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miércoles, 3 de febrero de 2021

Ocurrió en Granada. Quema de libros en la plaza de Bib-Rambla ordenada por el Cardenal Cisneros.

 

Cardenal Cisneros

Uno de los acontecimientos más aciagos tras la conquista de Granada, fue la quema de miles de libros y manuscritos árabes ordenada por el Cardenal Cisneros, y que se produjo en la plaza de Bib-Rambla.

Todo obedece a una política más dura en la conversión de los moriscos a la fe cristiana, si bien en los primeros años, tras la toma del Reino de Granada, la misión recayó en el confesor de la reina Isabel Fray Hernando de Talavera, sin embargo la misión tuvo poco éxito

Por eso, con la llegada del Cardenal Cisneros empieza una línea mucho más dura en la tarea de conversión, tarea que provoca una primera revuelta y alzamiento de los moriscos en el Albayzín de Granada en el año 1499, revuelta que posteriormente se extendió a las Alpujarras y que duró hasta el año 1501. Desde ese momento los moriscos sólo tenían tres caminos, permanecer en el reino de Granada y aceptar el bautismo y la fe Católica, rechazar el bautismo y convertirse en esclavo y caer en pena de muerte o el exilio voluntario.

Las medidas que poco a poco van promulgando los Reyes Católicos y que son ejecutadas por el Cardenal, tensan la situación y ahogan poco a poco a los Moriscos que ven como las Capitulaciones firmadas en 1492 quedan en papel mojado.


Vista parcial de la plaza Bib-Rambla

Vista parcial de la plaza Bib-Rambla


A los moriscos se les prohíbe portar armas, pública o escondidamente, bajo pena de que la primera vez que se les sorprenda con ellas serán condenados a perder todos sus bienes, y ser desterrados perpetuamente del reino de Granada, y que por la segunda serán condenados a muerte.

En Octubre de 1501 los Reyes Católicos incitados por Cisneros, ordenaron la quema de todos los libros musulmanes existentes en todas las ciudades y villas del reino de Granada. El objetivo de esta fechoría era borrar toda huella de la fe musulmana y del pasado morisco. Desgraciadamente no sólo se quemaron grandes ejemplares de Coranes y libros religiosos sino todo un sinfín de obras de un gran valor incalculable.

Una vez pregonada la carta los musulmanes tenían treinta días para entregar sus libros. Aquellos que transcurrido dicho plazo fueran sorprendidos con libros en su poder recibirían como castigo la pena de muerte y la pérdida de todos sus bienes.


Quema de Libros


Juan Vallejo secretario personal de Francisco Jiménez de Cisneros nos relata así los hechos:

“Y para desarraygarles del todo de la sobredicha perversa y mala seta, les mandó a los dichos alfaquis tomar todos sus alchoranes y todos los otros libros particulares, quantos se pudieran aver, los cuales fueron más de cuatro ó cinco mil volúmenes, entre grandes y pequeños, e hazer muy grandes fuegos é quemarlos todos ; en que avía entre ellos ynfinitos que las encuadernaciones que tenían de plata y otras cosas moriscas , puestas en ellas valían entre ocho y diez ducados , y otros de ay abaxo. Y aunque algunos hazían manzilla para los tomas y aprovecharse de los pergaminos y papel y enquadernaciones, su señoría reverendísima mandó expresamente que no se tomase ni ninguno lo hiziese . Y ansí se quemaron todos , sin quedar memoria, como dicho es, excepto los libros de medicina , que avía muchos y se hallaron , que estos mandó que se quedasen; de los cuales su señoría mandó traer bien treinta o treinta y uno volúmenes de libros, y están yo en día puestos en su librería de su insigne colegio e universidad de Alcalá. , é otros muchos añafiles y trompeticas están en su Iglesia de San Ildefonso puestos, en memoria, donde su señoría reverendísima está sepultado.”

Fachada de la Madraza de Granada. Lugar dónde 
se encontraban los mejores ejemplares de libros
quemados por el Cardenal Cisneros. 


Tal y como relata su secretario sabemos que parte de esos libros en especial de medicina fueron llevados por Cisneros al Colegio de San Ildefonso de Alcalá de Henares, origen de la futura Universidad Complutense. Se estima que pudieron ser unos 300 ejemplares, con los años, la biblioteca sufre muchos avatares, se traslada a Madrid, a la facultad de Teología y Derecho, luego en manos de los Jesuitas pasó a la Facultad de Letras. En la Guerra Civil, sufrió algunos daños al encontrarse el frente de guerra en la Ciudad Universitaria. Encontrándose hoy dividida en varias Universidades.


