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jueves, 18 de abril de 2024

Monumento al Rey Boabdil. Granada.

Monumento a Boabdil en el Violón. 


Seguimos nuestro recorrido por las esculturas y monumentos que hay ubicados en la ciudad de Granada, y en esta ocasión visitamos el monumento dedicado al rey Boabdil, el último rey de la dinastía Nazarí, y el último rey musulmán del Reino de Granada. La historia es bien conocida y el conocido como rey chico, fue el encargado de entregar las llaves de la ciudad a los Reyes Católicos tras más de ocho siglos de ocupación musulmana de este territorio. 

Figura Femenina. 


La ubicación del lugar no es casual, pues estamos junto al Alcazar del Genil y en especial junto a la ermita de San Sebastián, lugar en el que Boabdil entregó las llaves a Fernando el Católico, pues la reina no estaba aquí tal y como aparece en el cuadro de Francisco Pradilla, la reina estaba en Armilla con parte del ejército, la operación de entrega de la ciudad era delicada y los Reyes Católicos desconfiaban de que los musulmanes pudieran intentar algo a la desesperada en el último instante, por eso repartieron fuerzas y ejércitos en ese día. 

Ermita de San Sebastián


Las la entrega de las llaves, se izaron los pendones Cristianos en todo lo alto de la Torre de la Vela, dónde se hizo llevar una campana que no dejó de tañir, mientras que en el lugar que hoy ocupa la Ermita de San Sebastián se rezaba un té deum. 

Detalle de cabeza de Boabdil. 


La inauguración de esta obra se hizo precisamente un 2 de Enero del año 1997, el autor es Juan Moreno Aguado y está realizada en Bronce con la técnica de modelado vaciado a la cera perdida. 

Detalle de Escultura. 


Representa a dos figuras, por un lado Boabil sentado sobre una peana, con túnica y turbante, frente a él una chica, que bien pudiera tener el rostro de Rosa la mujer del escultor, y que representa humildad y reconocimiento a la figura de Boabdil. La figura tiene una camisa abotonada, falda larga y sostiene en sus manos un pequeño ramillete de Jazmín. 

Jazmín


A los pies del conjunto una placa que ya cuesta mucho leer dice así: "Granada al Rey Boabdil en memoria de siglos de cultura , civilización y tolerancia inaugurado el dos de Enero de mil novecientos noventa y siete siendo alcalde el Exmo. Sr. D. Gabriel Díaz Berbel. 

Placa apenas legible. 


El monumento se encuentra junto al Alcázar del Genil en una zona ajardinada junto al Palacio de Congresos, a apenas unos minutos andando desde el puente romano. 

viernes, 6 de octubre de 2023

Viajeros en el Edén. Esculturas de Granada.

 


En el Paseo del Violón encontramos todo un homenaje a aquellos viajeros románticos del siglo XIX y que pusieron a Granada como uno de los destinos turísticos más deseados de aquella época, se trata de una escultura titulada Viajeros en el Edén y que les rinde un merecido tributo.



La escultura ganó un concurso organizado por el Ayuntamiento de Granada en el año 2009 para levantar un monumento de agradecimiento a todos esos artistas, pintores, poetas y dibujantes que durante ese siglo vinieron a nuestra ciudad y la trasladaron con sus artes al resto del mundo.



El autor y ganador de la obra fue Ramiro Megías López, y tuvo un presupuesto de 75,000 euros para su ejecución. Sobre dos módulos cúbicos que funcionan como una peana hay dos figuras en movimiento de entre 2 y 2,20 metros de altura, están realizadas en bronce patinado, y viene a representar a esos viajeros románticos que andan y pasean por nuestra ciudad mientras lo observan todo con detenimiento, Washington Irving, Alejandro Dumas, Richard Ford..etc.



La escultura originalmente se colocó en el Palacio de Quinta alegre en la Avenida de Cervantes, pero posteriormente en el año 2013 se trasladó al Paseo del Violón, un lugar de obligada entrada a la ciudad de Granada y en la que hay otras esculturas como la del Flamenco o el monumento a Boabdil. Esta inauguración corrió a cargo del entonces alcalde de la ciudad José Torres Hurtado.




A lo largo de las paredes del cubo e incluso en los pliegues de las vestimentas de nuestros protagonistas hay una serie de frases y célebres citas:




“Jamás he visto nada más maravilloso que la puesta de sol que envuelve la ciudad, ni nada más perfecto que la luna desarrollándose sobre sus conventos y sus torres, o las alturas vecinas de las montañas vestirse de nieve”. Henry David Inglis 1830.


“Granada era como una doncella dormida al sol sobre un lecho de musgo y helechos rodeados de cactus y aloes”. Alexandre Dumas 1846.




“No hay lugar en el mundo con tal fragancia repartida en tan pequeño espacio, con tanta frescura y con tantas ventanas abiertas al paraíso. “ Alexandre Dumas 1846.


“Esta mezcla de fuego, de nieve y agua hacen que el clima de Granada no tenga igual en el mundo. Un verdadero paraíso terrenal”. Teófilo Gautier 1840


Y en la misma escultura :


"Granada bella. Salve, ciudad del sol, amor de Boabdil, huerto florido. José Zorrilla. 1845". La obra aparece firmada por el autor.





