Grabado en el que aparece la reina Isabel la Católica arrodillada y rezando en el bosque de laurel. |
Hoy vengo a traer una de
las más conocidas historias y leyendas acaecida en los meses previos
a la conquista final de la ciudad de Granada por parte de los Reyes
Católicos. Una leyenda que hemos llamado el laurel de la reina y que va unida a una historia verdadera, la de la batalla que tuvo lugar en la localidad de La Zubia.
En los últimos años de
la reconquista el cerco a la ciudad de Granada era cada vez mayor,
hasta el punto que los Reyes Católicos montaron un gran campamento
militar a las afueras de la ciudad, un campamento que daría lugar a
la ciudad de Santa Fe. Montado sobre el año 1483 a raíz de un incendio se vuelve a reconstruir pero esta vez con muros de piedra en el año 1491, a fecha de hoy podemos visitar las cuatro puertas de ese campamento que aun se mantienen en pie en el pueblo de Santa Fe.
Plano de Santa Fe. |
Cuenta la historia que un
buen día la Reina Isabel quiso salir y dar un paseo para ver un poco
más de cerca la ciudad de Granada y la fortaleza de la Alhambra.
Ataviada con un vestido de terciopelo negro de mangas sueltas y
abierto por delante, con gorrita del mismo color que sujetaba los
rizos de su pelo. Una banda real cruzaba su pecho y en su mano un
bastoncito con puño de oro como señal de mando.
Isabel la Católica. |
Dirigiose a sus
caballeros a los cuales comunicó la intención de su paseo y pidió
que cuantas lanzas fueran posibles la acompañaran a ella y Rodrigo
Ponce de León, Duque de Cádiz , en tan magna aventura. Era sábado
25 de Agosto de 1491 y todo el mundo se preparó para formar parte de
la comitiva.
Iba la reina acompañada
de sus hijos los infantes D. Juan y Dña Juana, junto con el Duque
de Cádiz, el Marqués de Villena, los condes de Ureña, Cabra, y
Tendilla, y Alonso de Córdoba señor de Montemayor y Alcaudete así
como no más de 500 soldados. Poco a poco y cogiendo el camino de la vega granadina se acercaron a la villa de la Zubia.
Mientras la comitiva se
abría paso por la vega de Granada, en la fortaleza de la Alhambra,
Boabdil, el que fuera a ser llamado último rey musulmán. Veía
turbada su paz, un emisario entró precipitadamente en palacio, traía
un mensaje importante, desde la atalaya frontera a la puerta de
Elvira se había divisado a la Reina, acompañada de sus hijos y
varios caballeros con reducida escolta salir de la nueva ciudad y
circundar la Vega en dirección hacia la villa de La Zubia.
Boabdil |
Boabdil lo tuvo claro,
hacer prisionera a la Reina de Castilla, sería todo un golpe de
efecto y podría determinar un rumbo diferente al que seguía la
guerra en ese momento. Rápidamente la ciudad fue toda una algarabía
preparando a las tropas para el ataque a la comitiva real. Boabdil
mandó contar con dos piezas de artillería, mandó llamar a los
mejores Almorávides, así como a los más aguerridos soldados y
refugiados de Baza y Antequera. Ocho mil soldados junto a las dos
piezas salieron por la Puerta del Sol en busca de las tropas
cristianas.
Cerca del mediodía llegó
la reina a la Zubia, localidad que había sido arrasada por las
tropas Cristianas y junto a la de los Ogijares había visto como
todos sus árboles habían sido talados y sus cultivos destrozados.
Subió la reina a las ruinas de una casa para ver desde cierta altura
y con mejor perspectiva la ciudad Nazarí, quedando las tropas y los
capitanes en las cercanías, cuando un rumor y una polvareda se hizo
cada vez más fuerte hasta el punto de vislumbrar el peligro que se
avecinaba.
Vistas actuales de la Alhambra desde el lugar en el que se encuentra el laurel de la Reina en La Zubia a fecha de hoy. |
La Reina consciente del
peligro en el que había puesto a sus tropas, pidió que por todo los
posibles no se derramara sangre. El Duque de Cadiz apostado junto al
resto de capitanes y soldados mantuvieron la línea sin entrar en
liza con las tropas musulmanas.
Sin embargo los
granadinos no tardaron mucho en poner en marcha los dos cañones de
los que disponían causando heridos en las líneas cristianas, el
Duque de Cádiz mandó a soldados para intentar acabar con estas
piezas pero tuvieron que retroceder hasta la línea Cristiana. Los
musulmanes en esos momentos y viendo que los Cristianos seguían
parapetados junto a la Villa de la Zubia, atacaron sin cuartel.
