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viernes, 19 de enero de 2018

Ocurrió en Granada. Hazaña de Hernán Pérez del Pulgar. Diciembre de 1490

Hernán Pérez del Pulgar. 


Hubo un tiempo donde la literatura exaltaba la grandeza de las grandes conquistas en tiempos de musulmanes, muchos eran los libros que hablaban de las guerras entre cristianos y musulmanes, de sultanes y reyes, de bellas princesas, esclavos, y feroces guerreros.

Una de las historias más heroicas que ha llegado hasta nuestros días es la realizada por Hernando Pérez del Pulgar en el mes de Diciembre del año 1490 y que le supuso la concesión de más tierras y un derecho no alcanzado por muchos, el ser enterrado en la futura Catedral de Granada.

Escudo de armas. 


Pero empecemos por el principio...

En el año 1490 estando Pérez del Pulgar en Alhama, al despuntar el sol, decidió llamar a sus más allegados, sus compañeros de batallas, Francisco de Bedmar, su cuñado, Pedro del Pulgar, aquel moro que le había prometido fidelidad, Gerónimo de Aguilera, Tristán de Montemayor, Ramiro de Guzmán, Luis de Quero, Diego de Baena, Diego de Jaén, Alvaro de Peñalver, Diego Jiménez, Montesinos de Avila, Cristóbal de Castro, Alfón de Almería, Luis de Quero y Rodrigo Velázquez. quince caballeros que se juntaron a la llamada de nuestro protagonista.
Los campos cubiertos de nieve y la guerra en espera de la llegada del deshielo y de que los caminos se hicieran transitables.
Todos reunidos Hernando les dijo a esos valerosos caballeros “bien sé vuestra lealtad y vuestro esfuerzo de que me habéis dado tantas pruebas; y la mayor que en esta vida puedo daros de lo mucho que han labrado en mi corazón, es el haberos preferido para confiaros mi intento. Mañana voy a entrar en Granada...” tras el alborozo inicial siguió contando que no quisiera topar con enemigos antes de lograr su objetivo y morir a manos de ellos, así que lo pidió no como pago ni como orden sino como favor.
Francisco de Bedmar rompió el silencio que había y dijo..”Tu voluntad es nuestra ley, Hernando; y no nos vieras cual nos ves ahora si nos demandaras la vida...pero mal cumpliríamos con lo que a tí debemos, a tí que por tantos años no nos has tratado como caudillo, sino como amoroso padre, si al mirarte correr á una perdición cierta...”.
Hernando empezó a apercibirlos de como ir a tal extrema misión, vestidos con buenos soforros, jacerina debajo, buen acero de Toledo y el que no lo tuviera que acudiera a él, y hojas de Fez, así como capellares para pasar por delante de los moros sin ser vistos y además las noches son largas y frías.

A la tarde y desde la puertas de Alhama partió la comitiva rumbo a Granada, el camino fue duro y tortuoso, descabalgando muy a menudo para sacudir los miembros entumecidos del frío. A las puertas de la Vega de Granada hicieron alto y esperaron nuevamente a que cayera la noche para seguir con su itinerario y llegar a la ciudad sin ser vistos.

Antes a la salida de Alhama un vecino los reconoció al salir y dijo ¿Con Pulgar is? La cabeza lleváis pegada con alfileres.

En este descanso aprovechó Hernando para coger hojas secas, retamas y espartos, para hacer unos hachos de incendiar con el objetivo de prender fuego a la ciudad de Granada. Para ello llevaba en su equipaje un hacha de cera, alquitrán y cuerda.

Al caer la noche, tomaron el camino a Granada, que bien conocían de haber guerreado durante tantos años, a medianoche llegaron casi a las puertas de la ciudad, concretamente en un paraje donde se encuentra una Mezquita, hoy conocemos ese lugar como Ermita de San Sebastián en el paseo del Violón.

Ermita de San Sebastián. Morabito de Musulmanes. 