En el Paseo del Violón se encuentra la Ermita de San Sebastián dónde históricamente Boabdil entregó las llaves a Fernando el Católico. En años más recientes era el lugar en el que se celebraba la feria de ganado y las fiestas del Corpus tal y como las conocemos hoy en día, con columpios y casetas de feria, hasta que por falta de espacio tuvo que trasladarse. Hoy en día es un bonito boulevar que pasa junto al río Genil y el Palacio de Congresos de la ciudad. 

miércoles, 18 de mayo de 2022

Leyendas de Granada. El suspiro del moro.

 

El suspiro del Moro de Francisco Pradilla. 

Una de las leyendas más conocidas de la Granada musulmana es la del Suspiro del Moro. Granada ha caído y los Reyes Católicos han conseguido la capitulación y rendición de la ciudad, en la torre más alta de la Alhambra ondea el estandarte real y una campana llevada a tal efecto tiñe con fuerza para decirle al mundo entero que Granada es cristiana. Boabdil el último rey de Granada sale en comitiva y abandona la ciudad camino del exilio en tierras de la Alpujarra Almeriense, concretamente en Laujar de Andarax, dónde se le ha concedido unas tierras y rentas para poder vivir. En un momento dado gira la cabeza y observa por última vez el lugar que le vio nacer, la ciudad que amó y reinó y fue en ese momento cuando lloró y suspiró. Su madre entonces le dijo: “Llora como una mujer lo que no has sabido defender como un hombre”. Una frase para la eternidad y que más de 500 años después todo el mundo aún conoce.


Pero vamos a intentar desgranar un poco más como fue ese aciago día en la vida de Boabdil y qué ocurrió.


En primer lugar vamos a ubicar el sitio llamado como “Suspiro del Moro”, hoy en día se encuentra junto a la Autovía de la costa, en un punto que todo el mundo conoce precisamente como “Suspiro del Moro”, entre los términos municipales de Otura y Padul y célebre por el restaurante que allí se encuentra. Es un lugar desde el que se divisa la ciudad de Granada antes de bajar ligeramente hacia la costa. Sin embargo es posible que este no fuera el lugar en el que ocurre dicha leyenda, pues varias teorías indican que el camino que usó Boabdil y su comitiva para llegar a tierras almerienses no pasaban por este punto y sí más bien por la Sierra del Manar que se encuentro justo al lado en los términos municipales de Dílar y Padul. Incluso hay que se aventura a decir que verdaderamente este punto se encuentra en Las Gabias y que de alguna manera Boabdil primero tomó dirección a Málaga, y justo pasado el famoso torreón de esta villa se produjo el momento comentado.


Boabdil


Las primeras crónicas sobre este suceso o leyenda vienen de muy antiguo, siendo el primero en hablar de ellas Hernán del Pulgar, famoso precisamente por ser protagonista de otras de las grandes leyendas de la reconquista cristiana la del Ave María y que en este blog ya hemos dado cuenta de ella. Hernán Pulgar cuenta con una ventaja muy importante, y es que vivió la reconquista de Granada y fue coetáneo a los hechos relatados, nos cuenta Hernán del Pulgar en sus crónicas lo siguiente:


“E como fue a su casa, que está en la Alcazaba, entró llorando lo que él había perdido, e díxole su madre, que pues no había seydo para defenderlo como hombre, que no llorase como mujer”.


En esta crónica vemos dos diferencias fundamentales con los hechos llegados hasta nuestros días, en primer lugar ocurre dentro del recinto de la Alhambra, por lo tanto Granada aún no ha sido tomada por los Reyes Católicos, es decir estamos aún en el año 1491, lo que nos indica que probablemente este hecho se produjera el mismo día en el que Boabdil y en secreto firmó las Capitulaciones de Santa Fe, el día 25 de Noviembre de 1491.


Boabdil en la Alhambra cuadro de Manuel Gómez Moreno


Posteriormente esta leyenda la menciona un franciscano, fray Antonio de Guevara que inventó la historia para deleite del emperador Carlos V durante su estancia en la Alhambra de Granada, cuando celebraba su luna de miel tras haberse casado con Isabel de Portugal, esto nos da la fecha del nacimiento del relato o leyenda; 1526. Han pasado 28 años desde la partida de Boabdil, y es probable que conociera lo escrito por Hernán del Pulgar, pero es él, el que sitúa el hecho en el lugar erigido entre Padul y Otura.

Al parecer y según cuenta él volviendo desde la costa hasta la ciudad de Granada, paró en un lugar dónde a unas cuantas leguas ya divisaba las altas torres de la Alhambra allí un morisco que servía de traductor le contó la historia que él plasmó en su libro “Epístolas familiares de Don Antonio de Guevara” en el capítulo de la carta número 19 y que dicen lo siguiente:


“Otro día después que se entregó la ciudad y el Alhambra al rey Fernando, luego se partió el rey chiquito para tierra de Alpuxarra, las cuales tierras quedaron en la capitulación que él las tuviese y por suyas las gozase. Iban con el rey chiquito aquel día la reina su madre, delante, y toda la caballería de su corte, detrás, y como llegasen a este lugar a do tu y yo tenemos agora los pies, volvió el rey atrás la cara para mirar la ciudad y Alhambra, como a cosa que no esperaba ya más de ver y mucho menos de recobrar. Acordándose, pues, el triste rey, y todos los que allí íbamos con él, de la desventura que nos había acontescido, y del famoso reino que habíamos perdido, tomámonos todos a llorar, y aun a nuestras barbas canas a mesar, pidiendo a la misericordia, y aun a la muerte, que nos quitase la vida. Como a la madre del rey, que iba delante, dixesen que el rey y los caballeros estaban todos parados: mirando y llorando el Alhambra y ciudad que habían perdido, dio un palo a la yegua en la que iba, y dixo estas palabras: “ Justa cosa es que el rey y los caballeros lloren como mugeres, pues no pelearon como caballeros”.

