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viernes, 26 de enero de 2018

Personajes Granadinos: Padre Piquiñote.


Expulsión de los Moriscos de Granada. 


Hoy vengo a hablaros de un curioso personaje que hubo en Granada, y que fue recordado porque durante siglos, su cabeza, y escribo bien su cabeza estuvo expuesta sobre una columna a orillas del río Genil, pero no empecemos la historia por el final, y vayamos paso a paso para contar un poco del padre Piquiñote.

A la rendición de Granada en el año 1492 se habían firmado unas capitulaciones por las cuales se otorgaban concesiones a los musulmanes que quedaron en territorio español. El culto religioso, el uso de costumbres, lengua y vestimentas entre otros.

Sin embargo poco a poco ese ambiente de tolerancia se iba corrompiendo, creándose una tensa situación que alcanzó su cenit con la llegada del Cardenal Cisneros, el cual poco a poco fue cercenando los privilegios de los moriscos creando un ambiente hostil que reventó con la sublevación de los Moriscos en las Alpujarras de Granada.

La rebelión de los Moriscos fue un hecho acaecido en la Navidad de 1568 la primera población en levantarse fue Beznar en el Valle de Lecrín, y de ahí se extendió principalmente por la Alpujarra, donde fueron encabezadas por el nuevo rey musulmán “Aben Humeya”.

Aben- Humeya


Pero mucho antes de estos acontecimientos había sido visto en Granada un extraño individuo que inspiraba respeto al verle, vestía con un saco de jerga, con una capucha de la misma tela y ceñido por una cuerda de esparto, ayudándose en su caminar de un báculo. Era alto, delgado, macilento, de frente ancha y despejada, surcada de arrugas, de nariz aguileña, y larga barba negra hasta el pecho, mantenía sus ojos ligeramente inclinados y su boca descubría una doble hilada de blancos dientes. Nada se sabía de él, pero aunque iba vestido como un anacoreta del desierto, sus rasgos hacían pensar que en más de una ocasión había cogido la espada en noble lucha.

Vivía en una cueva en el barranco de Peña Quebrada en el Sacromonte y pedía limosna para repartirla entre los infelices ya fueran moriscos o cristianos. Así era este sujeto al que todos conocían como Padre Piquiñote.

Vista parcial del Sacromonte. 


De vez en cuando se ausentaba y al regreso de una de sus ausencias, vino escaso de limosna, las cuales repartía entre Cristianos con generosidad, mientras que a los Moriscos tan sólo alcanzaba a decirles “Dios socorrerá la mayor necesidad” y convocarlos a una extraña reunión en el Aljibe de la Lluvia.

El Aljibe de la lluvia se encuentra en lo que hoy conocemos como Llano de la Perdiz, y es una vieja estructura del sistema de canalizaciones y aguas que abastecían a las almunias que había junto a la Alhambra con el agua de la Acequia Real.

Silla del Moro. 


Llegada la noche, cientos de sombras acudían a las inmediaciones del Castillo de Santa Elena, hoy conocido como Silla del Moro a la llamada de la reunión. La rebelión estaba en marcha, una voz se alzó por encima de todas y proclamó que había llegado la hora de levantarse contra el yugo cristiano, las noticias que llegaban desde la Alpujarra y desde Almería eran alentadoras, además en África esperaban 45000 hombres para cruzar el estrecho y unirse a la lucha. Aben Humeya había sido proclamado rey con gran ceremonia en la cual se le había vestido de púrpura y puesto una corona de plata.

Mañana sería el día elegido, había que caer sobre la Chancillería, sobre el Albaicín y por último sobre la fortaleza de la Alhambra, el golpe sería mortal y una vez eliminados el Marqués de Mondéjar, Deza y Cisneros se enarbolaría el estandarte del profeta en todo lo alto de la Torre de la Vela.

Alguien preguntó ¿Y quién eres tú¿.- Tú que presagias el triunfo, que nos llamas a la batalla y a la venganza.

El aludido se acercó a una de las lámparas que había y dijo miradme bien ¿Es que no me conocéis?.
¡¡¡El Padre Piquiñote¡¡¡¡ , exclamaron todos.
Nó, Mohamad-Ben-Agib, alguacil mayor del reino , y Gobernador de Granada.