Biblioteca del Escorial. Fuente Patrimonio Nacional. 


De otra parte se sabe que Diego Hurtado de Mendoza estuvo en Granada buscando también gran número de ejemplares de libros árabes, que fueron adquiridos a su muerte por Felipe II y pasaron a la Biblioteca de San Lorenzo del Escorial.


Biblioteca de la Abadía del Sacromonte. Fuente Diario Ideal. 


En las fuentes consultadas se habla del día 23 de Febrero del año 1502 como el de la quema de todos esos ejemplares en la Plaza de Bib-Rambla, pero lo cierto es que no he encontrado un documento fehaciente que me ratifique esta fecha.


Ejemplar de Corán encontrado en la Axarquía Malagueña, oculto en una
casa, por su antigüedad corresponde a los años en los que se produjo la persecución
a los Moriscos. 



Otra de las consecuencias de este tipo de movimientos orquestados por los Reyes Católicos y el Cardenal Cisneros fue la conversión de un gran número de mezquitas y morabitos musulmanes en nuevas Iglesias, así consagraron iglesias tan conocidas como Santa Ana, San Pedro, San Bartolomé, San Cristóbal, San Gregorio, San Luis. ..etc.


La quema de libros desgraciadamente es un hecho reiterado en la historia de la humanidad. En una época más reciente todos tenemos en mente esas imágenes en blanco y negro con cientos de nazis alentados por Hitler en otro día nefasto para la humanidad, dónde se quemaron miles de libros prohibidos por el régimen alemán. Y la acción realizada por Cisneros fue una auténtica barbaridad, y sólo fruto del fanatismo de una época y de una persona en su afán con acabar con todo lo relacionado con el mundo árabe, con lo musulmán y con imponer el cristianismo a la fuerza.


Cardenal Cisneros


Aún con eso y en pleno siglo XXI, vemos todavía ataques a la cultura, no sólo en quema de libros, sino derribando cruces como hace pocos días hemos visto que ha ocurrido en un pueblo de Córdoba.

Desde estas líneas tan sólo hemos pretendido a recordar un nefasto hecho ocurrido en nuestra ciudad, en unos años muy difíciles para los moriscos que aquí habitaban en la que había sido su tierra durante ocho siglos y que eran tan granadinos como lo somos ahora nosotros. Musulmanes que a su vez fueron conquistadores en tierra de Visigodos y que fueron conquistados por Cristianos, pues contra lo ocurrido en la historia nada podemos hacer.

viernes, 26 de enero de 2018

Personajes Granadinos: Padre Piquiñote.


Expulsión de los Moriscos de Granada. 


Hoy vengo a hablaros de un curioso personaje que hubo en Granada, y que fue recordado porque durante siglos, su cabeza, y escribo bien su cabeza estuvo expuesta sobre una columna a orillas del río Genil, pero no empecemos la historia por el final, y vayamos paso a paso para contar un poco del padre Piquiñote.

A la rendición de Granada en el año 1492 se habían firmado unas capitulaciones por las cuales se otorgaban concesiones a los musulmanes que quedaron en territorio español. El culto religioso, el uso de costumbres, lengua y vestimentas entre otros.

Sin embargo poco a poco ese ambiente de tolerancia se iba corrompiendo, creándose una tensa situación que alcanzó su cenit con la llegada del Cardenal Cisneros, el cual poco a poco fue cercenando los privilegios de los moriscos creando un ambiente hostil que reventó con la sublevación de los Moriscos en las Alpujarras de Granada.

La rebelión de los Moriscos fue un hecho acaecido en la Navidad de 1568 la primera población en levantarse fue Beznar en el Valle de Lecrín, y de ahí se extendió principalmente por la Alpujarra, donde fueron encabezadas por el nuevo rey musulmán “Aben Humeya”.

Aben- Humeya


Pero mucho antes de estos acontecimientos había sido visto en Granada un extraño individuo que inspiraba respeto al verle, vestía con un saco de jerga, con una capucha de la misma tela y ceñido por una cuerda de esparto, ayudándose en su caminar de un báculo. Era alto, delgado, macilento, de frente ancha y despejada, surcada de arrugas, de nariz aguileña, y larga barba negra hasta el pecho, mantenía sus ojos ligeramente inclinados y su boca descubría una doble hilada de blancos dientes. Nada se sabía de él, pero aunque iba vestido como un anacoreta del desierto, sus rasgos hacían pensar que en más de una ocasión había cogido la espada en noble lucha.