“Muchas veces oí decir al rey Chiquito, mi señor, que si como supo después, supiera allí luego lo que su madre dél y de los otros caballeros había dicho, o se mataran allí unos a otros, o se volvieran a Granada a pelear con los cristianos”.

Esto, pues, fué lo que me dixo aquel morisco, y estroto día me preguntó el emperador, mi señor, no sé que cosas de la visita, y a revueltas de otras le conté ésta que aquí he contado, el cual me dixo estas palabras “Muy gran razón tuvo la madre del rey en decir que lo dixo, y ninguna tuvo el rey su hijo en hacer lo que hizo, porque si yo fuera él, o él fuera yo, antes tomara esta Alhambra por mi sepultura, que no vivir sin reino en el Alpuxarra. “


Fray Antonio de Guevara viajaba camino de la ciudad de Granada proveniente de la costa, realizando un trabajo e investigación para la corte sobre la problemática Morisca. Es en este punto, dónde el lugar que hoy conocemos como “Suspiro del Moro” pierde su sentido en ser el escenario de los acontecimientos, pues las viejas rutas y caminos pasaban por otros lugares.


Puerto del Suspiro del Moro. Fuente Tripadvisor



Tres son los itinerarios que habían en la Edad Media y que perfectamente pudo coger Boabdil:


El primero desde Granada a La Zubia, Dílar y por la Sierra del Manar por el sendero de “las rajas” hasta el Padul.

La segunda ruta iría hacia Armilla, de ahí a Las Gabias y rodeando La Malahá, giraría hasta el suspiro.

Y la tercera ruta, la más acorde con la leyenda, iría de Granada a Armilla, Alhendín y finalmente Padul por el Suspiro del Moro.


La historia sigue siendo recogida por los cronistas dedicados a recoger la historia de Granada, Luis Mármol de Carvajal o Bermúdez de Pedraza, en ambos casos ni mencionan el lugar exacto, ni hacen referencia al suspiro del moro.


Es Henríquez de Jorquera, el primero que usa el término “Suspiro del Moro”, él escribe sus crónicas en el siglo XVII.


El catastro del Marqués de la ensenada, ya recoge el topónimo de “Suspiro del Moro”, como una venta a tres leguas del Padul.


Pero la historia siguió atrapando a cuantos investigaban, leían y estudiaban los hechos acaecidos en Granada en aquellos días de primeros de Enero del año 1492. Está claro que el único que pudo estar en aquellos momentos fue Hernán del Pulgar y que Fray Antonio de Guevara tuvo que leer sus crónicas. A partir de este momento se produce lo que hoy llamamos “copia y pega”, y la historia va viajando a través de los siglos, con cierta mezcolanza entre realidad y ficción.


Juan de Echevarría en el siglo XVII o Washington Irving en el siglo XIX, son otros de los autores que elevan a los cielos la leyenda del “Suspiro del Moro”. Manuel Alcántara, Pedro Antonio de Alarcón, hasta Zorrilla siguieron engrandeciendo el cuento y relato del “Suspiro del Moro”.


Hoy en día se siguen escribiendo libros, creando música, cuadros, espectáculos en torno a esta famosa leyenda del Suspiro del Moro. Pero... ¿Qué ocurrió verdaderamente?.


Obras literarias. 


Difícil es saberlo y cada investigador y estudioso del tema aporta su granito de arena en intentar esclarecer los hechos, hemos de tomar como más cierta la versión de Hernán del Pulgar pues estuvo en el escenario de los acontecimientos y como más novelesca la crónica de Fray Antonio de Guevara. Cierto es que Boabdil entregó las llaves de la Alhambra junto a la ermita de San Sebastián, allí estaba el Rey D. Fernando, previamente los cristianos ya habían tomado la Alhambra e izado el estandarte rea. Boabdil salió por la puerta de los siete suelos y descendió con su comitiva hasta la ribera del Genil. Mientras Isabel la Católica esperaba en Armilla protegida por el ejército en temor de una posible traición de última hora.

En la ribera del Genil junto a un morabito hoy Ermita de San Sebastián, se hizo la entrega de llaves, y se entonó un te deum por las tropas cristianas. Siguió Boabdil su camino, y llegando a Armilla se encontró con la Reina Isabel la Católica que en cumplimiento de los pactos sellados le devolvió por fin a sus hijos.

La comitiva de Boabdil seguiría su camino, siempre pensando que lo hace por la vía Armilla-Alhendín-Padul, estamos en Invierno el sol se pone pronto sobre las 16:30 horas, por lo tanto visto todo lo ocurrido ese día, y la distancia que hay entre Granada y el Padul y la velocidad a la que viajaría una comitiva como la de Boabdil y por los caminos de entonces, nos hace pensar que de ser cierta la leyenda el mejor camino y más directo sería el mencionado, de tal manera que en los últimos instantes de la tarde y antes de que anocheciera, y desde el punto llamado hoy en día “Suspiro del Moro” se produciría el llanto y suspiro más famosos de la historia de Granada.