A la derecha. Cisneros


Pero algo no previsto acaeció a la mañana siguiente, un morisco pugnaba por acercarse al Marqués de Mondéjar en la plaza de los aljibes, justo cuando emprendía marcha a las Alpujarras.
El morisco contó con pelos y señales la conspiración que cernía sobre la ciudad y que empezaría esa misma noche. Como él, el Presidente y el Inquisidor eran los principales objetivos. El marqués recompensó al morisco y como nada hubiera sucedido salió por la puerta del Pescado dirección a Alhendín, pero al llegar allí paró la marcha y mandó emisario a Granada, comunicando los planes de los que había tenido conocimiento y avisando de su regreso para esa misma noche.

Así estando los moriscos aguardando la señal y hora para salir a la pelea, las calles y plazas de la ciudad de iluminaron con hogueras y luminarias, y en el aire se elevó el sonido de los atambores y trompetas que anunciaban la entrada del Marqués y de sus tropas. Poco a poco se fueron haciendo con los principales conjurados y sublevados.

El padre Piquiñote fue apresado en su cueva del Sacromonte y llevado a las cárceles de la Inquisición en la antigua Medina de Granada, junto a la calle Elvira. A la mañana siguiente cuando algunos aún creían ver ondear el estandarte musulmán en lo alto de la Torre de la Vela, vieron con asombro que aquello que había era la cabeza del Padre Piquiñote clavada en una escarpia. Posteriormente la cabeza fue llevada y expuesta junto a las las orillas del río Genil, en lo que eran las Huertas del Duque de Gor.

Foto de época de los Escolapios. Junto al río Genil. 


Sobre esas Huertas años después se levantaría lo que todos hoy en día conocemos como Los Escolapios. Hasta fines del siglo XVIII, permaneció clavada la cabeza de Piquiñote en la escarpia a en el lugar indicado junto al río Genil. Y era costumbre el peregrinar a dicho lugar a contemplar tan horroroso espectáculo.

Si puede chocar al lector encontrarse una cabeza, lo cierto es que hay fuentes escritas y más fiables, que esta historia que hoy cuento a medio camino entre la leyenda y la historia, que nos hablan de cabezas decapitadas colocadas en la Puerta de Elvira y en la Puerta Real.


La bibliografía consultada para esta entrada ha sido:

EL PADRE PIQUIÑOTE. Episodio de la rebelión de los moriscos en Granada por Luis Montes.
Paseos por Granada y sus contornos. P. ECHEVERRÍA.


miércoles, 24 de enero de 2018

El Castillejo: Los Guájares.

Vista parcial del Castillejo. 


El castillejo de los Guájares se encuentra en un cerro entre las localidades de Guájar Fondón y Guájar Faragüit, en el término municipal de los Guájares, se llega hasta él bien desde un sendero que parte desde cualquiera de los dos pueblos anteriormente mencionados corona el castillo y baja hasta el otro pueblo.

Indicación que lleva al Castillejo. 


Más que de un Castillo al uso, se trata de un poblado del siglo XIII de época Almohade, sin que se hayan encontrado restos de ocupación anteriores a esta época, como puede ser habitual en otros castillos y asentamientos de época musulmana.

Villa de Guajar-Faragüit desde el Castillejo. 


El castillo tiene unas dimensiones de 120 x 130 metros, y llegó a albergar a una población entre 200 y 300 personas.

Trama urbana y calle principal del Castillejo. 


El acceso al poblado y fortaleza, se hacía por el Oeste a través de una gran puerta en recodo que finaliza en un baluarte, tiene forma de U y una superficie de 25 metros cuadrados.

Puerta de acceso al Castillejo. 

Muro del Baluarte de Entrada. 


Una vez flanqueada hay una calle principal que atraviesa todo el poblado distribuyéndose las viviendas a ambos lados, están construidas con tapial sobre una base de mampostería. En las viviendas de la izquierda se observa la distribución con un patio central,con habitaciones a su alrededor y con probabilidad estarían coronadas por un techo de madera y cañizo y cal. La parte derecha del poblado es más escarpada por eso las viviendas en algunas ocasiones cuentan con escaleras para poder salvar ese desnivel del terreno.

Restos de viviendas. 

