Translate

Mostrando entradas con la etiqueta Washington Irving. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Washington Irving. Mostrar todas las entradas

martes, 19 de agosto de 2025

Antiguas profesiones granadinas. Los Neveros y el Camino de los Neveros.

 

Arriero cogiendo Nieve en Sierra Nevada

Releyendo la famosa obra de Washington Irving “Cuentos de la Alhambra”, encontramos el siguiente texto:

“...Pero Mateo ¿Qué luces son aquellas que veo brillar por Sierra Nevada, debajo de las nieves, y que podrían tomarse por estrellas si no fueran rojas y no brillaran sobre la oscura ladera de la montaña?

- Aquellas, señor, son hogueras que encienden los hombre que recogen nieve y hielo para abastecer a Granada. Todas las tardes suben a la Sierra con mulos y pollinos y se turnan para descansar y calentarse, unos junto a las hogueras, mientras que otros llenan de hielo los serones. Bajan después para llegar a las puertas de Granada antes de la salida del sol. Esa Sierra Nevada, señor, es una masa de hielo en medio de Andalucía, para tenerla fresca durante todo el verano”.

Grabado de un Nevero de la Sierra
Litografía de Gustavo Doré


Mucho antes de que los frigoríficos y neveras llegaran a nuestras casas, el ser humano a lo largo de la historia ha tenido que ingeniárselas para mantener los alimentos lo más frescos posibles y para que duraran lo máximo en el tiempo, en el caso de Granada, esto fue posible desde tiempos de los musulmanes gracias a la cercanía con Sierra Nevada y sus nieves perpetuas.



Ahí nació el conocido como Camino de los Neveros que conectaba Granada con las altas cumbres de Sierra Nevada, dónde en época estival aún quedaba nieve, en recua de mulos, una serie de personas salían todos los días al atardecer para descender al día siguiente con preciada carga que era la nieve y el hielo y que se acumulaban dentro de las casas en espacios habilitados para ello, en pequeños “pozos de nieve” o tinajas que a tal fin estaban preparadas.



Ya Felipe II en 1590 ordena que se gestione el comercio de la nieve, con fines recaudatorios, con un almacén central en la Zaida Alhóndiga y diferentes puntos de venta en la ciudad, la nieve se vendía en cajones de madera, y era usada como medicina, para conservar los alimentos y como producto de lujo para las clases pudientes.


A principios del siglo XVII nos consta que la Nieve de la Sierra está regulada, tanto su precio, recogida y acarreo, es decir era una profesión más sujeta a reglas, gremios y tributos. El precio de la Nieve en Granada en el año 1727 era de cinco maravedíes la libra (0,46 Kg).

Antiguo Pozo de Nieve del Convento del Ángel Custodio

Está en los bajos del Hotel Eurostars


En el año 1604 se le encargó a Diego Ruiz el abastecimiento de nieve de la ciudad, en el año 1614 se señalaron los lugares de venta pública de nieve en Granada y en el año 1617 se fue organizando el comercio de la nieve.


En los años 30 el precio de la Nieve rozaba las 25 pesetas por carga, consumiéndose en Granada entre una tonelada o tonelada y media diarias, el consumidor en los años veinte pagaba entre 25 ó 30 céntimos el Kilo de Nieve. Los arrieros eran hombres fuertes que conocían bien el terreno subían y bajaban de continuo, conforme el Verano avanzaba los viajes eran cada vez más duros, pues había que subir a mayor altitud en busca de Neveros, y a la bajada había más merma del producto al derretirse mayor cantidad de nieve entre un 40% y un 50 %


En el año 1879 fue vendido por el Ayuntamiento de Granada a perpetuidad el negocio a D. Diego García del Real por el precio de 125,000 pesetas. Esta actividad funcionó hasta el año 1922 cuando los herederos de D. Diego García del Real fundaron una fábrica de hielo en Granada, por lo que la actividad del los arrieros dejó de tener sentido. Posteriormente a la guerra civil entre los años 1945 y 1950 volvió a funcionar temporalmente por las restricciones del uso de la electricidad, que hacían muy difícil la producción de hielo en la fábrica. En el año 1950 se hicieron los últimos viajes a por nieve de forma oficial.


