo en Hotel, finalmente la Orden decidió que siguiera como Monasterio y se lo ha cedido a una asociación Arconditus para que acondicione el Monasterio para la visita, así como para la organización de exposiciones, eventos y actos culturales acordes al lugar y a la ideología cisterciense. 
Labor que llevan con esmero y éxito fruto de la cual, hemos podido realizar una visita más amplia al Monasterio y que resumidamente relatamos a continuación. 

La visita al Monasterio de San Bernardo empieza por el Zaguán, al cual se accede desde el número 2 de la calle Gloria, en el lateral del Monasterio, el lugar dónde se encuentra el torno para comprar los típicos dulces, de momento el torno y la venta de dulces sólo funciona en época navideña. 

Zaguán de entrada. 

Torno. 



De aquí pasamos a la antigua Sacristía, tal y como hemos relatado, nos llama la atención ver el estilo y la mano de los arquitectos municipales del siglo XIX, obviamente no es una Sacristía al uso, le faltan unas buenas cajoneras, fruto del expolio y saqueo sufrido por el Monasterio principalmente en los últimos años del siglo XX y comienzos del XXI. Sin embargo si encontramos ciertos elementos de gran valor. 

Vista parcial de la Sacristía



Llama la atención una serie de cuadros realizados en taller por el Pintor Diego Arroyo, dónde encontramos una serie de retratos de monjas Santa Escolástica, Santa Veravia Hispalense, Santa Laura de Córdoba, Santa Gracia y Santa María de Almanzor, Santa Humbelina y Beatriz de Silva, en la visita guiada que se hace al Monasterio nos irán explicando la razón de cada uno de estos retratos. Cabe destacar que el último retrato de Beatriz de Silva se le atribuye a Anastasio Bocanegra. 





Encontramos de igual manera un Ecce Homo que es casi seguro que pertenece a la escuela de Pedro de Mena, y que no sería nada descartable que fuera obra de una de sus hijas. Hay una bella Inmaculada de Agustín Begamoreno. Y nos llama la atención un precioso relicario con reliquias de 365 santos. O una Santa Teresa de Jesús, que si bien es de la orden de los Carmelitas, no podemos olvidar tal y como hemos expuesto al principio el origen en unos beaterios carmelitas de la orden. 

Ecce Homo

Relicario

Santa Teresa de Jesús



La siguiente sala a la que accedemos es a la Sacristía Nueva, vacía y desprovista de elementos de valor, salvo dos grandes armarios del siglo XIX. 


Armarios del XIX



A continuación pasamos al Claustro, uno de los lugares que más gustan cuando se visita un convento de clausura. En este caso, es un patio cuadrado con cuatro galería sujetas con grandes columnas de piedra de Sierra Elvira, y en el centro destaca una preciosa fuente del mismo material. El suelo es de típico empedrado granadino. En uno de los laterales encontramos el escudo del Monasterio. 


Fuente

Vista parcial claustro

Empedrado granadino

Escudo



Pero si algo hay en este claustro que sobresale por encima de todo es la escalera imperial, entendemos que si bien había una escalera solemne en la construcción del Monasterio, esta se acabó de finalizar en el siglo XIX. Tiene una espectacular cúpula, está decorada con pinturas, y nos recibe una Dolorosa en el paso intermedio al piso superior donde se encontraba el despacho de la Abadesa. 


Escalera Imperial

Cupula



Antes de pasar a la Sala Capitular, vemos un cuadro de San Onofre, lo cual no es casualidad, pues igualmente comentado al principio de esta entrada, el Monasterio estuvo durante sus primeros años de funcionamiento en la cuesta de Gomérez, en el lugar que ocupa la Capilla de San Onofre. 


San Onofre



En la Sala Capitular, encontramos un retrato de San Bernardo de Claravat, cabeza visible de la Orden, en un cuadro donde bebe la leche que sale del seno de la Virgen. Igualmente nos llaman especialmente la atención dos cuadros, uno de gran envergadura, aunque muy necesitado de una restauración, que viene como a significar la transformación grecorromana al cristianismo, y que según algunos se le podría atribuir a Juan de Sevilla. 
La otra obra no se sabe la autoría, pero por el retablo en el que se encuentra, y su técnica pudo pertenecer a un afamado pintor Italiano. 