Restos de viviendas. 


Las viviendas eran de doble planta de hecho se conservan tramos de escaleras, las que estaban situadas en la parte NO son de tamaño más reducido, sin embargo de las de la zona SO son más amplias llegando a atener entre 70 u 80 metros cuadrados.

Vista parcial del interior del Castillejo. 


En la parte baja del pueblo por su lado Sur se encuentra el Aljibe del que se conserva parte del techo, a lo largo del terreno se han encontrado numerosos restos de cerámica y objetos de diferente valor.

Vista parcial del aljibe con parte de techumbre. 

Casas en la zona baja del poblado. 


En el exterior del poblado se conserva aún una alberca y restos de un acueducto que servía para conducir agua al interior.

Al fondo restos del acueducto. 

Se desconoce el motivo de su abandono, aunque se sabe que los moriscos lo ocuparon en el siglo XVI y lo usaron como Mezquita.

Vista desde el Castillejo del valle de entrada. Al fondo montes de Motril. 

Zona Sur del Castillejo. 


La subsistencia de este lugar se basa principalmente en la agricultura, la ganadería y el cultivo de la seda.

Guajar-Fondón desde el Castillejo. 

Otro de los misterios por descubrir de este lugar es la ubicación de su cementerio.  

Escaleras para acceder a zona superior de viviendas. 
DATOS DE INTERÉS:

PRECIO: No aplicable. Gratis. 
HORARIO: No aplicable. Al aire libre. 
VISITA PARA GRANADINOS: Ya de por sí los Guájares con una serie de pueblos poco conocidos por los granadinos, pero además su Castillejo aunque en ruinas, es de los más grandes que hay en la provincia de Granada, por lo que merece la pena, bajarse un día a estos pueblecitos y visitarlos tranquilamente. 
VISITA PARA EXTRANJEROS: No es un lugar que quede cerca de los itinerarios habituales de visita, y tampoco aunque muy pintorescos, son pueblos especialmente monumentales. 
COMO LLEGAR: Para llegar al Castillejo desde la Plaza de la Iglesia de Guajar-Faraguüit bajamos hasta las escuelas viejas, y justo al lado de ellas, parte una pista que baja hacia el río, cruzamos el río por el puente y cogemos el sendero hacia la izquierda, a partir de ahí, siempre que hay dudas está señalizado, pero si bien el sendero lo cogemos hacia la izquierda a los pocos metros hay que girar a la derecha y se sube por un pinar pegados al barranco, hasta que se llega a la cresta y de ahí todo resto hasta la cima. 45 minutos con paradas y sin esfuerzos. 

viernes, 19 de enero de 2018

Ocurrió en Granada. Hazaña de Hernán Pérez del Pulgar. Diciembre de 1490

Hernán Pérez del Pulgar. 


Hubo un tiempo donde la literatura exaltaba la grandeza de las grandes conquistas en tiempos de musulmanes, muchos eran los libros que hablaban de las guerras entre cristianos y musulmanes, de sultanes y reyes, de bellas princesas, esclavos, y feroces guerreros.

Una de las historias más heroicas que ha llegado hasta nuestros días es la realizada por Hernando Pérez del Pulgar en el mes de Diciembre del año 1490 y que le supuso la concesión de más tierras y un derecho no alcanzado por muchos, el ser enterrado en la futura Catedral de Granada.

Escudo de armas. 


Pero empecemos por el principio...