Las primeras zonas en dónde se cargaba nieve era en el Purche o Dornajo y progresivamente se iba subiendo por la Hoya de la Mora, Barranco de San Juan o el Corral del Veleta en el más extremo de los casos y en veranos muy cálidos, hasta hace algunos años aún el Corral del Veleta tenía nieves glaciares, hoy todas ellas derretidas. De esta manera la distancia a recorrer diariamente era de unos cincuenta kilómetros entre la ida y la vuelta, iban en grupos entre ocho y doce hombres con veinte o veinticinco mulos de carga. Cuando llegaban al destino unos encendían hogares para calentarse mientras que otros ya picaban y recogían la nieve en serones que eran cargados en las bestias de carga.


En Granada existía la casa de la Nieve, junto a la Alhóndiga Zaida, en la que se almacenaba la Nieve que bajaba desde la Sierra, y en el fielato que había junto al Colegio de los Escolapios los arrieros daban cuenta de la carga bajada a los efectos de pagar los correspondientes impuestos. Como la Alhóndiga Zaida se quedó pequeña se empezó a usar otra casa que había enfrente junto al Corral de Comedias y que se conocía como La Camorra y era una especie de casino popular de la ciudad de Granada.


EL CAMINO DE LOS NEVEROS


El camino de los Neveros partía desde el Puente Verde, desde ahí, ascendíamos la Avenida de Cervantes y nos íbamos hasta los Rebites, por encima de Huétor Vega, justo dónde hoy está el Restaurante las Perdices, empezaba propiamente dicho el camino.

El siguiente objetivo era “El contadero” tras superar la “La cuesta de los desmayos”, era una de las zonas de mayor desnivel del recorrido durante seis kilómetros, más adelante se llegaba al Purche lugar de descanso para el ganado, pues el camino de los neveros a su vez también era cañada de ganado.

El Purche


En la zona del Purche aún hoy en día es posible encontrar restos de pozos de nieve, pues a veces si los arrieros no podían bajar a Granada por alguna circunstancia, podían salvar la carga en estos lugares.

Desde aquí subimos al “Collado de las Víboras”, es un trayecto muy fiel al recorrido original, aquí nos cruzaremos con la pista que lleva a San Jerónimo. Seguimos subiendo y nos cruzamos por el Dornajo para subir por toda la zona de reforestación de pinos y llegar a la Fuente de los Neveros, claro referente a esta antigua profesión.

Desde el Cerrajón se ve el camino que falta desde el Purche
hasta el nivel de nieves en Sierra Nevada


Llegaremos después al Collado de las Sabinas, y siguiendo la cuerda llegaremos hasta los Peñones de San Francisco y la Hoya de la Mora. Aquí es dónde se recogía la nieve o algo más arriba ya dependía de la época del año.

En la Hoya de la Mora y hasta el 
Veleta era la zona elegida para cargar la Nieve
en los serones de los mulos. 



viernes, 6 de octubre de 2023

Viajeros en el Edén. Esculturas de Granada.

 


En el Paseo del Violón encontramos todo un homenaje a aquellos viajeros románticos del siglo XIX y que pusieron a Granada como uno de los destinos turísticos más deseados de aquella época, se trata de una escultura titulada Viajeros en el Edén y que les rinde un merecido tributo.



La escultura ganó un concurso organizado por el Ayuntamiento de Granada en el año 2009 para levantar un monumento de agradecimiento a todos esos artistas, pintores, poetas y dibujantes que durante ese siglo vinieron a nuestra ciudad y la trasladaron con sus artes al resto del mundo.



El autor y ganador de la obra fue Ramiro Megías López, y tuvo un presupuesto de 75,000 euros para su ejecución. Sobre dos módulos cúbicos que funcionan como una peana hay dos figuras en movimiento de entre 2 y 2,20 metros de altura, están realizadas en bronce patinado, y viene a representar a esos viajeros románticos que andan y pasean por nuestra ciudad mientras lo observan todo con detenimiento, Washington Irving, Alejandro Dumas, Richard Ford..etc.



