Este blog pretende dar a conocer aquellos lugares y rincones de Granada algo menos conocidos por el viajero y por los habitantes de esta bella ciudad, pero que tienen un encanto especial, no quita que no se hable de los lugares más famosos de la ciudad, así como de costumbres y personajes. Patrimonio y cultura, monumentos y parajes naturales de Granada y su provincia. Todo ello con mucho encanto.
Nuevamente en este recorrido que poco a poco vamos haciendo por todos los restos de las fortificaciones musulmanas que hay en la provincia de Granada, volvemos a fijar nuestra mirada en una atalaya.
Se encuentra situada en los Llanos de Magrú, una extensa porción de terreno que se encuentran al Este de Darro, y desde los que se dominan el curso del río Darro, el paso entre Guadix y Granada y con unas vistas espectaculares a Sierra Nevada.
Es una atalaya cilíndrica de época musulmana, realizada con mampostería de tamaño medio, y de la que se conservan aún una altura de 4,40 metros, aunque como vamos viendo en todo este tipo de atalayas seguramente tuvo una altura cercana a los 9 metros. El diámetro es de 3,55 metros.
Su estado de conservación es muy mal, e incluso uno de sus lados, están caído, con el consiguiente desprendimiento de piedras, y el futuro colapso de lo poco que queda en pie, tal y como también hemos vistos en restos de otras atalayas o torre.
Se puede llegar a ella fácilmente no sólo andando, sino también en bicicleta e incluso en vehículo a motor, una serie de carriles en muy buen estado pasan cerca de la atalaya, e incluso desde el carril principal sale uno que no está nada mal, que llega a la misma torre.
Una de las leyendas más
conocidas de la Granada musulmana es la del Suspiro del Moro. Granada
ha caído y los Reyes Católicos han conseguido la capitulación y
rendición de la ciudad, en la torre más alta de la Alhambra ondea
el estandarte real y una campana llevada a tal efecto tiñe con
fuerza para decirle al mundo entero que Granada es cristiana. Boabdil
el último rey de Granada sale en comitiva y abandona la ciudad
camino del exilio en tierras de la Alpujarra Almeriense,
concretamente en Laujar de Andarax, dónde se le ha concedido unas
tierras y rentas para poder vivir. En un momento dado gira la cabeza
y observa por última vez el lugar que le vio nacer, la ciudad que
amó y reinó y fue en ese momento cuando lloró y suspiró. Su madre
entonces le dijo: “Llora como una mujer lo que no has sabido
defender como un hombre”. Una frase para la eternidad y que más de
500 años después todo el mundo aún conoce.
Pero vamos a intentar
desgranar un poco más como fue ese aciago día en la vida de Boabdil
y qué ocurrió.
En primer lugar vamos a
ubicar el sitio llamado como “Suspiro del Moro”, hoy en día se
encuentra junto a la Autovía de la costa, en un punto que todo el
mundo conoce precisamente como “Suspiro del Moro”, entre los
términos municipales de Otura y Padul y célebre por el restaurante
que allí se encuentra. Es un lugar desde el que se divisa la ciudad
de Granada antes de bajar ligeramente hacia la costa. Sin embargo es
posible que este no fuera el lugar en el que ocurre dicha leyenda,
pues varias teorías indican que el camino que usó Boabdil y su
comitiva para llegar a tierras almerienses no pasaban por este punto
y sí más bien por la Sierra del Manar que se encuentro justo al
lado en los términos municipales de Dílar y Padul. Incluso hay que
se aventura a decir que verdaderamente este punto se encuentra en Las
Gabias y que de alguna manera Boabdil primero tomó dirección a
Málaga, y justo pasado el famoso torreón de esta villa se produjo
el momento comentado.
Boabdil
Las primeras crónicas
sobre este suceso o leyenda vienen de muy antiguo, siendo el primero
en hablar de ellas Hernán del Pulgar, famoso precisamente por ser
protagonista de otras de las grandes leyendas de la reconquista
cristiana la del Ave María y que en este blog ya hemos dado cuenta
de ella. Hernán Pulgar cuenta con una ventaja muy importante, y es
que vivió la reconquista de Granada y fue coetáneo a los hechos
relatados, nos cuenta Hernán del Pulgar en sus crónicas lo
siguiente:
“E como fue a su casa,
que está en la Alcazaba, entró llorando lo que él había perdido,
e díxole su madre, que pues no había seydo para defenderlo como
hombre, que no llorase como mujer”.