En el año 1490 estando Pérez del Pulgar en Alhama, al despuntar el sol, decidió llamar a sus más allegados, sus compañeros de batallas, Francisco de Bedmar, su cuñado, Pedro del Pulgar, aquel moro que le había prometido fidelidad, Gerónimo de Aguilera, Tristán de Montemayor, Ramiro de Guzmán, Luis de Quero, Diego de Baena, Diego de Jaén, Alvaro de Peñalver, Diego Jiménez, Montesinos de Avila, Cristóbal de Castro, Alfón de Almería, Luis de Quero y Rodrigo Velázquez. quince caballeros que se juntaron a la llamada de nuestro protagonista.
Los campos cubiertos de nieve y la guerra en espera de la llegada del deshielo y de que los caminos se hicieran transitables.
Todos reunidos Hernando les dijo a esos valerosos caballeros “bien sé vuestra lealtad y vuestro esfuerzo de que me habéis dado tantas pruebas; y la mayor que en esta vida puedo daros de lo mucho que han labrado en mi corazón, es el haberos preferido para confiaros mi intento. Mañana voy a entrar en Granada...” tras el alborozo inicial siguió contando que no quisiera topar con enemigos antes de lograr su objetivo y morir a manos de ellos, así que lo pidió no como pago ni como orden sino como favor.
Francisco de Bedmar rompió el silencio que había y dijo..”Tu voluntad es nuestra ley, Hernando; y no nos vieras cual nos ves ahora si nos demandaras la vida...pero mal cumpliríamos con lo que a tí debemos, a tí que por tantos años no nos has tratado como caudillo, sino como amoroso padre, si al mirarte correr á una perdición cierta...”.
Hernando empezó a apercibirlos de como ir a tal extrema misión, vestidos con buenos soforros, jacerina debajo, buen acero de Toledo y el que no lo tuviera que acudiera a él, y hojas de Fez, así como capellares para pasar por delante de los moros sin ser vistos y además las noches son largas y frías.

A la tarde y desde la puertas de Alhama partió la comitiva rumbo a Granada, el camino fue duro y tortuoso, descabalgando muy a menudo para sacudir los miembros entumecidos del frío. A las puertas de la Vega de Granada hicieron alto y esperaron nuevamente a que cayera la noche para seguir con su itinerario y llegar a la ciudad sin ser vistos.

Antes a la salida de Alhama un vecino los reconoció al salir y dijo ¿Con Pulgar is? La cabeza lleváis pegada con alfileres.

En este descanso aprovechó Hernando para coger hojas secas, retamas y espartos, para hacer unos hachos de incendiar con el objetivo de prender fuego a la ciudad de Granada. Para ello llevaba en su equipaje un hacha de cera, alquitrán y cuerda.

Al caer la noche, tomaron el camino a Granada, que bien conocían de haber guerreado durante tantos años, a medianoche llegaron casi a las puertas de la ciudad, concretamente en un paraje donde se encuentra una Mezquita, hoy conocemos ese lugar como Ermita de San Sebastián en el paseo del Violón.

Ermita de San Sebastián. Morabito de Musulmanes. 


Desde ahí tomaron el curso del río Genil hasta el puente, donde entonces debían tomar el río Dauro, y debían de pasar con mucho sigilo por el castillo de Bib-Taubín fortaleza bien vigilada y con guarnición que podía dar la voz de alarma si eran descubiertos. Ciertamente la noche era muy oscura y el ruido del agua, amortiguaba el ruido, pues el río bajaba con gran caudal.


Llegado el momento todos querían acompañar a Pulgar sin escuchar ruegos, ni razones ni amenazas, no teniendo más remedio que acceder Pulgar, pero dejó a gran parte de los caballeros a orillas del río resguardando la retirada y tan solo unos pocos dejó que les acompañaran. Pedro que conocía la ciudad fue uno de los elegidos así como Bedmar y otros cuatro que eligió al azar.

Poco a poco fueron ascendiendo el río, pasaron por la ribera de las tenerías y gran fue la alegría del Pulgar al contemplar que todos habían llegado hasta llegar al último de los puentes, uno situado junto a una Alhondiga un lugar conocido por todos como Corral del Carbón.

Puerta del Corral del Carbón. 


Treparon hasta la calle, y llegaron a una pequeña plaza, tras salir de un laberinto de callejuelas, el lugar estaba desierto y oscuro. Allí y a escasos metros estaba la Gran Mezquita y su puerta principal.

Llegados a la puerta sacó Hernando del Pulgar un gran pergamino que traía bajo sus ropas, vieron todos que el pergamino sobre un fondo dorado estaba escrito AVE MARIA, con letras azules, y debajo otras que decían “Sed vosotros testigos de cómo tomo posesión de esta Mezquita, en nombre de los Reyes de Castilla, consagrándola desde ahora a la Virgen del cielo, que nos ha servido de guía”. Y puesto en pie clavó su cuchillo en la puerta dejando colgado el pergamino.

Hernán Pérez del Pulgar. AVE MARIA. Fuente revista La Soga. 