Duque de Cádiz |
Mientras, la Reina se
refugió en un pequeño bosque de laurel que había próxima a la
casa en la que había estado y a la derecha de la Villa. Es aquí
donde dice la leyenda que se hincó de rodillas y elevando las manos
al cielo exclamó con religioso fervor:
“¡Padre mío! Porque
me concedáis volver libre y salva con mis hijos y los caballeros que
me han acompañado, al Real de Santa Fe hago voto solemne de no
arriesgar mi vida ni la de mis soldados, con caprichos semejantes, y
edificar un convento al glorioso San Luis, cuyo día es hoy, en el
mismo sitio donde vi avanzar las tropas enemigas. “
Mirador en los Jardines del convento donde estaba el famoso Laurel. |
Tras ello siguió oculta
y refugiada bajo un laurel esperando el desenlace de la batalla. En
el otro lado de la batalla, el Duque de Cádiz por el centro y los
condes de Ureña, Cabra y Tendilla, así como el Señor de Montemayor
y Alcaudete por los flancos asentaron un duro ataque, que pese a la
gran inferioridad numérica, acabó siendo un éxito no sólo se
apresaron las dos piezas de artillería enemigas, sino que poco a
poco iban avanzando en la contienda y rechazando el ataque musulmán
que poco a poco perdía energía, hasta que finalmente y viendo las
tropas musulmanas que la batalla estaba perdida emprendieron huida
hacia Granada de forma atropellada.
Conocedora la reina del
resultado de la batalla, se inclinó nuevamente y dio gracias al
poderoso San Luis. Después y junto con sus hijos, capitanes y resto
de tropas emprendieron el camino de vuelta a Santa Fe. En el camino
se encontraron con las tropas del rey Fernando que avisado de la
salida de las tropas musulmanas de Granada iba en ayuda de los suyos.
En cumplimiento de su
promesa y años después de la conquista de Granada, se edificó en
ese lugar un convento, dándole por titular a San Luis, rey de
Francia en recuerdo de aquel memorable día.
El edificio lo habitaron
religiosos franciscanos. Hoy día poco queda de él, e incluso del
bosque de laureles poco queda sin embargo ahí está la historia y la
leyenda que nos recuerda lo ocurrido en ese día del 25 de Agosto de
1491
Portada del convento. |
NOTA DEL AUTOR:
Este es un pequeño
resumen de la leyenda del Laurel, y en cierto modo mi interpretación
personal, decir que según las fuentes consultadas y escritas
podemos encontrar varias versiones. A continuación os pongo algunas
pinceladas sobre algunos aspectos de la batalla.
Uno de los puntos
discordantes es saber quién fue realmente a la contienda. Unas
crónicas sitúan también al rey Fernando sin embargo en otras no
aparece. Igualmente se habla de los Infantes, D. Juan y Dña Juana,
en pocos casos se habla de damas de compañía, y también en dos de
las versiones se menciona como motivo del paseo el acompañar al
embajador francés. Respecto a los capitanes y señores los
mencionados en los distintos textos son:
Duque de Cádiz. Marqués
de Villena, Conde de Tendilla, Conde de Cabra, Conde de Ureña,
Alonso de Aguilar, Alonso Fernández de Montemayor, Duque de Escalona,
Luis de Ribera y Luis Portocarrero.
Y por supuesto el tema de
bajas todos coinciden en el que en el bando musulmán fallecieron 600
hombres y más o menos fueron capturados entre 1500 y 2000
musulmanes.
Otra de las cuestiones es
la fecha si bien se refiere la leyenda al 25 de Agosto, resulta que
el día de San Luis es el 18 de Junio, por lo tanto y aun habiéndola
mantenido yo en la redacción es la fecha más falsa de todas, aunque
por ser de Justicia a lo largo de la historia los cronistas también
han barajado otras fechas como el 1, 10, 13 o incluso 14 de Julio,
parece ser claro que fue un día caluroso de verano, sin que nadie a
ciencia cierta nos pueda dar la fecha correcta.
Otro motivo de
controversia es la causa por el que la Reina acudió a La Zubia,
aunque más o menos suele haber cierta coincidencia en el motivo
aludido de ver lo más cerca posible aquella ciudad, que tanto le
estaba costando conquistar.
Plano de La Zubia |
La batalla existió, es
una realidad y está documentada, también parece ser cierto que la reina estuvo en todo momento en unas casas situadas a las espaldas
del lugar donde se halla el convento de San Luis, de hecho aún es
posible ver algunos solares con restos de viejos muros que
pertenecían a esas casas.
Todo indica que la
leyenda sirvió de mito fundacional del convento de San Luis el Real.
Si bien la batalla está relatada de una u otra forma a lo largo de
la historia por todos aquellos que escribieron sobre la conquista de
Granada, es en el siglo XIX cuando una nueva ola de romanticismo
viene a revitalizar este tipo de historias.
Respecto a la parte de la
oración, es aquí como curiosamente sólo los cronistas que son
religiosos mencionan dicho hecho en sus escritos. A partir de aquí y
en el año 1500 se funda el convento eso es real, pero ya será parte
de otra historia que ya contaremos en este blog.
En cualquier caso como
leyenda o como historia aquí queda mi pequeño granito de arena a
esta aventura de intentar que no se olviden los episodios más
interesantes de nuestra historia.
Las Crónicas que relatan
la batalla son las escritas por:
Pedro Mártir.
Andrés Bernáldez
Continuador de Pulgar
Pérez del Pulgar
Ginés Pérez de Hita
Rodríguez de Ardila
Alonso de Torres
Pedraza
Para esta entrada se ha
usado principalmente la leyenda del laurel de José Joaquín Soler de
la Fuente y el artículo “El Laurel de la Reina, Mito Fundacional
del Convento Franciscano de San Luis el Real de La Zubia.
HISTORICIDAD Y LEYENDA. De Alberto Martín Quirantes que pertenece a
la Asociación CEI AL ZAWIYA, la cual podéis seguir a través de
Facebook.
Templete en el Laurel de la Reina |