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jueves, 15 de agosto de 2024

Canteras de piedra romana en La Peza y Lopera.

Interior de Cantera


En esta entrada vamos a descubrir un par de canteras situadas en el término municipal de La Peza y de las que se piensa se extrajo toda la piedra para la construcción del teatro romano de Guadix así como de otras construcciones romanas de Acci.

Sillares en el Teatro romano de Guadix


Recientemente una serie de estudios han analizado la composición de los diferentes sillares y piezas de piedra que forman parte de la construcción del teatro romano y a través de su composición se ha intentado localizar de forma exacta de dónde y cómo fueron extraídas así como el camino y forma de transporte desde esas canteras hasta la ciudad.

Gradas del teatro y parte de la Orchestra. 


Primeramente vamos a hablar de los dos grandes tipos de piedras a grandes rasgos que encontramos en el teatro romano de Guadix, por un lado los sillares, grandes piezas con formas cuadrangulares y caras planas y por otro lado piedras que han sido usadas con fines decorativos, capiteles, frisos...etc.

Piedras decorativas


En la zona de la orchestra es dónde más piezas del primer tipo se han encontrado, los sillares, con unas medidas medias que oscilan sobre los 110,3 x 60,9 x 43,1 cm y que alcanzan un peso de unos 600 kg aproximadamente por pieza. Este tipo de piedra es anaranjada en húmedo, y parda amarillenta en seco, es blanda y tiene gran cantidad de fósiles de animales como conchas, algas o corales. Son calciduritas bioclástica.

Detalle de fósiles


El segundo tipo de piedra localizada es el concerniente a frisos, basas o capiteles entre otros, predominando los conglomerados rudíticos.

Detalle de Capitel. 


Otros elementos que podemos encontrar son Los Marmora, pequeñas piezas de piedra pulida y por supuesto una serie de muros y estructuras realizadas con mortero de cal.

Vista parcial del Teatro romano y sus elementos de construcción. 


Ante esta división y en aras de encontrar las canteras de las que se obtuvo dichas piedras, teniendo en cuenta el peso de los sillares estimado en unos 600 kilos se da por hecho que debía de ser transportada desde algún lugar no muy lejano al de la construcción del teatro. A partir de estos datos, se estudió tanto las canteras conocidas en la comarca y alrededores de Guadix, así como la composición y material que se podía extraer de ellas.


Las canteras que han podido servir en su día de base para la extracción de materiales son la de Bácor, situada justo a la salida del aliviadero del pantano del Negratín, la de La Almida situada a 17 km de Guadix y en la que ya consta la extracción de piedra para la Construcción de monumentos como la Catedral; La del Mirador de la Peza, que igualmente e históricamente fue usada para tal finalidad de construcción de la Catedral o Iglesia de Santiago entre otras; y por último la de Lopera situada a 10 kilómetros de Guadix.


En esta entrada vamos a visitar tan sólo las canteras del mirador de La Peza y las de Lopera, dejando para otra entrada el resto de posibles canteras.


Las primeras de las Canteras es la del Mirador de La Peza, está situada justo en el borde Norte del embalse Francisco Abellán, se puede acceder a ellas en coche, que podemos dejar junto al Mirador del Fardes. Desde ahí vemos fácilmente a nuestra derecha el farallón rocoso del que se obtuvo toda la piedra. De este lugar destacamos las numerosas cruces y grafitos marcados en la roca.

Cantera en el Mirador de la Peza o río Fardes







Cruces



La segunda cantera, la de Lopera está situada tras la presa del embalse en una zona elevada, y forman un complejo de cuevas y cavidades realmente espectaculares, desgraciadamente están ocupadas para tareas ganaderas lo cual hace difícil su exploración, máxime si nos encontramos con algún tipo de ganado en su interior. Para llegar a ellas, deberemos dejar el coche en el parking del embalse, remontar un poco la carretera y coger un carril que nos baja hacia la zona de desembalse del embalse, ahí ese carril girará y nos llevará directamente a las canteras que las veremos a lo lejos como corrales de ganado. 

Canteras de Lopera





En sus paredes se aprecian los cortes del metal


Y en la siguiente foto podemos ver su ubicación sobre el mapa de Google. 



domingo, 30 de octubre de 2022

Ocurrió en Granada. Accidente de avión en Tocón de Quéntar en 1952.