El suspiro del Moro. 



Bibliografía y Webgrafía:


Epístolas familiares de D. Antonio de Guevara. 1618

El último suspiro del moro que se inventó un obispo de Guadix. Gabriel Pozo Felguera. El independiente de Granada. 4 de Febrero del 2018.

El suspiro del moro. www.granadaporelmundo.com

El suspiro del moro: leyendas, tradiciones ,historias referentes a la conquista de Granada. Emilio Castelar.

El último suspiro del Rey Boabdil. Leonardo Villena Villena.




Vídeo de la serie Isabel en el que se relata el "Suspiro del Moro". 

miércoles, 4 de septiembre de 2019

Leyendas de Granada. El laurel de la reina.

Grabado en el que aparece la reina Isabel la Católica
arrodillada y rezando en el bosque de laurel. 



Hoy vengo a traer una de las más conocidas historias y leyendas acaecida en los meses previos a la conquista final de la ciudad de Granada por parte de los Reyes Católicos. Una leyenda que hemos llamado el laurel de la reina y que va unida a una historia verdadera, la de la batalla que tuvo lugar en la localidad de La Zubia. 

En los últimos años de la reconquista el cerco a la ciudad de Granada era cada vez mayor, hasta el punto que los Reyes Católicos montaron un gran campamento militar a las afueras de la ciudad, un campamento que daría lugar a la ciudad de Santa Fe. Montado sobre el año 1483 a raíz de un incendio se vuelve a reconstruir pero esta vez con muros de piedra en el año 1491, a fecha de hoy podemos visitar las cuatro puertas de ese campamento que aun se mantienen en pie en el pueblo de Santa Fe. 

Plano de Santa Fe. 


Cuenta la historia que un buen día la Reina Isabel quiso salir y dar un paseo para ver un poco más de cerca la ciudad de Granada y la fortaleza de la Alhambra. Ataviada con un vestido de terciopelo negro de mangas sueltas y abierto por delante, con gorrita del mismo color que sujetaba los rizos de su pelo. Una banda real cruzaba su pecho y en su mano un bastoncito con puño de oro como señal de mando.

Isabel la Católica. 


Dirigiose a sus caballeros a los cuales comunicó la intención de su paseo y pidió que cuantas lanzas fueran posibles la acompañaran a ella y Rodrigo Ponce de León, Duque de Cádiz , en tan magna aventura. Era sábado 25 de Agosto de 1491 y todo el mundo se preparó para formar parte de la comitiva.

Iba la reina acompañada de sus hijos los infantes D. Juan y Dña Juana, junto con el Duque de Cádiz, el Marqués de Villena, los condes de Ureña, Cabra, y Tendilla, y Alonso de Córdoba señor de Montemayor y Alcaudete así como no más de 500 soldados. Poco a poco y cogiendo el camino de la vega granadina se acercaron a la villa de la Zubia.

Mientras la comitiva se abría paso por la vega de Granada, en la fortaleza de la Alhambra, Boabdil, el que fuera a ser llamado último rey musulmán. Veía turbada su paz, un emisario entró precipitadamente en palacio, traía un mensaje importante, desde la atalaya frontera a la puerta de Elvira se había divisado a la Reina, acompañada de sus hijos y varios caballeros con reducida escolta salir de la nueva ciudad y circundar la Vega en dirección hacia la villa de La Zubia.

Boabdil


Boabdil lo tuvo claro, hacer prisionera a la Reina de Castilla, sería todo un golpe de efecto y podría determinar un rumbo diferente al que seguía la guerra en ese momento. Rápidamente la ciudad fue toda una algarabía preparando a las tropas para el ataque a la comitiva real. Boabdil mandó contar con dos piezas de artillería, mandó llamar a los mejores Almorávides, así como a los más aguerridos soldados y refugiados de Baza y Antequera. Ocho mil soldados junto a las dos piezas salieron por la Puerta del Sol en busca de las tropas cristianas.

Cerca del mediodía llegó la reina a la Zubia, localidad que había sido arrasada por las tropas Cristianas y junto a la de los Ogijares había visto como todos sus árboles habían sido talados y sus cultivos destrozados. Subió la reina a las ruinas de una casa para ver desde cierta altura y con mejor perspectiva la ciudad Nazarí, quedando las tropas y los capitanes en las cercanías, cuando un rumor y una polvareda se hizo cada vez más fuerte hasta el punto de vislumbrar el peligro que se avecinaba.

Vistas actuales de la Alhambra desde el lugar en el que se encuentra
el laurel de la Reina en La Zubia a fecha de hoy. 


La Reina consciente del peligro en el que había puesto a sus tropas, pidió que por todo los posibles no se derramara sangre. El Duque de Cadiz apostado junto al resto de capitanes y soldados mantuvieron la línea sin entrar en liza con las tropas musulmanas.

Sin embargo los granadinos no tardaron mucho en poner en marcha los dos cañones de los que disponían causando heridos en las líneas cristianas, el Duque de Cádiz mandó a soldados para intentar acabar con estas piezas pero tuvieron que retroceder hasta la línea Cristiana. Los musulmanes en esos momentos y viendo que los Cristianos seguían parapetados junto a la Villa de la Zubia, atacaron sin cuartel.

