Esperándola en el Cielo. Leyenda del balcón |
Uno de los edificios más singulares de la Carrera del Darro en Granada es la Casa de Castril que actualmente alberga las instalaciones del Museo Arqueológico Provincial. Este Palacio fue propiedad del Tercer Señor de Castril, nieto de D. Hernando de Zafra que fue secretario de los Reyes Católicos y que recibió numerosos bienes por su ayuda en la conquista de Granada.
Casa de Castril. Museo Arqueológico |
Es un magnífico Palacio Renacentista en el que destaca su magnífica portada, es obra de Sebastián de Alcántara que fue discípulo de Diego de Siloé.
Pero al margen del edificio, de su bella traza, su patio, sus armaduras y sus bellas vistas sobre la Alhambra de Granada, una de las cosas que más llama la atención es el balcón exterior que se encuentra en la esquina del primer piso y que además de ser ciego, es decir, encontrarse tapado tiene sobre él una inscripción que dice “ESPERÁNDOLA DEL CIELO”. Esta frase no puede pasar desapercibida para nadie pues encierra una de las más tristes leyendas que hay en la ciudad de Granada.
LEYENDA
Siglo XVI y en este Palacio vive el Señor de Castril de estado viudo con su bella hija llamada Elvira. El señor de la casa es un hombre de principios, honor y respetado por todos. Especialmente está preocupado por mantener intacto el honor de su hija Elvira que destaca por su belleza, es muy celoso y escrupuloso de cuantos se acercan a ella.
Sin embargo poco podía imaginar que Elvira ya había sucumbido a las mágicas flechas de cupido y estaba enamorada de Alfonso de Quintanilla, apuesto joven que pertenecía a un linaje férreamente enemistado con el Señor de Castril.
Aprovechando las idas y venidas del padre, era cuando los enamorados aprovechaban para sus encuentros en el Palacio de la Carrera del Darro, sin embargo, un día el Señor de Castril regresó mucho antes de lo esperado, estando en la alcoba del piso superior Elvira con su apuesto amor D. Alfonso de Quintanilla. Ante la situación que se produjo, Luisillo, un joven paje al servicio de la casa, subió rápidamente a la alcoba para dar aviso de la llegada de su Señor, tiempo suficiente para que D. Alfonso pudiera abandonar el escenario de sus amoríos.
Quiso la vida que al entrar el Señor de Castril en la alcoba encontrara a Luisillo junto a su hija Elvira que andaba a medio vestir, el Señor de Castril no daba crédito a lo que sus hijos veían, pero no tardó en reclamar rápidamente la presencia del verdugo y ejecutor de la ley, para que allí mismo y desde ese mismo balcón ahorcara al joven paje por mancillar el honor de su hija. Fueron muchas las súplicas de Luisillo pidiendo clemencia y justicia e intentando explicar el malentendido, pero no había fuerza humana capaz de frenar la ira del Señor que bien le dijo al paje la siguiente frase:
“Pide cuanta Justicia quieras, ahí ahorcado puedes estar esperando la del cielo cuanto tiempo te plazca”.
Leyenda esperándola en el cielo. |
Acto seguido y tras ahorcar al paje mandó cerrar el balcón de por vida y escribió la frase “Esperándola del cielo” y así ha llegado a nuestros días.
En esa misma habitación murió posteriormente Elvira que sumida en una fuerte depresión se suicidó tomando un fuerte veneno.
Esta leyenda tendría aquí su punto y final, sino fuera por algunos acontecimientos muy conocidos en Granada y que nos llevan a que tengamos que hablar de “LA DAMA BLANCA”. Una misteriosa figura de mujer, blanca, joven y bella.
Cuentan que estaba un día una trabajadora del museo arqueológico de turno, tenía fiebre, malestar y se encontraba fatal, sus compañeros le decían que se fuera a casa pero ella declinó, se fue a una oficina a sobreponerse, pero la fiebre iba en aumento llegando a los 40 grados. Fue en ese estado de duermevela cuando observó la figura de una joven y bella muchacha rubia a su lado que le ofrecía una sonrisa sanadora, la trabajadora se sintió tranquila y mucho mejor incluso le pidió a la extraña mujer que le diera protección y salud, y así dijo la joven que lo haría.
Momentos más tarde al llegar los compañeros la encontraron totalmente recuperada y sin fiebre. En una hora el cuerpo estaba en su temperatura y su estado fue de normalidad, Lo curioso es que esta trabajadora tenía una enfermedad que le hacía tener estos episodios de fiebre de forma habitual y prolongada en el tiempo, era una enfermedad yatrogénica, es decir adquirida en un hospital y resistente a los antibióticos. Tras una analítica se comprobó que el virus había remitido y lo atribuyó todo a la Dama Blanca.
En otra ocasión saltó la alarma siendo algo que estaba ocurriendo de forma habitual, la persona encargada acudió al museo sin que se encontrara rastro de fuego ni de ninguna anomalía, sin embargo se pudo comprobar que la sala en la que había saltado el sensor era la Sala IV del museo, la sala Romana que se ubicaba en la habitación en la que está el balcón tapiado y cegado.
Pero no sólo aquí tenemos hechos especiales, en la Casa de la Torre que pertenecía al Monasterio de San Bernardo los empleados aseguran haber oído ruidos de pasos en los pisos superiores cuando el lugar estaba vacío. También se ha hablado de fotocopiadoras que se han puesto a funcionar solas imprimiendo folios con frases incompresibles en lenguas sin sentido.
Interior de la Casa de la Torre |
Interior de la Casa de La Torre |
Y este es el fin de estas dos historias que se entrelazan en la historia una del siglo XVI y otra del siglo XX. ¿Es esa Dama Blanca el espíritu de Dña, Elvira?, como todo en la vida, las leyendas, leyendas son y los fantasmas haberlos hay los...¿Pero? ¿Hay en la Casa de Castril un fantasma que obedece al nombre de Dama Blanca? Os invito a visitar nuestro museo arqueológico sito en la Casa de Castril y que nos contéis vuestras experiencias.