 

Cruz en el Puerto de Blancares

En uno de mis muchos paseos y senderos que recorro a lo largo del año y concretamente en el puerto de Blancares que separa las localidades de Tocón de Quéntar y La Peza vi que había una cruz de considerable tamaño con una placa en la que había el nombre de varias personas. No sabía el motivo de esa cruz pero unas pintadas de banderas españolas y una bandera republicana me llevó al error de pensar que estaba erigida y propiciada por algún hecho relativo a la Guerra Civil Española. Sin embargo nada más lejos de la realidad, pues la cruz se levantó debido a un accidente de aviación que hubo en ese lugar en el año 1952 y en el que fallecieron los cuatro tripulantes del avión que pertenecían a la base aérea de Armilla. Desde aquí vamos a intentar contar en breves líneas que sucedió aquél día.

Vista de la Cruz



El 27 de Septiembre de 1952 el avión modelo Savoia SM-79 despega desde la base aérea de Armilla, con destino a Palma de Mallorca. La tripulación la formaban el capitán don Pedro Luque de Pablo, con el segundo piloto, teniente don Ernesto Bernal Garrido; mecánico, brigada don Francisco Eamoneta, y radiotelegrafista, sargento don Jesús López Ruiz. 

Noticia en el ABC edición de Sevilla. 
28 de Septiembre de 1952
HEMEROTECA ABC



Al poco tiempo de iniciado el vuelo y a la altura de La Peza comunicaron que había un problema mecánico del motor izquierdo decidiendo su regreso nuevamente a la base aérea de Armilla. Poco después se comunicaba que el motor central se había también parado, lo que significaba que el avión estaba condenado a tomar tierra de forma inminente. Por mucho que intentaron mantener el avión a una altura considerable, fue en vano y tras chocar con las copas de algunos pinos, el avión se precipitó a tierra en el lugar conocido como “Cañada del Vinagre” en la pedanía de Tocón de Quéntar. Sus cuatro tripulantes fallecieron en el acto y el avión se prendió al tener los depósitos de combustible llenos.


Placa en honor a los pilotos fallecidos. 


La base aérea de Armilla al no tener contacto con el avión, puso la voz de alarma. Desde Diezma una pareja de la Guardia Civil, había observado como un avión que humeaba descendía sobre la zona de “La Gitana”, al rato observaron una columna de humo. Al avión siniestrado se le conoce como “Spaviero”, y este accidente fue conocido como el del “Spaviero de Tocón de Quéntar”.


Imagen de archivo de un avión Savoia. 



Desgraciadamente nuestras Sierras han sido testigos de varios accidentes aeronáuticos, quizás el más famoso es el del avión americano que se estrelló en Jérez del Marquesado, pero no ha sido el único, con este pequeño episodio al menos mostramos el sentido de la cruz de piedra que podéis ver en el Puerto de Blancares.

Cruz levantada en el puerto de Blancares
por motivo del accidente y en honor a las 
víctimas. 

Llegar a la cruz es muy fácil, desde Quéntar os dirigís por la carretera del pantano hacia el Tocón de Quéntar, una vez pasado subís al puerto de Blancares, y al llegar arriba dejáis el coche. Veréis que hay como un sendero con barandas que baja hacia el Tocón, os dirigís al inicio de ese sendero, pues bien a vuestra izquierda se abre una rambla y a unos cien metros está la cruz. 

El Savoia SM-79 es un trimotor italiano, y fue usado como bombardero durante la Segunda Guerra Mundial.

BIBLIOGRAFÍA:

Abc edición Sevilla 28 de Septiembre de 1952. HEMEROTECA ABC

La Murga de Nito. 



martes, 22 de septiembre de 2020

Fiestas y Costumbres. El alcalde Carbonero. La Peza

 

El alcalde Carbonero en el c añón de encina (recreación)


En el año 1810 las tropas Napoleónicas entraron en Granada y se extendieron rápidamente por toda la Provincia, sin apenas resistencia por parte de la población local. A continuación vamos a relatar uno de los episodios más singulares ocurridos en nuestra provincia, concretamente en la localidad de La Peza y que gracias al escritor accitano Pedro Antonio de Alarcón, ha llegado hasta nuestros días. Esta es la historia de “El Alcalde Carbonero”.


Pedro Antonio de Alarcón



1810 y las tropas francesas ya están bien situadas en la comarca de Guadix, sin embargo surge un contratiempo, el matadero de Guadix tiene que cerrar por falta de reses, no hay ovejas, ni cerdos ni vacas, todo ello es debido a la voracidad con la que las tropas francesas devoran los alimentos. Urge buscar una solución que no tarda mucho en llegar en forma de orden. Quedan muchos pueblos en la comarca sin conquistar, así que las tropas irán hacia ellos y traerán todo el alimento que encuentren. Hacia Gor, el Zenete, la falda de la Sierra y los cuatro puntos cardinales salen columnas de soldados en busca de alimento.