Duque de Cádiz

Mientras, la Reina se refugió en un pequeño bosque de laurel que había próxima a la casa en la que había estado y a la derecha de la Villa. Es aquí donde dice la leyenda que se hincó de rodillas y elevando las manos al cielo exclamó con religioso fervor:

“¡Padre mío! Porque me concedáis volver libre y salva con mis hijos y los caballeros que me han acompañado, al Real de Santa Fe hago voto solemne de no arriesgar mi vida ni la de mis soldados, con caprichos semejantes, y edificar un convento al glorioso San Luis, cuyo día es hoy, en el mismo sitio donde vi avanzar las tropas enemigas. “

Mirador en los Jardines del convento donde estaba el famoso Laurel. 


Tras ello siguió oculta y refugiada bajo un laurel esperando el desenlace de la batalla. En el otro lado de la batalla, el Duque de Cádiz por el centro y los condes de Ureña, Cabra y Tendilla, así como el Señor de Montemayor y Alcaudete por los flancos asentaron un duro ataque, que pese a la gran inferioridad numérica, acabó siendo un éxito no sólo se apresaron las dos piezas de artillería enemigas, sino que poco a poco iban avanzando en la contienda y rechazando el ataque musulmán que poco a poco perdía energía, hasta que finalmente y viendo las tropas musulmanas que la batalla estaba perdida emprendieron huida hacia Granada de forma atropellada.

Conocedora la reina del resultado de la batalla, se inclinó nuevamente y dio gracias al poderoso San Luis. Después y junto con sus hijos, capitanes y resto de tropas emprendieron el camino de vuelta a Santa Fe. En el camino se encontraron con las tropas del rey Fernando que avisado de la salida de las tropas musulmanas de Granada iba en ayuda de los suyos.

En cumplimiento de su promesa y años después de la conquista de Granada, se edificó en ese lugar un convento, dándole por titular a San Luis, rey de Francia en recuerdo de aquel memorable día.
El edificio lo habitaron religiosos franciscanos. Hoy día poco queda de él, e incluso del bosque de laureles poco queda sin embargo ahí está la historia y la leyenda que nos recuerda lo ocurrido en ese día del 25 de Agosto de 1491

Portada del convento. 


NOTA DEL AUTOR:

Este es un pequeño resumen de la leyenda del Laurel, y en cierto modo mi interpretación personal, decir que según las fuentes consultadas y escritas podemos encontrar varias versiones. A continuación os pongo algunas pinceladas sobre algunos aspectos de la batalla.

Uno de los puntos discordantes es saber quién fue realmente a la contienda. Unas crónicas sitúan también al rey Fernando sin embargo en otras no aparece. Igualmente se habla de los Infantes, D. Juan y Dña Juana, en pocos casos se habla de damas de compañía, y también en dos de las versiones se menciona como motivo del paseo el acompañar al embajador francés. Respecto a los capitanes y señores los mencionados en los distintos textos son:

Duque de Cádiz. Marqués de Villena, Conde de Tendilla, Conde de Cabra, Conde de Ureña, Alonso de Aguilar, Alonso Fernández de Montemayor, Duque de Escalona, Luis de Ribera y Luis Portocarrero.

Y por supuesto el tema de bajas todos coinciden en el que en el bando musulmán fallecieron 600 hombres y más o menos fueron capturados entre 1500 y 2000 musulmanes.

Otra de las cuestiones es la fecha si bien se refiere la leyenda al 25 de Agosto, resulta que el día de San Luis es el 18 de Junio, por lo tanto y aun habiéndola mantenido yo en la redacción es la fecha más falsa de todas, aunque por ser de Justicia a lo largo de la historia los cronistas también han barajado otras fechas como el 1, 10, 13 o incluso 14 de Julio, parece ser claro que fue un día caluroso de verano, sin que nadie a ciencia cierta nos pueda dar la fecha correcta.

Otro motivo de controversia es la causa por el que la Reina acudió a La Zubia, aunque más o menos suele haber cierta coincidencia en el motivo aludido de ver lo más cerca posible aquella ciudad, que tanto le estaba costando conquistar.

Plano de La Zubia


La batalla existió, es una realidad y está documentada, también parece ser cierto que la reina estuvo en todo momento en unas casas situadas a las espaldas del lugar donde se halla el convento de San Luis, de hecho aún es posible ver algunos solares con restos de viejos muros que pertenecían a esas casas.

Todo indica que la leyenda sirvió de mito fundacional del convento de San Luis el Real. Si bien la batalla está relatada de una u otra forma a lo largo de la historia por todos aquellos que escribieron sobre la conquista de Granada, es en el siglo XIX cuando una nueva ola de romanticismo viene a revitalizar este tipo de historias.

Respecto a la parte de la oración, es aquí como curiosamente sólo los cronistas que son religiosos mencionan dicho hecho en sus escritos. A partir de aquí y en el año 1500 se funda el convento eso es real, pero ya será parte de otra historia que ya contaremos en este blog.

En cualquier caso como leyenda o como historia aquí queda mi pequeño granito de arena a esta aventura de intentar que no se olviden los episodios más interesantes de nuestra historia.