La escultura originalmente se colocó en el Palacio de Quinta alegre en la Avenida de Cervantes, pero posteriormente en el año 2013 se trasladó al Paseo del Violón, un lugar de obligada entrada a la ciudad de Granada y en la que hay otras esculturas como la del Flamenco o el monumento a Boabdil. Esta inauguración corrió a cargo del entonces alcalde de la ciudad José Torres Hurtado.




A lo largo de las paredes del cubo e incluso en los pliegues de las vestimentas de nuestros protagonistas hay una serie de frases y célebres citas:




“Jamás he visto nada más maravilloso que la puesta de sol que envuelve la ciudad, ni nada más perfecto que la luna desarrollándose sobre sus conventos y sus torres, o las alturas vecinas de las montañas vestirse de nieve”. Henry David Inglis 1830.


“Granada era como una doncella dormida al sol sobre un lecho de musgo y helechos rodeados de cactus y aloes”. Alexandre Dumas 1846.




“No hay lugar en el mundo con tal fragancia repartida en tan pequeño espacio, con tanta frescura y con tantas ventanas abiertas al paraíso. “ Alexandre Dumas 1846.


“Esta mezcla de fuego, de nieve y agua hacen que el clima de Granada no tenga igual en el mundo. Un verdadero paraíso terrenal”. Teófilo Gautier 1840


Y en la misma escultura :


"Granada bella. Salve, ciudad del sol, amor de Boabdil, huerto florido. José Zorrilla. 1845". La obra aparece firmada por el autor.





En el Paseo del Violón se encuentra la Ermita de San Sebastián dónde históricamente Boabdil entregó las llaves a Fernando el Católico. En años más recientes era el lugar en el que se celebraba la feria de ganado y las fiestas del Corpus tal y como las conocemos hoy en día, con columpios y casetas de feria, hasta que por falta de espacio tuvo que trasladarse. Hoy en día es un bonito boulevar que pasa junto al río Genil y el Palacio de Congresos de la ciudad. 

viernes, 9 de junio de 2023

Baluarte de los Siete Suelos. Alhambra de Granada.


Baluarte de los Siete Suelos


Recientemente mi buen amigo Antonio Augustín Morales ha publicado su libro Baluartes de la Alhambra, Apuntes y anotaciones, en la que hace un exhaustivo recorrido tras años de investigación por estas obras poliorcéticas de la Alhambra. Es por ello que con esta nueva publicación más el resto de libros que tenemos en nuestro archivo, así como las anotaciones tomadas en las diferentes visitas realizadas a estos lugares en las visitas organizadas por el Patronato de la Alhambra, vamos a daros unas pequeñas pinceladas. 

Vista parcial del Baluarte 


El inicio de este tipo de construcciones denominadas baluartes lo encontramos en la aparición de la pólvora en el campo de batalla a finales del siglo XV, unido a que junto a la invención de la imprenta todos los conocimientos que se van adoptando se difunden de una forma más rápida. Las fortificaciones van rebajándose en altitud para hacer más difícil el impacto de los proyectiles, los muros se hacen mucho más gruesos y se adoptan formas pentagonales que absorben y repelen de forma muchísimo más eficaz los impactos de los cañones. Nacen de esta manera los baluartes y la fortificación abaluartada. 

En Granada, la Alhambra será la fortaleza que vivirá esta transformación con la construcción de una serie de baluartes tras la finalización de la reconquista. Los Reyes Católicos serán los encargados de comenzar las obras de fortificación, en especial por el temor de un posible levantamiento militar de los musulmanes que viven en el reino de conformidad a las capitulaciones firmadas. 

Una de esas obras realizadas es la del Baluarte de Bivalfarax, o Baluarte de los Siete Suelos. Es un Baluarte dividido en dos pisos bajos y una plataforma superior, que según algunos autores pudo haber estado protegida por una pequeña muralla, adarve y una puerta. 

El nombre de los Siete suelos viene por la creencia de que existen siete pisos inferiores bajo el baluarte, aunque la realidad es que tan sólo hay dos niveles. Es Juan Antonio Vilar Sánchez el que argumenta que siguiendo las anotaciones de Pedro de Martín, relativas a la construcción de dos Baluartes los de Bivalfarax y del Olivo tan sólo pueden corresponder al conocido hoy como Baluarte de los Siete Suelos y Baluarte de la Torre de las Cabezas.