En esta crónica vemos
dos diferencias fundamentales con los hechos llegados hasta nuestros
días, en primer lugar ocurre dentro del recinto de la Alhambra, por
lo tanto Granada aún no ha sido tomada por los Reyes Católicos, es
decir estamos aún en el año 1491, lo que nos indica que
probablemente este hecho se produjera el mismo día en el que Boabdil
y en secreto firmó las Capitulaciones de Santa Fe, el día 25 de
Noviembre de 1491.
Boabdil en la Alhambra cuadro de Manuel Gómez Moreno
Posteriormente esta
leyenda la menciona un franciscano, fray Antonio de Guevara que
inventó la historia para deleite del emperador Carlos V durante su
estancia en la Alhambra de Granada, cuando celebraba su luna de miel
tras haberse casado con Isabel de Portugal, esto nos da la fecha del
nacimiento del relato o leyenda; 1526. Han pasado 28 años desde la
partida de Boabdil, y es probable que conociera lo escrito por Hernán
del Pulgar, pero es él, el que sitúa el hecho en el lugar erigido
entre Padul y Otura.
Al parecer y según
cuenta él volviendo desde la costa hasta la ciudad de Granada, paró
en un lugar dónde a unas cuantas leguas ya divisaba las altas torres
de la Alhambra allí un morisco que servía de traductor le contó la
historia que él plasmó en su libro “Epístolas familiares de Don
Antonio de Guevara” en el capítulo de la carta número 19 y que dicen lo siguiente:
“Otro día después que
se entregó la ciudad y el Alhambra al rey Fernando, luego se partió
el rey chiquito para tierra de Alpuxarra, las cuales tierras quedaron
en la capitulación que él las tuviese y por suyas las gozase. Iban
con el rey chiquito aquel día la reina su madre, delante, y toda la
caballería de su corte, detrás, y como llegasen a este lugar a do
tu y yo tenemos agora los pies, volvió el rey atrás la cara para
mirar la ciudad y Alhambra, como a cosa que no esperaba ya más de
ver y mucho menos de recobrar. Acordándose, pues, el triste rey, y
todos los que allí íbamos con él, de la desventura que nos había
acontescido, y del famoso reino que habíamos perdido, tomámonos
todos a llorar, y aun a nuestras barbas canas a mesar, pidiendo a la
misericordia, y aun a la muerte, que nos quitase la vida. Como a la
madre del rey, que iba delante, dixesen que el rey y los caballeros
estaban todos parados: mirando y llorando el Alhambra y ciudad que
habían perdido, dio un palo a la yegua en la que iba, y dixo estas
palabras: “ Justa cosa es que el rey y los caballeros lloren como
mugeres, pues no pelearon como caballeros”.
“Muchas veces oí
decir al rey Chiquito, mi señor, que si como supo después, supiera
allí luego lo que su madre dél y de los otros caballeros había
dicho, o se mataran allí unos a otros, o se volvieran a Granada a
pelear con los cristianos”.
Esto, pues, fué lo que
me dixo aquel morisco, y estroto día me preguntó el emperador, mi
señor, no sé que cosas de la visita, y a revueltas de otras le
conté ésta que aquí he contado, el cual me dixo estas palabras
“Muy gran razón tuvo la madre del rey en decir que lo dixo, y
ninguna tuvo el rey su hijo en hacer lo que hizo, porque si yo fuera
él, o él fuera yo, antes tomara esta Alhambra por mi sepultura, que
no vivir sin reino en el Alpuxarra. “
Fray Antonio de Guevara
viajaba camino de la ciudad de Granada proveniente de la costa,
realizando un trabajo e investigación para la corte sobre la
problemática Morisca. Es en este punto, dónde el lugar que hoy
conocemos como “Suspiro del Moro” pierde su sentido en ser el
escenario de los acontecimientos, pues las viejas rutas y caminos
pasaban por otros lugares.
Puerto del Suspiro del Moro. Fuente Tripadvisor
Tres son los itinerarios
que habían en la Edad Media y que perfectamente pudo coger Boabdil:
El primero desde Granada
a La Zubia, Dílar y por la Sierra del Manar por el sendero de “las
rajas” hasta el Padul.
