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viernes, 26 de enero de 2018

Personajes Granadinos: Padre Piquiñote.


Expulsión de los Moriscos de Granada. 


Hoy vengo a hablaros de un curioso personaje que hubo en Granada, y que fue recordado porque durante siglos, su cabeza, y escribo bien su cabeza estuvo expuesta sobre una columna a orillas del río Genil, pero no empecemos la historia por el final, y vayamos paso a paso para contar un poco del padre Piquiñote.

A la rendición de Granada en el año 1492 se habían firmado unas capitulaciones por las cuales se otorgaban concesiones a los musulmanes que quedaron en territorio español. El culto religioso, el uso de costumbres, lengua y vestimentas entre otros.

Sin embargo poco a poco ese ambiente de tolerancia se iba corrompiendo, creándose una tensa situación que alcanzó su cenit con la llegada del Cardenal Cisneros, el cual poco a poco fue cercenando los privilegios de los moriscos creando un ambiente hostil que reventó con la sublevación de los Moriscos en las Alpujarras de Granada.

La rebelión de los Moriscos fue un hecho acaecido en la Navidad de 1568 la primera población en levantarse fue Beznar en el Valle de Lecrín, y de ahí se extendió principalmente por la Alpujarra, donde fueron encabezadas por el nuevo rey musulmán “Aben Humeya”.

Aben- Humeya


Pero mucho antes de estos acontecimientos había sido visto en Granada un extraño individuo que inspiraba respeto al verle, vestía con un saco de jerga, con una capucha de la misma tela y ceñido por una cuerda de esparto, ayudándose en su caminar de un báculo. Era alto, delgado, macilento, de frente ancha y despejada, surcada de arrugas, de nariz aguileña, y larga barba negra hasta el pecho, mantenía sus ojos ligeramente inclinados y su boca descubría una doble hilada de blancos dientes. Nada se sabía de él, pero aunque iba vestido como un anacoreta del desierto, sus rasgos hacían pensar que en más de una ocasión había cogido la espada en noble lucha.

Vivía en una cueva en el barranco de Peña Quebrada en el Sacromonte y pedía limosna para repartirla entre los infelices ya fueran moriscos o cristianos. Así era este sujeto al que todos conocían como Padre Piquiñote.

Vista parcial del Sacromonte. 


De vez en cuando se ausentaba y al regreso de una de sus ausencias, vino escaso de limosna, las cuales repartía entre Cristianos con generosidad, mientras que a los Moriscos tan sólo alcanzaba a decirles “Dios socorrerá la mayor necesidad” y convocarlos a una extraña reunión en el Aljibe de la Lluvia.

El Aljibe de la lluvia se encuentra en lo que hoy conocemos como Llano de la Perdiz, y es una vieja estructura del sistema de canalizaciones y aguas que abastecían a las almunias que había junto a la Alhambra con el agua de la Acequia Real.

Silla del Moro. 


Llegada la noche, cientos de sombras acudían a las inmediaciones del Castillo de Santa Elena, hoy conocido como Silla del Moro a la llamada de la reunión. La rebelión estaba en marcha, una voz se alzó por encima de todas y proclamó que había llegado la hora de levantarse contra el yugo cristiano, las noticias que llegaban desde la Alpujarra y desde Almería eran alentadoras, además en África esperaban 45000 hombres para cruzar el estrecho y unirse a la lucha. Aben Humeya había sido proclamado rey con gran ceremonia en la cual se le había vestido de púrpura y puesto una corona de plata.

Mañana sería el día elegido, había que caer sobre la Chancillería, sobre el Albaicín y por último sobre la fortaleza de la Alhambra, el golpe sería mortal y una vez eliminados el Marqués de Mondéjar, Deza y Cisneros se enarbolaría el estandarte del profeta en todo lo alto de la Torre de la Vela.

Alguien preguntó ¿Y quién eres tú¿.- Tú que presagias el triunfo, que nos llamas a la batalla y a la venganza.

El aludido se acercó a una de las lámparas que había y dijo miradme bien ¿Es que no me conocéis?.
¡¡¡El Padre Piquiñote¡¡¡¡ , exclamaron todos.
Nó, Mohamad-Ben-Agib, alguacil mayor del reino , y Gobernador de Granada.

A la derecha. Cisneros


Pero algo no previsto acaeció a la mañana siguiente, un morisco pugnaba por acercarse al Marqués de Mondéjar en la plaza de los aljibes, justo cuando emprendía marcha a las Alpujarras.
El morisco contó con pelos y señales la conspiración que cernía sobre la ciudad y que empezaría esa misma noche. Como él, el Presidente y el Inquisidor eran los principales objetivos. El marqués recompensó al morisco y como nada hubiera sucedido salió por la puerta del Pescado dirección a Alhendín, pero al llegar allí paró la marcha y mandó emisario a Granada, comunicando los planes de los que había tenido conocimiento y avisando de su regreso para esa misma noche.

Así estando los moriscos aguardando la señal y hora para salir a la pelea, las calles y plazas de la ciudad de iluminaron con hogueras y luminarias, y en el aire se elevó el sonido de los atambores y trompetas que anunciaban la entrada del Marqués y de sus tropas. Poco a poco se fueron haciendo con los principales conjurados y sublevados.

El padre Piquiñote fue apresado en su cueva del Sacromonte y llevado a las cárceles de la Inquisición en la antigua Medina de Granada, junto a la calle Elvira. A la mañana siguiente cuando algunos aún creían ver ondear el estandarte musulmán en lo alto de la Torre de la Vela, vieron con asombro que aquello que había era la cabeza del Padre Piquiñote clavada en una escarpia. Posteriormente la cabeza fue llevada y expuesta junto a las las orillas del río Genil, en lo que eran las Huertas del Duque de Gor.

Foto de época de los Escolapios. Junto al río Genil. 


Sobre esas Huertas años después se levantaría lo que todos hoy en día conocemos como Los Escolapios. Hasta fines del siglo XVIII, permaneció clavada la cabeza de Piquiñote en la escarpia a en el lugar indicado junto al río Genil. Y era costumbre el peregrinar a dicho lugar a contemplar tan horroroso espectáculo.

Si puede chocar al lector encontrarse una cabeza, lo cierto es que hay fuentes escritas y más fiables, que esta historia que hoy cuento a medio camino entre la leyenda y la historia, que nos hablan de cabezas decapitadas colocadas en la Puerta de Elvira y en la Puerta Real.


La bibliografía consultada para esta entrada ha sido:

EL PADRE PIQUIÑOTE. Episodio de la rebelión de los moriscos en Granada por Luis Montes.
Paseos por Granada y sus contornos. P. ECHEVERRÍA.