Desde ahí tomaron el curso del río Genil hasta el puente, donde entonces debían tomar el río Dauro, y debían de pasar con mucho sigilo por el castillo de Bib-Taubín fortaleza bien vigilada y con guarnición que podía dar la voz de alarma si eran descubiertos. Ciertamente la noche era muy oscura y el ruido del agua, amortiguaba el ruido, pues el río bajaba con gran caudal.


Llegado el momento todos querían acompañar a Pulgar sin escuchar ruegos, ni razones ni amenazas, no teniendo más remedio que acceder Pulgar, pero dejó a gran parte de los caballeros a orillas del río resguardando la retirada y tan solo unos pocos dejó que les acompañaran. Pedro que conocía la ciudad fue uno de los elegidos así como Bedmar y otros cuatro que eligió al azar.

Poco a poco fueron ascendiendo el río, pasaron por la ribera de las tenerías y gran fue la alegría del Pulgar al contemplar que todos habían llegado hasta llegar al último de los puentes, uno situado junto a una Alhondiga un lugar conocido por todos como Corral del Carbón.

Puerta del Corral del Carbón. 


Treparon hasta la calle, y llegaron a una pequeña plaza, tras salir de un laberinto de callejuelas, el lugar estaba desierto y oscuro. Allí y a escasos metros estaba la Gran Mezquita y su puerta principal.

Llegados a la puerta sacó Hernando del Pulgar un gran pergamino que traía bajo sus ropas, vieron todos que el pergamino sobre un fondo dorado estaba escrito AVE MARIA, con letras azules, y debajo otras que decían “Sed vosotros testigos de cómo tomo posesión de esta Mezquita, en nombre de los Reyes de Castilla, consagrándola desde ahora a la Virgen del cielo, que nos ha servido de guía”. Y puesto en pie clavó su cuchillo en la puerta dejando colgado el pergamino.

Hernán Pérez del Pulgar. AVE MARIA. Fuente revista La Soga. 


Se acercó a otra puerta que pertenecía a la Alcaicería, el mercado de mercancías y sedas y colocó el hacha encendida, pidiendo a sus amigos que acercaran las retamas y hojas secas recogidas al efecto, diciéndole a sus amigos que esa noche tenía que arder Granada. Sin embargo al pedirle a Tristán de Montemayor la cuerda encendida, ésta había quedado en la puerta de la Mezquita, lo cual provocó el enojo de Hernando del Pulgar, pues su hazaña había sido arrebatada por un descuido.

Diego de Baena, se apresuró a volver a recoger la cuerda, corriendo hacia la Mezquita junto con otros dos compañeros, pero al volver quiso la providencia que en un visto y no visto chocaran de bruces con moros que habían acudido al lugar alarmados por el ruido, rápidamente el rechinar de las espadas y el vocerío levantó a toda la ciudad y una nube de musulmanes cayó sobre ellos.

Aprovechando la oscuridad y confusión del momento lograron volver al cauce del río, y retroceder hasta donde esperaban el resto de compañeros, hasta que llegó Hernando de Pulgar que se había quedando el último guardando la retaguardia.


Ya no había que guardar formas ni sigilo, así que raudos y veloces salieron de la ciudad, mientras a su espaldas se escuchaba un gran estruendo de gritos y voces de torre en torre y de atalaya en atalaya. Sin embargo poco podían imaginar los musulmanes que todo esto se trataba de una pequeña incursión de un pequeño grupo de valientes.

Ya al amanecer llegaron nuestros valientes a la villa de Alhendin que pocos meses antes había sido reconquistada para los cristianos. Al día siguiente emprendieron regreso a Alhama, donde pronto llegó el rumor y la hazaña realizada. Todos fueron recompensados con haciendas y tierras por la empresa ejecutada. Y a Hernando del Pulgar además de tierras y haciendas le ofrecieron una merced jamás ofrecida a ningún otro caudillo y no fue otra que en la Catedral que se labrara sobre la Mezquita, tendría el privilegio de “asiento y honrada sepultura”.

Capilla de Pérez del Pulgar en el Sagrario de Granada. 