Las Crónicas que relatan la batalla son las escritas por:
Pedro Mártir.
Andrés Bernáldez
Continuador de Pulgar
Pérez del Pulgar
Ginés Pérez de Hita
Rodríguez de Ardila
Alonso de Torres
Pedraza

Para esta entrada se ha usado principalmente la leyenda del laurel de José Joaquín Soler de la Fuente y el artículo “El Laurel de la Reina, Mito Fundacional del Convento Franciscano de San Luis el Real de La Zubia. HISTORICIDAD Y LEYENDA. De Alberto Martín Quirantes que pertenece a la Asociación CEI AL ZAWIYA, la cual podéis seguir a través de Facebook.

Templete en el Laurel de la Reina



viernes, 19 de enero de 2018

Ocurrió en Granada. Hazaña de Hernán Pérez del Pulgar. Diciembre de 1490

Hernán Pérez del Pulgar. 


Hubo un tiempo donde la literatura exaltaba la grandeza de las grandes conquistas en tiempos de musulmanes, muchos eran los libros que hablaban de las guerras entre cristianos y musulmanes, de sultanes y reyes, de bellas princesas, esclavos, y feroces guerreros.

Una de las historias más heroicas que ha llegado hasta nuestros días es la realizada por Hernando Pérez del Pulgar en el mes de Diciembre del año 1490 y que le supuso la concesión de más tierras y un derecho no alcanzado por muchos, el ser enterrado en la futura Catedral de Granada.

Escudo de armas. 


Pero empecemos por el principio...

En el año 1490 estando Pérez del Pulgar en Alhama, al despuntar el sol, decidió llamar a sus más allegados, sus compañeros de batallas, Francisco de Bedmar, su cuñado, Pedro del Pulgar, aquel moro que le había prometido fidelidad, Gerónimo de Aguilera, Tristán de Montemayor, Ramiro de Guzmán, Luis de Quero, Diego de Baena, Diego de Jaén, Alvaro de Peñalver, Diego Jiménez, Montesinos de Avila, Cristóbal de Castro, Alfón de Almería, Luis de Quero y Rodrigo Velázquez. quince caballeros que se juntaron a la llamada de nuestro protagonista.
Los campos cubiertos de nieve y la guerra en espera de la llegada del deshielo y de que los caminos se hicieran transitables.
Todos reunidos Hernando les dijo a esos valerosos caballeros “bien sé vuestra lealtad y vuestro esfuerzo de que me habéis dado tantas pruebas; y la mayor que en esta vida puedo daros de lo mucho que han labrado en mi corazón, es el haberos preferido para confiaros mi intento. Mañana voy a entrar en Granada...” tras el alborozo inicial siguió contando que no quisiera topar con enemigos antes de lograr su objetivo y morir a manos de ellos, así que lo pidió no como pago ni como orden sino como favor.
Francisco de Bedmar rompió el silencio que había y dijo..”Tu voluntad es nuestra ley, Hernando; y no nos vieras cual nos ves ahora si nos demandaras la vida...pero mal cumpliríamos con lo que a tí debemos, a tí que por tantos años no nos has tratado como caudillo, sino como amoroso padre, si al mirarte correr á una perdición cierta...”.
Hernando empezó a apercibirlos de como ir a tal extrema misión, vestidos con buenos soforros, jacerina debajo, buen acero de Toledo y el que no lo tuviera que acudiera a él, y hojas de Fez, así como capellares para pasar por delante de los moros sin ser vistos y además las noches son largas y frías.

A la tarde y desde la puertas de Alhama partió la comitiva rumbo a Granada, el camino fue duro y tortuoso, descabalgando muy a menudo para sacudir los miembros entumecidos del frío. A las puertas de la Vega de Granada hicieron alto y esperaron nuevamente a que cayera la noche para seguir con su itinerario y llegar a la ciudad sin ser vistos.

Antes a la salida de Alhama un vecino los reconoció al salir y dijo ¿Con Pulgar is? La cabeza lleváis pegada con alfileres.

En este descanso aprovechó Hernando para coger hojas secas, retamas y espartos, para hacer unos hachos de incendiar con el objetivo de prender fuego a la ciudad de Granada. Para ello llevaba en su equipaje un hacha de cera, alquitrán y cuerda.

Al caer la noche, tomaron el camino a Granada, que bien conocían de haber guerreado durante tantos años, a medianoche llegaron casi a las puertas de la ciudad, concretamente en un paraje donde se encuentra una Mezquita, hoy conocemos ese lugar como Ermita de San Sebastián en el paseo del Violón.

Ermita de San Sebastián. Morabito de Musulmanes. 


Desde ahí tomaron el curso del río Genil hasta el puente, donde entonces debían tomar el río Dauro, y debían de pasar con mucho sigilo por el castillo de Bib-Taubín fortaleza bien vigilada y con guarnición que podía dar la voz de alarma si eran descubiertos. Ciertamente la noche era muy oscura y el ruido del agua, amortiguaba el ruido, pues el río bajaba con gran caudal.


Llegado el momento todos querían acompañar a Pulgar sin escuchar ruegos, ni razones ni amenazas, no teniendo más remedio que acceder Pulgar, pero dejó a gran parte de los caballeros a orillas del río resguardando la retirada y tan solo unos pocos dejó que les acompañaran. Pedro que conocía la ciudad fue uno de los elegidos así como Bedmar y otros cuatro que eligió al azar.

