En nuestro deambular por
el Albaicín en busca de Casas moriscas, hoy traemos una nueva a este
blog, se trata de la Casa Morisca en la calle Horno del Hoyo. Nada
más adentrarnos en esta pequeña calle que se encuentra en las
inmediaciones de la Plaza Larga y Plaza de Fátima vamos a
identificarla rápidamente al ver la entrada de la casa. Si bien nos
encontramos ante una entrada completamente restaurada y realizada con
ladrillos de corte moderno, las líneas marcadas, el arco adintelado
y la estructura nos indican claramente que estamos ante una casa
morisca.
Una vez en el interior y
como ocurre con gran parte de las casas moriscas que han llegado en
pie hasta nuestros días, nos encontramos un inmueble completamente
reformado y en el que los dueños han tenido que realizar una
desorbitada inversión económica para adecuar la casa a vivienda,
sin embargo y afortunadamente para el deleite de todos quedan
pequeños elementos originales que nos trasladan quinientos años
atrás en el tiempo.
A mi juicio lo que
primero llama la atención son las dos columnas que hay en uno de los
pórticos de la casa, en las que destacan dos bellos capiteles
nazaríes, idéntidos a los que encontramos en la Alhambra y en otras
construcciones que han llegado hasta nuestros días.
Obviamente, la casa gira
en torno a un pequeño patio, en el que en la restauración han
tenido a bien conservar la pequeña alberca con su fuente de piqueta,
un elemento clásico y fundamental en la vida musulmana, el agua en
este caso como un elemento que nos transporta a la ensoñación y
al paraíso y con una utilidad funcional cuando en verano sirve como
refrigerador en las cálidas noches.
Y si bien el agua de la
alberca tiene esa función poética, necesariamente necesitamos agua
para el uso común, cocinar, beber..etc, en este caso aún se
conservan dos grandes tinajas, como las que había en todas las casas
del Albayzín, y de Granada, y que hasta no hace mucho (mediados del
siglo pasado) seguían conservando su utilidad. Esas tinajas se
abastecerían de una red secundaria de agua que partían de las
canalizaciones que desde la Acequia de Aynadamar llenaban los Aljibes
del Albayzín, pues por el tamaño de la vivienda, debemos pensar que
los habitantes de ella en el siglo XVI, eran pudientes, y por tanto
contaban con agua corriente.
El patio tiene una típica
orientación Norte- Sur de esta manera la vida se desarrollaba en uno
u otro lado según la época del año en la que estuviéramos. Y la
casa cuenta con dos plantas, algo que ocurrió con todas las
viviendas del Albayzín, pues a medida que la reconquista iba
cercando la ciudad de Granada, hubo que ganar altura en las casas
para acoger a los miles de refugiados que llegaban desde el resto de
Al-Andalus.
El resto de elementos de
la casa están muy cambiados y reformados, destacan también unas
celosías de yeso, completamente nuevas, como las que vemos en otras
casas, como la de Zafra, u Horno del Oro.
La casa como es deducible
es de propiedad privada, aunque alberga a la empresa “Cerámica
Alyarrar” y en Google Maps figura como “exposición”, y
figuran algunas fotos del interior, con las obras de cerámica que se
realizan de una gran belleza y sutileza.
DATOS DE INTERÉS:
PRECIO: No aplicable.
Casa Privada.
HORARIO: No aplicable.
Casa Privada.
VISITA PARA GRANADINOS:
Se trata de una casa privada, así que pocas son las opciones de
poder verla, en mi caso lo hice a través de la asociación Secretos
de Granada y su director Isacio Rodríguez con la que entré hace
tiempo. No obstante al albergar una empresa de cerámica, quizás sea
una posibilidad de entrar al inmueble.