Visitamos esta pequeña ermita situada en Lanjarón y conocida como del Tajo de la Cruz. Al parecer los orígenes debemos de situarlos en el siglo XVIII cuando en este paraje había colocada una cruz para ahuyentar posibles prácticas de brujería en el cercano Tajo Colorado. Al parecer las hechiceras venían aquí, invocaban al diablo y danzaban con él.
La cruz que había fue sustituida en el año 1895, quizás por la que está situada justo hoy en día, aunque esto no está de forma corroborada.
En ese mismo año, quizás 1899 según algunas otras crónicas, se construyó la ermita que hoy podemos visitar de la mano de José Lozano Piñar y María Villaverde Gutiérrez, al parecer este vecino estando de cacería por la zona disparó a un pequeño pajarillo y al acercarse vio que la cruz sangraba, es por ello que decidió levantar una ermita en ese mismo lugar. Son sus herederos los que a fecha de hoy siguen cuidando de la ermita.
Anualmente se celebra una romería el 3 de Mayo, aunque poco a poco va careciendo de feligreses. Previamente en la Madrugada del 2 de Mayo otro grupo de vecinos han estado toda la noche bien en la ermita o en la explanada con una fogata.
La ermita es un pequeño edificio rectangular, con tejado a dos aguas, tiene un par de ventanas laterales, y se alza en lo alto de una estructura rocosa, tiene una pequeña explanada en su puerta con la cruz anteriormente mencionada y vistas a la localidad de Lanjarón. En años más recientes se le añadió un pequeño porche y una sacristía.
Se puede acceder a dicha ermita de forma fácil bien en coche, siguiendo una serie de carriles que hay y que salen desde la carretera que une Lanjarón con Órgiva o bien andando, pues desde una de las curvas del carril que llega hasta la ermita, sale un pequeño sendero con arreglado y con piedras y escalones que nos lleva la ermita.