Interior de la Capilla. 


Así ocurrió quedando la dicha capilla en el lugar más privilegiado de Granada, entre tres grandes templos, la Catedral de Granada, la Iglesia del Sagrario, por la cual se accede a la Capilla y la Capilla Real, tumba de los Reyes Católicos, de esto salió un famoso proverbio, “se quedó como Pulgar, ni dentro ni fuera”.

Recreación de la Mezquita de Granada, sobre la Granada actual. Fuente elpoderdelaalhambra.com


Para la realización de esta entrada se han usado principalmente dos obras:

Hernán Pérez del Pulgar el de las hazañas bosquejo histórico. Francisco Martínez de la Rosa 1834
Ave María. D. Luis de Montes. Tradiciones Granadinas Reedición de la de 1857. 

sábado, 18 de febrero de 2017

Aljibe de San Luis.

Aljibe de San Luis


Este aljibe se encuentra en el llamado ramal de San Luis, el agua de la acequia a la entrada de la ciudad se subdivide, y uno de los ramales pasa justo por debajo de la puerta de Fajalauza para llegar en primer lugar al Aljibe de la Cruz de Piedra, posteriormente sigue su recorrido hasta el este aljibe, para seguir hasta una división que parte el agua entre el Aljibe de Santa Isabel de los Abades y el Aljibe de la Vieja, desde éste último pasa al Aljibe del Peso de la Harina, que a su vez también se llena con el remanente del agua que sobra del Aljibe de la Plaza del Salvador, y el remanente que ya pudiera quedar en este último tramo, iba a parar a las Huertas del entorno de las Casas del Chapiz.

Este aljibe se sitúa junto a la Iglesia de San Luis, que se levanta sobre la antigua Mezquita de la Pureza, (Yami Al-Safa). Su construcción está datada entre los siglos XIV y XV, perteneciendo por tanto a la dinastía Nazarí. 

Aljibe e Iglesia de San Luis.


La iglesia está en ruinas, desde que se incendiara en la Segunda república.

Es el más pequeño de todos los aljibes del Albaicín con una capacidad de unos 4,5 metros cúbicos, por lo que se trataría de un aljibe de paso que serviría para la decantación de limos, dentro de este ramal en la red de aljibes. 

Detalle de la Boca del aljibe.

Interior del aljibe.


Tiene planta rectangular con bóveda de cañón, con unas medidas de 2,43 por 1,04 con dos alturas. Se cubre en su parte anterior con la mencionada bóveda de cañón y con quilla la parte posterior.

La parte exterior está reconstruida, debido a un accidente sufrido con un camión de recogida de basuras en el año 2011.

DATOS DE INTERÉS:

PRECIO: Gratis
HORARIO: No aplicable.
VISITA PARA GRANADINOS:Imprescindible para cualquier Granadino, dejarnos caer por esta zona poco conocida por todos del Albaicín y dar un paseo, siguiendo sus callejuelas, y este ramal de la acequia de Aynadamar.
VISITA PARA EXTRANJEROS: Si nos adentramos en el Albaicín, y queremos verlo entero, necesitamos más de un día para ello, esta parte es muy bonita y tiene lugares de especial encanto. No sólo sus aljibes, sino también miradores fantásticos o puertas de entrada a la ciudad, así como casas moriscas.
COMO LLEGAR: Claramente andando, aunque sea desde el centro, pues en esa subida hasta este punto, tendremos que atravesar todo el barrio. Las otras opciones, son el autobús que sale desde la Plaza de Isabel la Católica, o bien en taxi, el coche particular, totalmente prohibido, no sólo no hay donde dejarlo, sino que además hay un sistema de pilonas que impide la entrada al barrio. 

Situación del aljibe dentro de este ramal.


jueves, 2 de febrero de 2017

ALJIBE DE LA PLACETA DE LA CRUZ DE PIEDRA.


Aljibe de la Placeta de la Cruz de Piedra.