Acceso al interior del Baluarte. 


Se encuentra en el lienzo sur de la muralla de la Alhambra, delante de la Puerta de los Siete Suelos y a una distancia de 35 metros. 

Vista parcial del Baluarte. 


Las medidas del Baluarte son de 21,5 metros de longitud por 18,5 de anchura y con una altura de escarpa con respecto al suelo actual de 15 metros. Este baluarte tal y como se aprecia en los grabados de época estaría rodeada por un foso imprescindible para darle su función defensiva. Desde este Baluarte se podía defender tanto la Puerta conocida hoy en día como Puerta de los Siete Suelos, así como los paños de muralla a Izquierda y Derecha con una profundidad de tiro que llegaba hasta el Baluarte de la Torre de las Cabeza y el Baluarte de la Torre del Agua.

Tronera

Tronera

 

El interior del Baluarte se compone de dos niveles, cubiertos por bóvedas anulares de cuarto de cañón hechas con ladrillo. En el piso superior no hay troneras al frente ya que quedarían por debajo del nivel de la contraescarpa, sí las hay hacia el Este y el Oeste ya que al estar escondidas en los flancos eran inalcanzables por la artillería enemiga. 

Interior del Baluarte

Interior del Baluarte


Los muros están realizados en mortero de cal con guijarros y cantos y tienen un grosor de dos metros. 

En el nivel inferior sí hay troneras con capacidad de fuego y que defendían la cava o foso originalmente planteados. Este baluarte muestra ya unos avances significativos con la creación de unos respiradores o chimeneas de ventilación que desde el piso más bajo permiten salir hasta la plataforma superior los humos procedentes de la explosión de la pólvora. 

Tronera desde el interior. 


Este Baluarte empezó a construirse en Marzo del año 1492, desde Mayo y hasta Agosto de ese mismo año, se construyó el foso o cava, que tuvo un coste de 62.000 maravedíes. Esa cava se iba construyendo y con la tierra que se iba sacando se levantaba la contraescarpa que debía alcanzar la altura máxima del baluarte. 

Vista del Baluarte y parte de la Puerta de los Siete Suelos


Las obras de este Baluarte así como las del Baluarte hoy conocido como de las cabezas, sufrieron períodos de inactividad a lo largo de los siguientes años, aún en el año 1497 hay archivos que demuestran la compra de materiales para la construcción del Baluarte. 

Esta zona en época musulmana se conocía con el nombre de "La Tabla", se hacían paradas militares, justas y torneos  y era un amplio espacio llano. 

Civitatis Orbis Terrarum

Baluarte de la Puerta de la Justicia
james cavanah murphy the arabian antiquities


Con la invasión de Napoleón, el baluarte fue nuevamente fortificado aunque tras la retirada de las tropas francesas, la zona fue volada con dinamita que si bien no afectó al baluarte sí lo hizo con la Puerta y torres aledañas. Washington Irving escribe "La que fue en otro tiempo formidable torre de los Siete Suelos es en la actualidad una pura ruina. Grandes bloques de murallas están esparcidos por todas partes, enterrados en la espesa maleza u ocultos por vides e higueras." Durante la guerra Carlista se le dotó a la Puerta de un parapeto aspillerado tal y como se puede ver en algunas fotos de época. 

Puerta de los Siete Suelos con restos de Aspilleras y en estado de ruina. 


Tanto el foso como la contraescarpa fueron desapareciendo al construirse en el siglo XX obras tan importantes como la Fonda de los Siete Suelos o el Hotel Washington Irving. 

Parte superior del Baluarte. 


Fue en los años 30 cuando el Hotel de los Siete Suelos fue derribado y poco a poco se fue adecentando nuevamente el Baluarte y Puerta de los Siete Suelos, hasta que en el año 2004 se pudo abrir a la visita pública. Si bien no se encuentra dentro del circuito con entrada general a la Alhambra sí se incluye en muchísimas de las actividades y visitas especiales que organiza el Patronato. 