La segunda ruta iría
hacia Armilla, de ahí a Las Gabias y rodeando La Malahá, giraría
hasta el suspiro.
Y la tercera ruta, la más
acorde con la leyenda, iría de Granada a Armilla, Alhendín y
finalmente Padul por el Suspiro del Moro.
La historia sigue siendo
recogida por los cronistas dedicados a recoger la historia de
Granada, Luis Mármol de Carvajal o Bermúdez de Pedraza, en ambos
casos ni mencionan el lugar exacto, ni hacen referencia al suspiro
del moro.
Es Henríquez de
Jorquera, el primero que usa el término “Suspiro del Moro”, él
escribe sus crónicas en el siglo XVII.
El catastro del Marqués
de la ensenada, ya recoge el topónimo de “Suspiro del Moro”,
como una venta a tres leguas del Padul.
Pero la historia siguió
atrapando a cuantos investigaban, leían y estudiaban los hechos
acaecidos en Granada en aquellos días de primeros de Enero del año
1492. Está claro que el único que pudo estar en aquellos momentos fue Hernán del Pulgar y que Fray Antonio de Guevara tuvo que leer
sus crónicas. A partir de este momento se produce lo que hoy
llamamos “copia y pega”, y la historia va viajando a través de
los siglos, con cierta mezcolanza entre realidad y ficción.
Juan de Echevarría en el
siglo XVII o Washington Irving en el siglo XIX, son otros de los
autores que elevan a los cielos la leyenda del “Suspiro del Moro”.
Manuel Alcántara, Pedro Antonio de Alarcón, hasta Zorrilla
siguieron engrandeciendo el cuento y relato del “Suspiro del Moro”.
Hoy en día se siguen
escribiendo libros, creando música, cuadros, espectáculos en torno
a esta famosa leyenda del Suspiro del Moro. Pero... ¿Qué ocurrió
verdaderamente?.
Obras literarias.
Difícil es saberlo y
cada investigador y estudioso del tema aporta su granito de arena en
intentar esclarecer los hechos, hemos de tomar como más cierta la
versión de Hernán del Pulgar pues estuvo en el escenario de los
acontecimientos y como más novelesca la crónica de Fray Antonio de
Guevara. Cierto es que Boabdil entregó las llaves de la Alhambra
junto a la ermita de San Sebastián, allí estaba el Rey D. Fernando,
previamente los cristianos ya habían tomado la Alhambra e izado el
estandarte rea. Boabdil salió por la puerta de los siete suelos y
descendió con su comitiva hasta la ribera del Genil. Mientras Isabel
la Católica esperaba en Armilla protegida por el ejército en temor
de una posible traición de última hora.
En la ribera del Genil
junto a un morabito hoy Ermita de San Sebastián, se hizo la entrega
de llaves, y se entonó un te deum por las tropas cristianas. Siguió
Boabdil su camino, y llegando a Armilla se encontró con la Reina
Isabel la Católica que en cumplimiento de los pactos sellados le
devolvió por fin a sus hijos.
La comitiva de Boabdil
seguiría su camino, siempre pensando que lo hace por la vía
Armilla-Alhendín-Padul, estamos en Invierno el sol se pone pronto
sobre las 16:30 horas, por lo tanto visto todo lo ocurrido ese día,
y la distancia que hay entre Granada y el Padul y la velocidad a la
que viajaría una comitiva como la de Boabdil y por los caminos de
entonces, nos hace pensar que de ser cierta la leyenda el mejor
camino y más directo sería el mencionado, de tal manera que en los
últimos instantes de la tarde y antes de que anocheciera, y desde el
punto llamado hoy en día “Suspiro del Moro” se produciría el
llanto y suspiro más famosos de la historia de Granada.
El suspiro del Moro.
Bibliografía y
Webgrafía:
Epístolas familiares de
D. Antonio de Guevara. 1618
El último suspiro del
moro que se inventó un obispo de Guadix. Gabriel Pozo Felguera. El
independiente de Granada. 4 de Febrero del 2018.
El Torreón del Lunes es
el resto arqueológico más importante de la pequeña localidad
granadina de Cájar, en contra de lo que nos puede indicar su nombre
las hipótesis y estudios más modernos parecen indicarnos que
estamos ante los restos de una estructura hidráulica directamente
ligada a la acequia de Jacín o Daravenaz, y no se trata de un
elemento defensivo tal y como se podía pensar, de hecho en el
inventario de arquitectura militar de la provincia de Granada no hay
referencias a estos restos.