Nos encontramos ante un aljibe de la dinastía nazarí, construido en el siglo XIV, como ya hemos visto en otros aljibes del Albaicín en este blog, se suministraba del agua que se traía a través de la acequia de Aynadamar desde el nacimiento de Fuente Grande en la localidad de Alfacar hasta este lugar.

Dicha acequia fue construida por la dinastía zirí, para suministrarse de agua, una vez que se instalaron en los restos de la antigua ciudad romana e íbera que aquí existía, si bien usaron algunas cisternas para abastecerse, pronto tuvieron que recurrir a esta obra de ingeniería,se piensa que puede que reutilizaran restos de una anterior acequia romana. 

Puerta de Fajalauza.


Este aljibe concretamente se encuentra en el llamado ramal de San Luis, el agua de la acequia a la entrada de la ciudad se subdivide, y uno de los ramales pasa justo por debajo de la puerta de Fajalauza para llegar en primer lugar a este Aljibe, posteriormente sigue su recorrido hasta el Aljibe de San Luis, para seguir hasta una división que parte el agua entre el Aljibe de Santa Isabel de los Abades y el Aljibe de la Vieja, desde éste último pasa al Aljibe del Peso de la Harina, que a su vez también se llena con el remanente del agua que sobra del Aljibe de la Plaza del Salvador, y el remanente que ya pudiera quedar en este último tramo, iba a parar a las Huertas del entorno de las Casas del Chapiz.

Los Aljibes podían tener una función meramente práctica y social como la de suministrar agua a la población, pero también tenían una función religiosa, vinculada a la cercanía de alguna Mezquita en el entorno, siendo el agua necesaria para el ritual de las abluciones antes del rezo. En este caso y según Seco de Lucena, este aljibe está vinculado a una Mezquita que hubo en este lugar llamada de los conversos (Masyid-Al Taibin). Lo cual nos hace ver que en la ciudad hubo al menos dos Mezquitas de los conversos, esta mencionada y la otra que todos conocemos y que se ubicaba en lo que hoy es la actual Iglesia de San Juan de los Reyes, y que junto a la Iglesia de San José, fueron las dos únicas Mezquitas consagradas en Iglesias, en los primeros días del mes de Enero de 1492. 

Interior del Aljibe

Interior del Aljibe

Inerior del Aljibe, detalle de bóvedas de cañón en ladrillo


El aljibe tiene una capacidad de 17 metros cúbicos, lo que hace que sea de pequeño tamaño, en su interior tiene dos bóvedas de cañón que se cortan ortogonalmente formando aristas, sus dimensiones son 3,75 metros por 1,75 por 4,33 y en su brocal destacan unas piedras grises de Sierra Elvira, una de las cuales sería el brocal original. Al igual que ocurre con el Aljibe Colorado, está enfoscado dentro de una vivienda.

DATOS DE INTERÉS:

PRECIO: Gratis
HORARIO: No aplicable.
VISITA PARA GRANADINOS:Imprescindible para cualquier Granadino, dejarnos caer por esta zona poco conocida por todos del Albaicín y dar un paseo, siguiendo sus callejuelas, y este ramal de la acequia de Aynadamar.
VISITA PARA EXTRANJEROS: Si nos adentramos en el Albaicín, y queremos verlo entero, necesitamos más de un día para ello, esta parte es muy bonita y tiene lugares de especial encanto. No sólo sus aljibes, sino también miradores fantásticos o puertas de entrada a la ciudad, así como casas moriscas.
COMO LLEGAR: Claramente andando, aunque sea desde el centro, pues en esa subida hasta este punto, tendremos que atravesar todo el barrio. Las otras opciones, son el autobús que sale desde la Plaza de Isabel la Católica, o bien en taxi, el coche particular, totalmente prohibido, no sólo no hay donde dejarlo, sino que además hay un sistema de pilonas que impide la entrada al barrio. 

Pequeño corquis con los diferentes aljibes del ramal.


domingo, 25 de octubre de 2015

Iglesia de San José.