Por último y aunque fuera del contexto, son muchas las leyendas, historias y cuentos que se han escrito teniendo como referencia a este Baluarte y en especial su puerta, así que aquí os dejo un enlace a una de ellas:

Leyendas sobre la puerta de los siete suelos y su baluarte


BIBLIOGRAFÍA:

Augustín Morales, A. (2023). Baluartes de la Alhambra Apuntes y anotaciones. 

Barrios Rozúa, JM (2013). Granada Napoleónica.

Vilar Sánchez, J.A. (2007). Los Reyes Católicos en la Alhambra. 



jueves, 10 de enero de 2019

Esculturas de Granada. Monumento a Washington Irving.




En este blog una de las primeras entradas y que tuvo gran éxito fue la de los Bosques de la Alhambra, en ella y de forma superficial mencionábamos la escultura que en uno de sus paseos hay dedicada a Washington Irving. Hoy a través de estas líneas queremos profundizar un poquito más en la escultura y saber algo más del personaje.



Como bien dijimos en su día cuando nos adentramos en los Bosques de la Alhambra a través de la Puerta de las Granadas, encontramos tres senderos. En el de la izquierda que pese a lo que pese es el más empinado de todos, nada más iniciar su andadura encontramos dos bellos elementos, la Cruz de Leandro de Palencia y el Pilar de la Alhambra o de los Bosques de la Alhambra como normalmente se le conoce. Al seguir avanzando y antes de llegar al Pilar de Carlos V, a medio camino encontramos una escultura que fue inaugurada en Diciembre de 2009 y que está dedicada al escritor Washington Irving con motivo del 150 aniversario de su fallecimiento.



La escultura realizada en bronce nos muestra a un Washington Irving en pie, vestido como los viajeros románticos que a lo largo del siglo XIX visitaron Granada y en especial su Alhambra atraídos por esa corriente de orientalismo que recorrió toda Europa. En una de sus manos sostiene un pequeño cuaderno de notas, seguramente aquél en el que fuera apuntando todas las historias que el joven Mateo Jiménez le iba contando durante su estancia en la ciudad palatina.



A sus pies una valija, un cuaderno de dibujos y un capitel alhambreño invertido, todo el conjunto descansa sobre un pedestal elevado de piedra, consiguiendo la escultura una considerable altura de 2,15 metros. Si bien no tiene pérdida, por el color del bronce y la tonalidad de los bosques en determinadas épocas del año, no es difícil pasar junto a ella y no percatarnos de su existencia por lo camaleónico de la escena. No podemos terminar sin mencionar que el rostro del escritor en la escultura refleja asombro, el asombro y la expectación de lo que sus ojos ven ante el bello espectáculo de tener la Alhambra ante sí.



El autor de la escultura es Julio López Hernández, un escultor madrileño nacido en 1930, y ganador del premio Nacional de artes plásticas en 1982.



Washington Irving no sólo tiene este monumento en su honor, también y con motivo de los 100 años de su fallecimiento en el año 1959 se inauguró un pilar junto a la Puerta de la Justicia, pilar que siguiendo el mismo sendero encontramos unos metros más arriba.



Granada y la Alhambra le deben mucho a Washington Irving, un escritor norteamericano nacido en el año 1783. En el año 1829 llega a Granada, consigue alojarse en los mismos palacios de la Alhambra, en las que fueron habitaciones del emperador Carlos V y en las que hoy reza una placa que deja constancia de la presencia del escritor, y gracias a la amistad que entabló con Mateo Jiménez, uno de esos habitantes de la Alhambra que le fue contando todas las historias y leyendas que a su vez había éste oído de su Abuelo, nació una de las obras de la literatura universal más famosa de todos los tiempos “Cuentos de la Alhambra”, publicada en el año 1832 y que a fecha de hoy sigue siendo uno de los libros más vendidos en la ciudad, en especial para los visitantes del Monumento.



En el siguiendo vídeo de youtube y de forma excepcional podemos ver la realización de la escultura, algo que en muy pocas ocasiones hemos tenido acceso.