Se acercó a otra puerta que pertenecía a la Alcaicería, el mercado de mercancías y sedas y colocó el hacha encendida, pidiendo a sus amigos que acercaran las retamas y hojas secas recogidas al efecto, diciéndole a sus amigos que esa noche tenía que arder Granada. Sin embargo al pedirle a Tristán de Montemayor la cuerda encendida, ésta había quedado en la puerta de la Mezquita, lo cual provocó el enojo de Hernando del Pulgar, pues su hazaña había sido arrebatada por un descuido.

Diego de Baena, se apresuró a volver a recoger la cuerda, corriendo hacia la Mezquita junto con otros dos compañeros, pero al volver quiso la providencia que en un visto y no visto chocaran de bruces con moros que habían acudido al lugar alarmados por el ruido, rápidamente el rechinar de las espadas y el vocerío levantó a toda la ciudad y una nube de musulmanes cayó sobre ellos.

Aprovechando la oscuridad y confusión del momento lograron volver al cauce del río, y retroceder hasta donde esperaban el resto de compañeros, hasta que llegó Hernando de Pulgar que se había quedando el último guardando la retaguardia.


Ya no había que guardar formas ni sigilo, así que raudos y veloces salieron de la ciudad, mientras a su espaldas se escuchaba un gran estruendo de gritos y voces de torre en torre y de atalaya en atalaya. Sin embargo poco podían imaginar los musulmanes que todo esto se trataba de una pequeña incursión de un pequeño grupo de valientes.

Ya al amanecer llegaron nuestros valientes a la villa de Alhendin que pocos meses antes había sido reconquistada para los cristianos. Al día siguiente emprendieron regreso a Alhama, donde pronto llegó el rumor y la hazaña realizada. Todos fueron recompensados con haciendas y tierras por la empresa ejecutada. Y a Hernando del Pulgar además de tierras y haciendas le ofrecieron una merced jamás ofrecida a ningún otro caudillo y no fue otra que en la Catedral que se labrara sobre la Mezquita, tendría el privilegio de “asiento y honrada sepultura”.

Capilla de Pérez del Pulgar en el Sagrario de Granada. 

Interior de la Capilla. 


Así ocurrió quedando la dicha capilla en el lugar más privilegiado de Granada, entre tres grandes templos, la Catedral de Granada, la Iglesia del Sagrario, por la cual se accede a la Capilla y la Capilla Real, tumba de los Reyes Católicos, de esto salió un famoso proverbio, “se quedó como Pulgar, ni dentro ni fuera”.

Recreación de la Mezquita de Granada, sobre la Granada actual. Fuente elpoderdelaalhambra.com


Para la realización de esta entrada se han usado principalmente dos obras:

Hernán Pérez del Pulgar el de las hazañas bosquejo histórico. Francisco Martínez de la Rosa 1834
Ave María. D. Luis de Montes. Tradiciones Granadinas Reedición de la de 1857. 

domingo, 14 de enero de 2018

Ocurrió en Granada: Martirio de los Franciscanos Juan de Cetina y Pedro de Dueñas 19 de Mayo de 1397.

Inscripción alusiva al Martirio. 



OCURRIÓ EN GRANADA: Martirio de los Franciscanos Juan de Cetina y Pedro de Dueñas. 19 de Mayo de 1397.

Nos trasladamos en esta ocasión al siglo XIV, para recordar un hecho ocurrido en la ciudad cuando aún estaba en manos de los musulmanes. En el recinto de la Alhambra junto a la Iglesia de Santa María de la Alhambra hay una columna levantada en el año 1590 por el arzobispo Pedro de Castro en homenaje a dicho hecho, el martirio de dos franciscanos que vinieron a Granada a predicar el cristianismo.

Pedro de Castro. 


En la columna hay una cartela con una inscripción que dice:

“Año de 1397 a doce de Mayo, reinando en Granada Mohammed fueron martirizados por manos del mismo rey en esta Alhambra Fr. Pedro de Dueñas y Fr. Juan de Cetina, de la Orden de P.S. Francisco, cuyas reliquias están aquí. A cuya honra Dios nuestro señor se consagra esta mansión por haber mandado del Sr. Pedro de Castro, arzobispo de Granada, año 1590.”