Vivía en una cueva en el barranco de Peña Quebrada en el Sacromonte y pedía limosna para repartirla entre los infelices ya fueran moriscos o cristianos. Así era este sujeto al que todos conocían como Padre Piquiñote.

Vista parcial del Sacromonte. 


De vez en cuando se ausentaba y al regreso de una de sus ausencias, vino escaso de limosna, las cuales repartía entre Cristianos con generosidad, mientras que a los Moriscos tan sólo alcanzaba a decirles “Dios socorrerá la mayor necesidad” y convocarlos a una extraña reunión en el Aljibe de la Lluvia.

El Aljibe de la lluvia se encuentra en lo que hoy conocemos como Llano de la Perdiz, y es una vieja estructura del sistema de canalizaciones y aguas que abastecían a las almunias que había junto a la Alhambra con el agua de la Acequia Real.

Silla del Moro. 


Llegada la noche, cientos de sombras acudían a las inmediaciones del Castillo de Santa Elena, hoy conocido como Silla del Moro a la llamada de la reunión. La rebelión estaba en marcha, una voz se alzó por encima de todas y proclamó que había llegado la hora de levantarse contra el yugo cristiano, las noticias que llegaban desde la Alpujarra y desde Almería eran alentadoras, además en África esperaban 45000 hombres para cruzar el estrecho y unirse a la lucha. Aben Humeya había sido proclamado rey con gran ceremonia en la cual se le había vestido de púrpura y puesto una corona de plata.

Mañana sería el día elegido, había que caer sobre la Chancillería, sobre el Albaicín y por último sobre la fortaleza de la Alhambra, el golpe sería mortal y una vez eliminados el Marqués de Mondéjar, Deza y Cisneros se enarbolaría el estandarte del profeta en todo lo alto de la Torre de la Vela.

Alguien preguntó ¿Y quién eres tú¿.- Tú que presagias el triunfo, que nos llamas a la batalla y a la venganza.

El aludido se acercó a una de las lámparas que había y dijo miradme bien ¿Es que no me conocéis?.
¡¡¡El Padre Piquiñote¡¡¡¡ , exclamaron todos.
Nó, Mohamad-Ben-Agib, alguacil mayor del reino , y Gobernador de Granada.

A la derecha. Cisneros


Pero algo no previsto acaeció a la mañana siguiente, un morisco pugnaba por acercarse al Marqués de Mondéjar en la plaza de los aljibes, justo cuando emprendía marcha a las Alpujarras.
El morisco contó con pelos y señales la conspiración que cernía sobre la ciudad y que empezaría esa misma noche. Como él, el Presidente y el Inquisidor eran los principales objetivos. El marqués recompensó al morisco y como nada hubiera sucedido salió por la puerta del Pescado dirección a Alhendín, pero al llegar allí paró la marcha y mandó emisario a Granada, comunicando los planes de los que había tenido conocimiento y avisando de su regreso para esa misma noche.

Así estando los moriscos aguardando la señal y hora para salir a la pelea, las calles y plazas de la ciudad de iluminaron con hogueras y luminarias, y en el aire se elevó el sonido de los atambores y trompetas que anunciaban la entrada del Marqués y de sus tropas. Poco a poco se fueron haciendo con los principales conjurados y sublevados.

El padre Piquiñote fue apresado en su cueva del Sacromonte y llevado a las cárceles de la Inquisición en la antigua Medina de Granada, junto a la calle Elvira. A la mañana siguiente cuando algunos aún creían ver ondear el estandarte musulmán en lo alto de la Torre de la Vela, vieron con asombro que aquello que había era la cabeza del Padre Piquiñote clavada en una escarpia. Posteriormente la cabeza fue llevada y expuesta junto a las las orillas del río Genil, en lo que eran las Huertas del Duque de Gor.

Foto de época de los Escolapios. Junto al río Genil. 


Sobre esas Huertas años después se levantaría lo que todos hoy en día conocemos como Los Escolapios. Hasta fines del siglo XVIII, permaneció clavada la cabeza de Piquiñote en la escarpia a en el lugar indicado junto al río Genil. Y era costumbre el peregrinar a dicho lugar a contemplar tan horroroso espectáculo.

Si puede chocar al lector encontrarse una cabeza, lo cierto es que hay fuentes escritas y más fiables, que esta historia que hoy cuento a medio camino entre la leyenda y la historia, que nos hablan de cabezas decapitadas colocadas en la Puerta de Elvira y en la Puerta Real.


La bibliografía consultada para esta entrada ha sido:

EL PADRE PIQUIÑOTE. Episodio de la rebelión de los moriscos en Granada por Luis Montes.
Paseos por Granada y sus contornos. P. ECHEVERRÍA.