Poco a poco fueron ascendiendo el río, pasaron por la ribera de las tenerías y gran fue la alegría del Pulgar al contemplar que todos habían llegado hasta llegar al último de los puentes, uno situado junto a una Alhondiga un lugar conocido por todos como Corral del Carbón.

Puerta del Corral del Carbón. 


Treparon hasta la calle, y llegaron a una pequeña plaza, tras salir de un laberinto de callejuelas, el lugar estaba desierto y oscuro. Allí y a escasos metros estaba la Gran Mezquita y su puerta principal.

Llegados a la puerta sacó Hernando del Pulgar un gran pergamino que traía bajo sus ropas, vieron todos que el pergamino sobre un fondo dorado estaba escrito AVE MARIA, con letras azules, y debajo otras que decían “Sed vosotros testigos de cómo tomo posesión de esta Mezquita, en nombre de los Reyes de Castilla, consagrándola desde ahora a la Virgen del cielo, que nos ha servido de guía”. Y puesto en pie clavó su cuchillo en la puerta dejando colgado el pergamino.

Hernán Pérez del Pulgar. AVE MARIA. Fuente revista La Soga. 


Se acercó a otra puerta que pertenecía a la Alcaicería, el mercado de mercancías y sedas y colocó el hacha encendida, pidiendo a sus amigos que acercaran las retamas y hojas secas recogidas al efecto, diciéndole a sus amigos que esa noche tenía que arder Granada. Sin embargo al pedirle a Tristán de Montemayor la cuerda encendida, ésta había quedado en la puerta de la Mezquita, lo cual provocó el enojo de Hernando del Pulgar, pues su hazaña había sido arrebatada por un descuido.

Diego de Baena, se apresuró a volver a recoger la cuerda, corriendo hacia la Mezquita junto con otros dos compañeros, pero al volver quiso la providencia que en un visto y no visto chocaran de bruces con moros que habían acudido al lugar alarmados por el ruido, rápidamente el rechinar de las espadas y el vocerío levantó a toda la ciudad y una nube de musulmanes cayó sobre ellos.

Aprovechando la oscuridad y confusión del momento lograron volver al cauce del río, y retroceder hasta donde esperaban el resto de compañeros, hasta que llegó Hernando de Pulgar que se había quedando el último guardando la retaguardia.


Ya no había que guardar formas ni sigilo, así que raudos y veloces salieron de la ciudad, mientras a su espaldas se escuchaba un gran estruendo de gritos y voces de torre en torre y de atalaya en atalaya. Sin embargo poco podían imaginar los musulmanes que todo esto se trataba de una pequeña incursión de un pequeño grupo de valientes.

Ya al amanecer llegaron nuestros valientes a la villa de Alhendin que pocos meses antes había sido reconquistada para los cristianos. Al día siguiente emprendieron regreso a Alhama, donde pronto llegó el rumor y la hazaña realizada. Todos fueron recompensados con haciendas y tierras por la empresa ejecutada. Y a Hernando del Pulgar además de tierras y haciendas le ofrecieron una merced jamás ofrecida a ningún otro caudillo y no fue otra que en la Catedral que se labrara sobre la Mezquita, tendría el privilegio de “asiento y honrada sepultura”.

Capilla de Pérez del Pulgar en el Sagrario de Granada. 

Interior de la Capilla. 


Así ocurrió quedando la dicha capilla en el lugar más privilegiado de Granada, entre tres grandes templos, la Catedral de Granada, la Iglesia del Sagrario, por la cual se accede a la Capilla y la Capilla Real, tumba de los Reyes Católicos, de esto salió un famoso proverbio, “se quedó como Pulgar, ni dentro ni fuera”.

Recreación de la Mezquita de Granada, sobre la Granada actual. Fuente elpoderdelaalhambra.com


Para la realización de esta entrada se han usado principalmente dos obras:

Hernán Pérez del Pulgar el de las hazañas bosquejo histórico. Francisco Martínez de la Rosa 1834
Ave María. D. Luis de Montes. Tradiciones Granadinas Reedición de la de 1857. 

domingo, 8 de enero de 2017

Castillo de Mondújar. Torres y Atalayas en el Valle de Lecrín.

Vista del Castillo de Mondújar.


Castillo que mandó construir el Rey Muley-Hacen, como regalo de bodas, para su amada Zoraya (Isabel de Solís), en el siglo XIV.

Su planta es irregular para adaptarse al terreno. Está situado en el Cerro del Castillejo al Este de la Población de Mondújar y a una altitud de 879 metros. Se conserva el acceso al castillo a través de una rampa y formado por una puerta con doble recodo, en el interior de una torre trapezoide. Dicha planta tenía dos plantas y terraza, y conserva en su parte alta parte del parapeto. En el interior de dicha torre se conservan hasta cinco troneras. 

Muro del castillo.

Probable entrada original del Castillo.


En el exterior existen restos de un gran aljibe con unas dimensiones de 7,50 x 4,80 metros construidos en hormigón de cal y algama, estuvo abovedado quedando aún algún resto que lo atestigua. A este aljibe llegan restos de una acequia. Además si observamos la ladera que sube hasta al castillo, está formada de pequeñas paratas que en su día formaban un bello y frondoso Jardín, pues hemos de recordar que el Castillo pertenecía a la nobleza Nazarí. 