DATOS DE INTERÉS:

PRECIO: Gratis
HORARIO: Gratis.
VISITA PARA GRANADINOS: Como ya dijimos con los Bosques de la Alhambra imprescindible pasear por este entorno, en cualquier época del año, Otoño, Primavera, Invierno, o Verano, cada época da unos colores y una luz diferente, y además hay tantas cosas que ver que el tiempo pasa volando.
VISITA PARA NO GRANADINOS: La Alhambra es visita obligada y obligado es bajar a la ciudad por los Bosques de la Alhambra y contemplar todo lo que en ellos hay.
COMO LLEGAR: La mejor manera es andando en un bello y agradable paseo desde Plaza Nueva hasta la Puerta de la Justicia, por el sendero de la izquierda una vez pasada la Puerta de las Granadas.






sábado, 16 de septiembre de 2017

Leyendas de Granada. El velludo y el caballo descabezado.

Washington Irving. 


Es curioso como con el paso del tiempo, caen en el baúl del olvido, algunas de las leyendas más tenebrosas y misteriosas de la ciudad. No hay lugar a dudas, que hubo un tiempo en el que el velludo y el caballo descabezado eran seres temidos, siniestros y conocidos por todos los moradores de esta vieja ciudad.

Lo primero es preguntarse quienes eran estos misteriosos seres, y para ello debemos de acudir a dos escritores que nos dejaron constancia de su existencia, en primer lugar el padre Juan de Echevarría que escribió el libro “ Paseos por Granada y sus contornos”, en el que podemos leer lo siguiente:

“...uno y otro perpetuos guardias de los inmensos tesoros que dexaron los Moros en estos contornos, entregados á su infernal custodia. Estos dos vestiglos pasean todas las noches esas Alamedas, y veredas, y hay hombre que los ha visto. Dos viven hoy, el uno sugeto y muy distinguido, y muy conocido, y el otro soldado, hombre de mucha razón, con lo que merecen toda fee en juicio y fuera de él...”
“ El primero, una noche a la una encontró uno de estos dos animales firos, dice, que no sabe si era el Caballo descabezado ó el Belludo, pero que se inclina á que era este último, porque le pareció, que tenía lana y no pelo. El traía un cortejo de caballos invisibles, que solo se hacían sentir por el ruido de las pisadas, luego que lo sintió cerca, echó mano de un sable que llevaba, y le tiró tres o quatro tajos, a que el fantasma no se dió por entendido, tal vez le daria miedo al ver armas, en fin el se fue a su camino, y el vestiglo prosiguió su ronda. Esto me lo refirió el sugeto pasando por el mismo sitio donde le sucedió, contándomelo con todas las señales, pasos y acciones, de suerte que me parece no mentiría según la eficacia con que lo contaba.
El otro fue mas, porque no solo lo vio, sino le habló, y atestigua que es un fantasma de mucha razón, y muy cortés; dice que le preguntó donde iba. Que le respondió que se retiraba a la Alhambra, donde tenia su casa; que le replicó si llevaba intención de sacar algún tesoro. Que respondió, que no cuidaba de eso. Y que entonces el Vestiglo le dixo: pues en no tocando á los tesoros, manda en lo que gustes, y con esto se marchó. “

Edición de la UGR de Paseos por Granada y sus contornos. 



Pero si ya Juan de Echevarría dejó constancia de estos dos fantasmales seres es con Washington Irving, y su famosa obra Cuentos de la Alhambra, con la cual no se nos ha olvidado de la memoria la existencia de estos seres, aunque Washington sólo hace referencia al velludo, obviando al caballo descabezado, aunque habría que pensar que ambos seres con el paso de los años y el boca a boca se fusionaron en uno sólo en la tradición oral, en este libro hay muchas leyendas, y entre una de ellas se cuenta la “Leyenda de las dos discretas estatuas”, en la cual uno de sus protagonistas un franciscano llamado Fray Simón, acaba montado a lomos de nuestro velludo y desde la misma puerta de los Siete Suelos, atravesó toda Granada, por Plaza Nueva, el Zacatín y Bib-rambla, hasta nuevamente al amanecer volver a la puerta de los Siete Suelos, donde nuestro caballo coceó y tiró al suelo a nuestro fraile antes de desaparecer en la oscuridad y profundidad de la Torre.