Es 15 de Abril de 1810 y entre todos esos destinos hay uno que destaca por el carácter indómito de sus habitantes, La Peza, un lugar que ya tuvo en el pasado un papel muy importante en la rebelión de los moriscos y cuyas ruinas de su antiguo castillejo corona la villa.


Habitantes de La Peza en la cantina



Las calles y avenidas de la villa están cortadas por muros de troncos de encina cortados y otros árboles, el pueblo está lleno de leñadores y carboneros, pero lo que más llama la atención es un gran cañón realizado en el tronco de una gran encina, ahuecado a fuego, reforzado por cuerdas y alambres y en cuyo interior hay gran cantidad de pólvora, rocas, y trozos de hierro. Además el pueblo bien armado con no más de doce escopetas, pero un número infinito de piedras de todos los calibres, hondas para lanzarlas, garrotes, palos, hachas cuchillos y navajas.


Manuel Atienza. Alcalde carbonero (recreación)



Y por su puesto el ejército de lapezeños compuesto por unos 200 hombres al frente del cual se erige D. Manuel Atienza, su Sr. Alcalde, de entre 45 y 50 años de edad, alto y fuerte y carbonero de profesión. Vestido con alpargatas de piel de toro, tomiza y parella, medias de lana, calzón corto oscuro, chaqueta de igual color, y chaleco celeste de raso, todo ello coronado por un inmenso sombrero.


Malas noticias se ciernen sobre la Peza. 





El alcalde manda a Jacinto que era alguacil a por un tambor y perpetrado con la vara de mando de la alcaldía y con y con una larga espada y una pistola manda formar a la población, todo es algarabía y gritos ¡¡¡Viva el Sr. Alcalde!!! a lo que Atienza replica :

- ¡Qué alcalde y qué cuerno¡, ¡Viva Dios!, ¡Viva laPeza! ¡Viva la independencia española!


El pueblo preparado

El alcalde dando consignas al pueblo. 




Y manda al pregonero anunciar una proclama en la que insta los lapezeños a luchar contra los franceses, a defender su tierra y a morir como lo hicieron los españoles del 2 de Mayo.


Todos se dirigen a sus puestos, unos a la fortaleza de madera hecha con los troncos de encina, otros a lo alto del cañón, los hábiles con la honda a lo alto de la alcazaba morisca, los escopeteros camino de Guadix y Manuel Atienza dominando todo junto a Jacinto y su tambor.


Todos a la lucha. 



El cura bendice a todos los vecinos y ayuda a preparar vendajes, las mujeres rezan en la Iglesia y los niños se han refugiado todos en lo más alto de las cumbres de Sierra Nevada.


Iglesia de La Peza. 

El cura bendice. 


A las tres de la tarde una polvareda en el camino de Guadix anuncia la llegada de las tropas francesas a la localidad de La Peza. Se escuchan los primeros escopetazos que poco a poco se van acercando hacia el pueblo. Banderas negras ondean en la Peza.


Tropas francesas en las afueras de La Peza. 



200 soldados se aproximan al pueblo, las fuerzas en número están igualadas aunque no en calidad, ruines hombres de campo contra un ejército preparado y bien armado que cuenta además con caballería. Manuel Atienza, no teme a nada, no ve inferioridad, las primeras piedras alcanzan a las tropas francesas que paran en su avance y hacen una primera descarga de fuego que acaba con la vida de cinco vecinos.


Empiezan los disparos y el enfrentamiento. 




Los franceses avanzan y Manuel pide a todos que aguarden que tienen poca polvora y que el cañón será lo último que se use. Nueva descarga de tiros por parte de los franceses, en esta ocasión, los lapezeños se tiran al suelo y no hay víctimas, todos los tiros se estrellan contra los troncos apilados.


Escenas de la Batalla. 





La distancia es ya mínima y la caballería avanza, en ese momento el Alcalde da la orden, la tragedia ya no tiene remedio ambos bandos disparan sus armas a bocajarro, mientras la caballería entre un mar de piedras llega a la empalizada degollando a cuantos encuentran a su paso, hasta que un estruendo resuena en todo el lugar, el cañón preparado como último recurso, ha estallado, no ha resistido la fuerza de la pólvora introducida en su interior y ha expulsado la metralla en todas direcciones, sin diferenciar entre español o francés.


Cañón de tronco de encina tomado por los franceses. 



Los franceses se repliegan y entre la humareda sobresale la voz del Alcalde Carbonero que anima a los suyos, poco sabe él, que la explosión del cañón, ha hecho más daño en sus tropas que en la de los invasores, pero estos últimos no saben de las fuerzas del enemigo y huyen despavoridos hacia Guadix, a donde llegan a la ocho de la noche, apedreados, heridos y humillados.