Aljibe exterior del Castillo.

Resto de Acequia que suministraba agua al Castillo, se confunde con el sendero.


Adosado al muro norte restos de un segundo aljibe. Los lados Sur y Oeste de la fortaleza, los conforma la propia roca, lo cual no hace necesario la construcción de muros de mampostería. 

Restos de Torre.


Marca la tradición, que aquí se retiró el Rey Muley-Hacen con su amada Zoraya y sus dos hijos Cad y Nacre y fué enterrado en la cima, de lo que hoy conocemos como pico Mulhacen. En dos ocasiones se refugió aquí Muley-Hacen, tras la sublevación de su hijo Boabdil, y posteriormente cuando le cedió el trono a su hermano Zagal. 

Otra vista del Aljibe.

En el interior del Castillo.


En la rebelión de las Alpujarras de 1499 este lugar no pudo ser tomado al estar defendido por Dña Guiomar de Acuña, casada con Pedro de Zafra, caballero 24 de los de Granada. Hermano del conocido Fernando de Zafra, Secretario de los Reyes Católicos, en esta sublevación Pedro de Zafra falleció, su esposa Guiomar de Acuña, pudo aguantar, hasta que llegaron los refuerzos desde Alcaudete mandados por el Sr de Téllez, al hijo del matrimonio entre Guiomar de Acuña y Pedro de Zafra, D. Alonso de Zafra, le ofrecen un puesto entre los 24 de Granada y la tenencia de Mondujar el 11 de Abril del año 1500. 

Mondújar y valle del Lecrín.

Castillo de Lojuela desde el de Mondújar.


Las crónicas nos indican que en el año 1555, el castillo ya estaba abandonado y en ruinas.

Isabel de Solís, bella esclava de la corte musulmana, hija única del Comendador de Martos, y prometida de D. Alonso de Venegas, fue arrebatada y secuestrada de las manos de su padre, para llevarla cautiva a Granada toda una artimaña de su aya Artaja, el valido del rey Aben-Farraz, conocedor de la belleza de la cristiana se encargó del encuentro entre la esclava y el rey del Reino de Granada. 

Interior del castillo.


Ante el rey, le pidió protección y él encandilado por su voz y se belleza la prometió el reino, y ser reina, a partir de entonces fue Zoraya, lucero de la mañana. Muley-Hacen siguiendo los deseos de su amada, le construyó un castillo, como el que ella tuviera de niña en tierras cristianas, el lugar elegido Mondujar. 

Castillo de Mondújar.


Este amorío entre el Rey Muley-Hacen y Zoraya, fue motivo de debilidad en el reino y de luchas por el poder, en el que se vieron inmersos los Abencerrajes, Boabdil, Aixa, El Zagal, la historia final es sabida por todos cuando Boabdil entrega la ciudad a los Reyes Católicos el 2 de Enero de 1492, Zoraya, volvió a llamarse Isabel de Solís, se reconcilió con su religión cristiana y ella y sus hijos fueron tratados como nobles cristianos.

Nota curiosa es el tesoro que se conserva en el Museo arqueológico de Madrid, y que fue encontrado en Mondujar, un collar y algunas pulseras de época nazarí, y que sin duda constituyen un gran regalo a quien fuera una gran dama o sultana en aquella época, quien sabe si fueran de Zoraya. 

Tesoro de Mondújar. Museo arqueológico de Madrid. Fuente: www.adurcal.com  


Otro de los grandes puntos a tener en cuenta ya no del castillo sino de la población de Mondujar, es la existencia de una rauda, donde fueron enterrados los grandes reyes de la Alhambra y que fueron trasladados por Boabdil desde Granada antes de la rendición de la ciudad. El lugar no ha sido nunca encontrado, sin bien al hacer la autovía que baja a la playa, se encontraron algunas tumbas, pero normales, sin que se pudieran atribuir a la nobleza nazarí. 

Cementerio encontrado al construir la Autovía. Fuente: www.adurcal.com

DATOS DE INTERÉS:

PRECIO: Gratis. No aplicable. Espacio al aire libre. 
HORARIO: No aplicable. Disponible siempre. 
COMO LLEGAR: En este caso lo mejor es disponer de vehículo propio, coger la Autovía hacia Motril, y coger la Salida del Valle de Lecrín, al bajar el carril de desaceleración, giramos a la izquierda y pasamos bajo la autovía, y luego giramos a la derecha. LLegamos al Castillejo y veremos un cartel que nos indica como llegar al Castillo de Mondújar. Dejamos el coche, y en el cerro que vemos encima con una cruz, ahí está. Subimos un poco el carril asfaltado y cogemos la primera a la derecha, hasta el final, hasta llegar a unos bancales con olivos, ahí vamos poco a poco cogiendo altura y ya encontraremos una senda que nos lleva al Castillo. La subida es un poco dura. 
VISITA PARA EXTRANJEROS: Quizás no es muy recomendable al menos que queramos recorrer en un día el valle del Lecrín, y visitar otras atalayas y fortalezas. 
VISITA PARA GRANADINOS: Merece la pena, por la cercanía, organizarse una ruta que incluya este castillo y otros lugares de interés del Valle. 

Detalle.