Cuentos de la Alhambra


En la misma obra encontramos la siguiente referencia:

“ ...allí se ocultaba un monstruoso vestigio o fantasma que, según se decía, habitaba en aquella torre desde le tiempo de los moros, y que guardaba los tesoros de cierto monarca musulmán. Añadióme también que algunas veces salía a medianoche y recorría las alamedas de la Alhambra y las calles de Granada bajo la forma de un caballo descabezado perseguido por seis perros que lanzaban terribles ladridos y aullidos espantosos...Todo el mundo en Granada ha oído hablar de el velludo, y las viejas y nodrizas asustan a los niños llamándolo cuando lloran. Se dice que es el alma en pena de un cruel rey moro que mató a sus seis hijos y los enterró bajo estas bóvedas; en venganza de lo cual éstos le persiguen todas las noches”.

Puerta de los Siete Suelos. 

Nivel más bajo en la puerta de los Siete Suelos. 


Pero, ¿qué o quienes eran el velludo y el caballo descabezado?, el velludo era un caballo, endemoniado negro y sin cabeza, que en las noches de misterio o donde la oscuridad acechaba con toda su inmensidad, salía a recorrer la ciudad y la vega de Granada seguido de horribles y fieros perros, también negros. Sembrando el caos, el mal y haciendo estragos allá por donde pasara.

En ocasiones este indómito corcel se dejaba montar por algún alma osada y codiciosa en busca de aventuras, más cuando las primeras luces del alba brotaban en el horizonte, con sus huesos iba a parar al suelo, mientras que el velludo, corría junto a sus canes, a esconderse en su refugio. Una misteriosa guarida en los bajos de la famosa torre de los Siete Suelos, aquella que vio salí al último rey moro de Granada.


Es curioso como Washington Irving escribió también uno de los cuentos populares más famosos de los Estados Unidos, Sleepy Hollow que habla de un jinete sin cabeza.

Relato de Washington Irving



Lógicamente una puerta como la llamada de los Siete Suelos (Yo sólo he visto dos), puerta por la cual Boabdil abandonó la Alhambra para siempre, pidiendo que nunca más se abriera dicha puerta, tal y como vemos en algunos grabados donde se puede leer claramente “Semper Clausa”, el hecho de que el teniente alcalde de la Alhambra D. Diego Ponce de León, matara a su mujer y a varios de sus hijos arrojando sus cuerpos a dicha torre, han propiciado la aparición de leyendas y en especial en torno a dicho paraje.

Grabado de época. 


A fecha de hoy son muchos los granadinos que aún intentan bajar los siete pisos de la Puerta de los siete suelos en busca de los tesoros abandonados por Boabdil y otros ricos moros que abandonaron la ciudad pero he aquí que hasta la fecha no ha habido suerte.

Fuente del Tomate en los Bosques de la Alhambra

Lo que si está claro es que si alguna vez os aventuráis a atravesar los bosques de la Alhambra bien de madrugada, observareis una curiosidad. No hay ni un alma, por ninguna parte, y donde por la mañana hay miles de turistas deseosos de visitar la Alhambra, por la noche ni un alma atraviesa estos lugares, no sé si es que son muy listos los extranjeros que nos visitan y habiéndose leído la leyenda del Velludo y del Caballo descabezado no osan salir a la calle, o más bien será ese sexto sentido que todos tenemos y que nos dice que algo no va bien, en cualquier caso, si sois osados y atrevidos y por la noche atravesáis las alamedas y bosques de la Alhambra, si escucháis las herraduras de un caballo, o los ladridos de una jauría de perros, quien sabe quizás si seréis testigos de criaturas monstruosas de las que tan sólo unos pocos han sobrevivido para contarlo, o quizás como bien la pasó a fray Simón, acabéis a lomos de un caballo descabezado, emprendiendo todo un viaje a lo largo y ancho de la ciudad. En cualquier caso, no os lo guardéis y contarnos vuestra experiencia a través de estas humildes líneas.