Alminar del siglo XI. Iglesia de San José
IGLESIA DE SAN JOSE

Vamos a empezar a hablar en este blog, de uno de los elementos más característicos de nuestra ciudad y de cualquier ciudad Cristiana, las Iglesias, no lo he hecho antes por la complejidad del tema, pues no sólo es hablar de la Iglesia, sino de su arquitectura, esculturas, obras de arte que hay en el interior, historia y otros tantos temas que dificultan el texto, pero había que empezar y ésta es la Iglesia elegida.

Vista de la Iglesia de San José. 


HISTORIA.

La Iglesia de San José está construida sobre la antigua mezquita de Al-Muratibin, o de los morabitos o ermitaños. Un morabito es un lugar de culto, donde se retiraban una especie de santones a meditar dentro del mundo islámico, en Granada afortunadamente aún queda uno de esos morabitos que todos conocemos, es la famosa Ermita de San Sebastián, en la que en este blog , podéis encontrar amplia información.
Esta mezquita se haya entre las más antiguas de Granada, siendo difícil precisar su año de construcción entre el siglo VIII y XI, es en éste último siglo, con la llegada de los Ziríes, cuando probablemente se convirtiera en la Mezquita Mayor de la denominada Medina, aunque también cabe la posibilidad de que esta Mezquita estuviera ubicada donde hoy está la Iglesia de San Miguel Bajo.
El lugar elegido por los musulmanes no es aleatorio, pues nos encontramos dentro del perímetro de la antigua ciudad íbera, el conocido como opidum ibérico.

Armadura Mudéjar. 

Cuando llegan los Reyes Católicos, en los primeros días de ocupación en la ciudad dos Mezquitas son bendecidas, la primera la de los Conversos el 5 de Enero de 1492 la actual San Juan de los Reyes, y ésta dos días después el 7 de Enero de 1492 por Fray Hernando de Talavera.
El edificio fue demolido definitivamente en 1517 proyectándose la construcción de la actual Iglesia tal y como ha llegado a nuestros días, terminándose las obras en el año 1525.

EL ALMINAR.

Es lo único que ha llegado hasta nuestros días, de la antigua mezquita, es del siglo XI, de estilo califal, los sillares de la base son de origen Romano y su construcción lo es con lajas de la Malahá con la técnica de soga y tizón, es decir con alternancia. Su estructura es similar a la famosa Torre Turpiana. En los años 30 del siglo pasado sufrió una importante reforma por Torres Balbás, que eliminó un revoco que ocultaba su estado actual y original.

Detalle del Alminar. Campanario Cristiano. 


Igualmente ha llegado hasta nuestros días el aljibe, pues como bien dijo uno el agua es el agua, y no entiende de religiones, por lo que una vez bendecida, no era necesario la destrucción de tan importante obra de ingeniería y además tan fundamental para la vida de los nuevos inquilinos de este barrio tras la conquista.

Aljibe de la Iglesia de San José. 


LA IGLESIA

En primer lugar nos detenemos en su portada de Piedra de Sierra Elvira realizada por Luis Arévalo, es un arco enmarcado en columnas dóricas. Sobre la cornisa un frontón triangular acabado en roleos. Por último una hornacina rematada por una cruz en la que podemos ver a San José con el Niño en piedra.

Entrada a la Iglesia. 

Detalle de Hornacina. San José y el Niño. 


El interior de la Iglesia es una nave, cubierta por una armadora sobre cuatro arcos ojivales transversales. La capilla mayor está cubierta por un alfarje octogonal.

Nave, armadura y arcos de la Iglesia. 


La Iglesia cuenta con ocho capillas. La capilla mayor destaca por su retablo en el que destacan cuatro columnas corintias, pintadas simulando serpentina y capiteles dorados. En el centro una hornacina con una talla de San José con el Niño de Torcuato Ruiz del Peral.

Capilla Mayor de la Iglesia. 

San José y el Niño. 