Los franceses dentro del pueblo. 



La historia obviamente no podía acabar así, herido el orgullo patrio, el General Godinot a los cuatro días mandó a 2400 hombres armados y preparados para la conquista de una gran plaza. Pero cuando llegan La Peza está abandonada, no queda nadie ni en sus calles ni en sus plazas y los lobos pasean por ellas como si nunca hubiera vivido alguien, tan sólo algunas mujeres han bajado para dar una vuelta a sus hogares y rezar en la iglesia, allí están confinadas en la divina protección y en el respeto del ejercito francés, sin embargo nada más lejos de la realidad, son mancilladas y ultrajadas en su virtud y honor.


Los hombres bajan de la Sierra y ofrecen combate a los franceses, pero tal y como hacían los árabes en tiempo de la ocupación se repliegan hacia la Sierra y empieza un encarnizado combate, por cada español caen diez franceses, pero la diferencia numérica es superior y poco a poco los 90 hombres que sobrevivieron caen ante el empuje francés. Tan sólo queda Manuel Atienza, acorralado por franceses en lo alto de una peña herido, con sangre por todas partes y un trabuco con el que intenta defenderse, las balas silbando a su alrededor, pega un último tiro y le responde al oficial francés “- ¡Yo no me rindo!, ¡Yo soy la villa de La Peza¡


La Peza es de los franceses y Godinot pregunta que cuantos prisioneros hay para hacerlos ahorcar públicamente y dar un escarmiento, más sólo dos hay un viejo anciano y un niño. Heroicos han sido los habitantes de la Peza, cual espartanos.


Hoy en día La Peza recrea este acontecimiento con una recreación, que año tras año gana adeptos, el pueblo entero retrocede hasta el año 1810 y nuevamente se produce la lucha entre sus vecinos y las tropas francesas.


El pueblo entero se engalana para dicha efeméride, se recrean rincones de época y no hay vecino que no vaya ataviado como a principios del siglo XIX, somos los visitantes los que damos la nota con nuestros vaqueros y polos.


El espectáculo empieza sobre las 19:30, vemos la plaza del pueblo, la escuela, el barbero, la cantina y todos sus habitantes, es un día apacible hasta que llegan las noticias de Guadix, los franceses vienen a La Peza. A partir de aquí los hechos transcurren como los relatados, las armas, la preparación del pueblo la bendición del cura y la espera de las tropas francesas junto al gran cañón de encina.a peza que muere antes de entregarse¡ rompiendo su bastón de mando y arrojándose por la peña.


Carpinteros

Esceula

Barbero. 



La acción se traslada desde la plaza del pueblo hasta las afueras de La Peza en el camino a Guadix, dónde tienen lugar los enfrentamientos entre las tropas francesas y el pueblo de la Peza. El desenlace no es el deseado, especialmente cuando ese gran Cañón estalla en mil pedazos.


Gentes de La Peza. 




Al parecer Pedro Antonio de Alarcón, pudo conocer a testigos de esta historia a mediados de los años 50 del siglo XIX, no hay indicios históricos ni pruebas de que ello así ocurriera por eso a veces esta historia navega en el barco de las leyendas.


Otro de los puntos objeto de controversia es el lugar por el que Manuel Atienza pudo arrojarse, unos dicen que en el Tajo de Bernite y otros que en el Tajo de Barruecos, incluso se discute si realmente Manuel Atienza fuera alcalde de la Peza y no fuera más que un vecino con algo más de valentía y heroísmo.

La recreación tiene lugar el último fin de semana de Agosto, y es toda una experiencia y fiesta que desde aquí aconsejo, eso sí, si se es muy sensible a los petardos recomiendo en la segunda parte mantenerse alejado del espectáculo, pues los tiros de los franceses y los trabucos de los españoles, son muy estridentes y casi que pueden reventar los tímpanos sino tenemos cuidado.





HORARIO: Ultimo fin de Semana de Agosto sobre las 19:30 horas.

PRECIO: Gratis.

VISITA PARA GRANADINOS: Una fiesta que poco a poco va ganando peso y se ha hecho una imprescindible en el verano granadino con una cobertura de medios excepcional.

COMO LLEGAR: Para ir a la Peza hay que coger la A92 dirección Guadix, y coger el desvío que indica hacia La Peza, se tiene que aparcar en las afueras, sin ningún tipo de problema y dar un pequeño paseo hacia la plaza del pueblo, conviene llegar pronto para poder coger buen sitio.