Para empezar esta historia nos debemos referir brevemente a sus protagonistas que vivieron vidas separadas hasta que el destino los unió y los envió a la ciudad de Granada.

Vidriera Catedral de Granada Juan de Cetina y Pedro de Dueñas. 


JUAN LORENZO DE CETINA.

Nació en el año 1340 en la villa de Cetina, cerca de Calatayud, hijo de Juan Lorenzo por las dificultades económicas de la familia pasó a servir al Señor de la Villa, quien lo tuvo en gran estima por su personalidad, sin embargo la vida de Palacio no llenaba el alma de Juan Lorenzo, de manera que se retiró a San Ginés, cerca de Cartagena una pequeña ermita donde llevó una vida contemplativa. Oída la llamada de Dios, cambió su estatus de ermitaño por Franciscano en el convento de San Francisco de Monzón, donde fue ordenado sacerdote. Mandado a Barcelona tuvo gran éxito en la conversión de infieles. Posteriormente se trasladó al convento de Chelva en el reino de Valencia.
En el año 1391 llegó la noticia del martirio de unos franciscanos en Jerusalen, solicitó permiso para ir a Jerusalen a predicar, pero se le denegó concretamente para esta ciudad,aunque sí se le concedió el deseo de predicar ante infieles, fue mandado a Córdoba, donde ingresó en el convento de San Francisco del Monte, aquí siguió con su vida contemplativa tal y como lo había hecho en San Ginés y en Chelva, pero sin renunciar a la comunidad ni a su deseo de predicar a los musulmanes, finalmente obtuvo permiso para acudir a Granada a predicar la fe cristiana, pero las normas decían que debía de ir acompañado de otro hermano y el elegido fue fray Pedro de Dueñas. Estábamos en el año 1396 y contaba Juan Lorenzo con 56 años de edad.

PEDRO DE DUEÑAS.

Natural de Bujalance en la provincia de Córdoba. Su padre era natural de Dueñas en el obispado de Palencia de donde tomó el apellido. Se dedicaba a la labor del campo cuando sintió el deseo de entrar al servicio de la orden Franciscana, lo que hizo en el convento de San Francisco del Monte.
Allí su vida se unió a la de Juan Lorenzo de Cetina y ambos emprendieron rumbo a la ciudad de Granada.

Obra que recoge los hechos del Martirio. 


LOS HECHOS.

El 28 de Enero de 1397 ambos llegan a Granada y empiezan a predicar en la Puerta de Elvira, entrada a la ciudad de Granada, el hecho causo estupor y asombro y avisado el Cadí de la ciudad, son llevados a su presencia. Ante él, y sus preguntas Juan Lorenzo contesta “Somos religiosos, ministros de Jesucristo, que, compadecidos de vosotros, venimos a predicar su ley, para que desengañados de la secta falsa de Mahoma, logréis el Cielo y vida eterna. “
El Cadí furioso mandó enviarlos a la Posada de los Mercaderes Catalanes, donde ya había otros religiosos y donde se les trató de disuadir de su empresa, sin embargo, volvieron a salir a predicar la palabra de Dios.
Enterado el Cadí, mandó que los apresaran y los encerró en el Corral de los Cautivos donde fueron obligados a efectuar trabajos forzados. Pese a su juventud Pedro de Dueñas cayó enfermo, e igualmente al tiempo lo hizo Juan Lorenzo, por el día trabajaban duro en las obras de una cisterna cerca de la Alhambra y por la noche eran devueltos a su cautivo.
El 17 de Mayo de 1397 volvió el Sultán Mohamed Abenbalba y dos días después fueron llevados a su presencia los cautivos cristianos. Hay dudas en las crónicas escritas de los hechos entre si hubo o no dialogo entre el Sultán y los frailes, sea como fuere delante del Palacio, en el mismo lugar en el que se levanta la columna mencionada anteriormente al inicio de la entrada el Sultán primero le cortó con su alfanje la cabeza a fray Juan de Lorenzo y posteriormente a fray Juan de Dueñas.
Parece ser que sus restos fueron arrojados fuera de las murallas de la ciudad, donde fueron recogidos por algunos fieles cristianos, que enviaron sus restos al convento de Córdoba, donde los restos de los mártires obraron varios milagros, hechos que fueron comunicados al rey Enrique III y se difundieron por toda España y Andalucía. Parte de los restos fueron enviados al convento de Vich.