En los laterales dos lienzos de Melchor de Guevara, la adoración de los pastores y la Piedad. A los pies de la capilla mayor y a ambos lados encontramos una talla de la purísima de Diego de Mora y una Virgen de las Angustias.

Lienzo de Melchor de Guevara. Aunque también se le atribuye a Pedro Tomás. 

Lienzo que representa la adoración de los Reyes Magos. Melchor de Guevara, o
puede que Pedro Tomás. 

Virgen de Diego de Mora. 

Virgen de las Angustias. 


LAS CAPILLAS

Primera capilla de la epístola, es un arco de medio punto, con un balcón y que tiene un órgano de tubería del siglo XIX, da acceso a la casa parroquial y en su día al cementerio de la parroquia. Destaca un cuadro de Cristo muerto adorado por los ángeles de Felipe Gómez de Valencia de 1668.

Organo de tubería. 

Puerta de salida al Cementerio. 

Descendimiento de Cristo de Felipe Gómez. 


La segunda capilla está dedicada a San Nicolás de Bari con una obra de Francisco Vallejo de 1794. Escoltan a San Nicolás, San Crispín y San Crispiano, figuras encargadas por la hermandad de los Zapateros.

San Nicolás de Bari, franqueado por San Crispín y San Crispiano. 

San Nicolás de Bari. 



La tercera capilla contiene el Cristo atado a la Columna de Diego de Siloé. En esta capilla está la antigua Virgen de la aurora, que fuera encontrada detrás de un muro en unas obras de rehabilitación.

Antigua virgen de la Aurora. 

Cristo atado a la Columna de Diego de Siloe. 


En la cuarta Capilla se encuentra la pila bautismal, una inmaculada del estilo de Alonso Cano, un busto de Ecce Homo, y una talla de la Virgen de la Asunción de Alonso de Mena.

Pila Bautismal. Virgen estilo Alonso Cano. 

Ecce Homo. 
Virgen de Alonso de Mena. 


En el lateral del evangelio, la primera Capilla está dedicada a San Cayetano, con una imagen de Felipe González.

San Cayetano de Felipe González. 
La segunda capilla sería la puerta de entrada a la Iglesia.
La tercera capilla está dedicada a la Sagrada Familia.

Sagrada Familia. 
Por último la cuarta capilla que a mi entender es la más bonita y solemne de la Iglesia. Tiene una armadura de lazo, y se impone en ella el Cristo de la Misericordia o del Silencio, realizado por José de Mora en el año 1695, en el taller que tenía, justo donde hoy se sitúa la casa de los Mascarones en el Albaicín, donde hay una placa que así lo indica.





La imagen es una de las más impactantes dentro de la imaginería, perteneció en un primer momento a la Iglesia de San Gregorio Bético, hasta la desamortización. Está sobre una preciosa cruz de taracea.
A ambos lados de la capilla encontramos un retablo Gótico y otro plateresco.

Retablo Plateresco. 

Retablo Gótico. 


DATOS DE INTERÉS

PRECIO: Gratis , aunque la Iglesia agradecerá cualquier donativo para reformar las obras, como un cuadro que ahora mismo están restaurando.
HORARIO: Sujeto al horario de misas, se puede entrar un poco antes, o bien al finalizar el culto.
VISITA: Muy interesante el alminar y el aljibe que se pueden ver desde fuera en cualquier momento del día, y que nos coge de paso en cualquier subida al Albaicín, desde Plaza Nueva. Entrar dentro es también bastante interesante, pero habremos de ir expresamente haciendo coincidir nuestra visita con el horario de misas.
COMO LLEGAR: Lo mejor es andando desde Plaza Nueva pues hablamos de apenas 5 minutos a pie. Curiosamente un coche puede llegar hasta la misma puerta, pero sin parking posible, y con acceso restringido al barrio. El autobús no es buena opción, pues nos deja o bien en Plaza Nueva o bien en San Miguel Bajo aunque en último caso, yo me bajaría ahí, y luego descendería dando un paseo hasta la Iglesia.


Iglesia de San José en el Albaicín cerca de Plaza Nueva.