La visita prosigue por el Coro Alto, que fue realizado en el año 1957 por ilustres familias de Granada, cuyos nombres están grabados en cada uno de los asientos que sufragaron. Previamente en el Antecoro hemos visto el Fuello del órgano y unos lienzos de Santa Bárbara y San Juan Bautista. 





La visita sigue por dos pequeños patios, que nos enseñan que el Monasterio parte de unas casas que hubo en la Carrera del Darro, pues la extraña arquitectura, con unos pequeños patios antes que el Claustro así lo insinúan, igualmente el impresionante pilar que hay en uno de esos patios no obedece a un pilar de una orden religiosa, sino más bien a un pilar de una afamada y adinerada familia del siglo XVII en Granada. 






Casi para finalizar pasamos al Coro Bajo, este espacio se ve tanto en la visita guiada, como si entramos por libre a la Iglesia, pues es el lugar dónde se pueden ver las exposiciones que se van organizando. En ella destacamos tres niños Jesús, uno de José Risueño y otros dos que también se le atribuyen a las hijas de Pedro de Mena, algo lógico, si consideramos que las Monjas veían a los niños Jesús, como si fueran sus hijos. 






De aquí pasamos por último a la Iglesia. Está cubierta por una cúpula semiesférica, y sacristía. A ambos lados del templo cinco altares rematados por pinturas de motivos religiosos.


Imagen interior del Templo.


El Altar de San Miguel, imagen barroca del siglo XVII, representa al arcángel Miguel derrotando al Demonio. 


San Miguel.


El siguiente altar la imagen del Sagrado Corazón de Jesús. 

Sagrado Corazón de Jesús.


Enfrente el altar de la Virgen con el niño, una imagen que seguramente proviene del convento de Belén. 

Virgen con el Niño.


A continuación la imagen del Nazareno de Pedro de Mena, del siglo XVI. 


Nazareno de Pedro de Mena.


Y junto al altar San José con el Niño, talla del siglo XVIII de escuela granadina. 


San José con el Niño.


En la Capilla mayor, destacan las imágenes de San Bernardo y San Benito de Pedro de Mena donadas por este autor al convento, y el centro la Virgen atribuida a Diego de Mora. Se comenta que puede ser la Virgen que donó San Juan de la Cruz a las Madres Potencianas. Si observamos de cerca la talla, podemos ver que tiene grabado el escudo carmelita. 


San Bernardo.

San Benito.

Virgen.


Podemos destacar de igual forma el altar, con varios símbolos religiosos y litúrgicos, y que nos evocan al os que podemos encontrar en la Iglesia de San Idelfonso o la Cartuja. 


Detalle del Altar.


El resto de elementos de interés dentro de la Iglesia son pinturas de la Virgen y el Niño, o la aparición de la Virgen a San Bernardo. 


Pinturas.

La Virgen de la Capilla Mayor.


Igualmente destacable es su órgano construido en el año 1835 por Miguel González Aurioles.


Órgano del año 1835.

Cúpula de la Capilla.




Interior del Coro Bajo.



Y aquí termina este paseo por uno de esos lugares menos conocidos y con encanto de Granada, como buen granadino que soy, y sabiendo lo que ocurre en esta ciudad, mi consejo es que ahora que se puede hay que visitarlo, porque no sabemos que ocurrirá mañana y quizás sea tarde. 

DATOS DE INTERÉS:

PRECIO: Sólo se pude un donativo para sostener los gastos propios del Monasterio. 
HORARIO: Sábados y Domingos de 12:00 a 14:00 y de 17:00 a 19:00, a la hora indicada hay que estar en el Zaguán y tocar al timbre. Fuera de este horario y para grupos se puede concertar visita en los siguientes teléfonos: 675457934/629763019
VISITA PARA GRANADINOS: Obviamente un imprescindible dentro de los Conventos de la Ciudad, que cada día y poco a poco, van abriendo sus puertas a la visita al público, al menos en lo referente al templo y alguna que otra dependencia.
COMO LLEGAR: Está en la Carrera del Darro, antes de llegar al Paseo de los Tristes, lo mejor es ir andando desde cualquier punto del centro dando un buen paseo. Se puede ir en Taxi, o en autobús público, el que sube al Albaicín y al Sacromonte. En coche privado no es posible, pues el tráfico está restringido.



Vista de las Terrazas del Convento desde la Alhambra.