En este cuadro se pueden apreciar a los dos franciscanos. 


Estos hechos ocurrieron un Sábado 19 de Mayo de 1397 en el palacio de la Alhambra, Fray Juan de Lorenzo tenía 57 años de edad, y fray Pedro de Dueñas unos 20 años de Edad. Clemente XII aprobó su culto el 29 de Agosto de 1731.

Clemente XII. 


En 1583 la provincia franciscana de Granada los eligió como patronos.


En la novela histórica el Perfume de Bergamota de Gastón Morata se recogen estos hechos.  

Novela el Perfume de Bergamota. 




Para este artículo se ha utilizado principalmente la obra de Cabanelas Dos mártires franciscanos en la Granada Nazarí, aunque también extractos de otros artículos de interés de autores como Laín y Rojas.

martes, 2 de enero de 2018

Cruz de Leandro de Palencia. Bosques de la Alhambra.


Cruz de Leandro de Palencia en los Bosques de la Alhambra. 


En los Bosques de la Alhambra encontramos una de los pocas cruces que a fecha de hoy han llegado en pie de las miles que hubo en la ciudad, es una cruz devocional de Mármol colocada en el año 1599 por el artillero de la Alhambra Leandro de Palencia.

Cruz de Leandro. Al fondo Puerta de las Granadas. 


La Cruz se encuentra justo en el arranque del paseo de la izquierda de los que hay en los Bosques de la Alhambra nada más cruzar el umbral de la puerta de las Granadas. Desde este paseo accedemos de la forma más rápida a la Puerta de la Justicia y por tanto al interior de los palacios nazaríes, sin embargo la pendiente es muy elevada, siendo más cómodo aunque largo el acceso por el paseo central.

A lo largo de este sendero y una vez pasada la cruz, nos encontramos con dos bellos elementos en el paseo, el monumento a Washington Irving, y el Pilar de Carlos V.

Washington Irving. 

Pilar Carlos V. 


Cruz labrada en piedra, sobre plataforma de perfil redondeado y base cuadrangular. Se ubica sobre una peana rectangular que enmarca en su frontal una inscripción alusiva a su propósito. La cruz, de sección cuadrada, presenta en sus extremos decorativos espirales, y se remata a sus lados por dos bolas de hierro caladas, mientras que en el remate superior podemos ver el letrero “INRI” sobre una ancha y curvada charnela. El conjunto tiene una altura de 4,5 metros.

Detalle Cruz. 


La inscripción dice:

Esta Cruz mandó hazer Leandro de Palencia, artillero del Alhambra en reverencia del que fue nro redemptor. Acabose año del señor de 1599.

Detalle Inscripción. 


En los libros de cuentas de la Alhambra aparecen varias referencias a Leandro de Palencia, especialmente pagos por sus trabajos.


La cruz fue derribada en el año 1932, en los primeros años de la República, probablemente por anarquistas o grupos afines, aunque la autoría de tales hechos nunca pudo ser probada. No fue la única cruz derribada en Granada pues muchas otras corrieron la misma suerte.  Torres Balbás, en ese mismo año, la volvió a levantar.  



DATOS DE INTERES:

PRECIO: No aplicable. Gratis. 
HORARIO: No aplicable está en la vía pública. 
VISITA PARA GRANADINOS: Un lugar imprescindible para cualquier granadino es darse un buen paseo por los Bosques de la alhambra y por tanto sí o sí, pasaremos delante de este bello lugar. 
VISITA PARA EXTRANJEROS: Indenpendientemente de la forma en la que accedamos o visitemos la Alhambra una de las cosas que tenemos que hacer es recorrer el espacio que la separa de la ciudad, a través de sus Bosques, y bajando o subiendo la cuesta Gomerez, por lo que de esta manera sí o sí, pasaremos delante de esta cruz y otras maravillas del entorno. 
COMO LLEGAR: La mejor manera es andando a través de la cuesta de Gomérez, si es bajando pues mucho mejor, pero claro para bajar, antes ha habido que subir, y la cuesta tiene su "cosica".