Torreón del Lunes.
Probablemente estemos
ante los restos de un antiguo molino andalusí que incluso tuvo la
función de ejercer de partidor de aguas entre las acequias del pago
en el que se encuentra. Es difícil establecer la fecha de
construcción, pero los estudios realizados indican que podría
pertenecer a una primera ocupación musulmana de la zona entre los
siglos VIII y XI-XII, mucho anterior a la llegada de las grandes
dinastías que ocuparon las tierras de Granada (Zirí y Nazarí). Sin
embargo otros autores se inclinan por un elemento de época Nazarí,
quizás vinculado al rey Muhammad II. Lo que sí queda de manifiesto
es que a partir del siglo XVI, y tras la reconquista cristiana queda
en estado de ruina y así ha llegado hasta nuestros días. De hecho
es a partir de dicha fecha cuando aparece en los libros con el térmno
de “argamasón”, lo cual nos indica que estamos ante unas ruinas.
Acequia del Jacín.
En algunos mapas
topográficos del siglo XX, hemos visto como aparece con el término
de “puente romano”, un topónimo sin ningún tipo de fundamento
ni de base científica, aunque ya hemos visto en otros trabajos como
en algunas fuentes escritas se cometen errores que se van trasladando
a lo largo de los años, hasta que nuevas investigaciones ponen orden
en el caos histórico producido. De hecho se pensaba que eran unos
restos romanos pero ya incluso se mencionaba la posibilidad de que
estos restos pertenecieran a algún tipo de almarzara de aceite o
molino de trigo. De ahí algunos términos usados como “Argamazón
del Molinillo”. Bien es cierto que en Huétor Vega sí está
corroborada la existencia de una villa romana llamada Vesci.
Restos del Torreón
Es una construcción muy
particular y peculiar ligada a las antiguas almunias y alquerías
musulmanas, pero siendo el único que se conserva con sus
características en la Vega de Granada.
Los restos que se
conservan del llamado Torreón del Lunes son sólidos muros de
argamasa con un vano para el paso del agua. Contaría con una única
piedra de moler que se accionaría al paso del agua de la Acequia del
Jacín por su interior. Tal y como se desprende de las intervenciones
arqueológicas realizadas, verdaderamente es una gran obra de
construcción para un molino de pequeña envergadura y vinculado a
una almunia de nombre y reconocimiento como la de Daravenaz. El agua
una vez pasado este punto se dividía en dos ramales el del Lunes por
la mañana que llegaba a la Almunia de Daravenaz y el del Lunes por
la tarde que regaba las tierras situadas en el margen izquierdo del
río Monachil que se encuentra a escasos metros de los restos
arqueológicos.
Al fondo Huétor Vega.
Se sitúa el Torreón del
Lunes en zona de vega, concretamente cerca del cruce actual que hay
entre los tres municipios de Cájar, Huétor Vega y Monachil, a unos
cuantos metros del cauce del río Monachil, y sobre la Acequia del
Jacín. Es de forma rectangular con una longitud de 8,6 metros y una
anchura de 4,5 metros
Los muros visibles son de
fábrica de tapial de hormigón de cal de gran dureza, con un
encofrado de 0,70 metros de alto y 1,20 metros de espesor, estas
medidas las encontramos en las murallas Ziríes de Granada o en
lugares como el Castillo de Illora entre oros. El edificio de hecho
ha llegado en pie hasta nuestros días precisamente por esa solidez
de sus muros, tan sólo el vano para el paso de la acequia rompe
dicha solidez. Se entiende que para acceder a la parte superior tuvo
que haber algún tipo de escalera de madera. El cárcavo del molino
hidráulico tuvo que ser de ladrillo.
Los restos en invierno sin vegetación apenas.
Junto a los restos de
los muros se encuentran los restos de una pequeña alberca, usando
las mismas técnicas constructivas.
Obviamente los restos del
Torreón del Lunes están de alguna manera vinculados a la antigua
alquería musulmana de Cáxar, una alquería de la que apenas hay
datos escritos en las fuentes musulmanas, y que en cierto modo
empieza a tener historia a partir de la reconquista de Granada y de
la configuración de los diferentes libros y pergaminos cristianos,
los repartimientos de tierras o los libros de apeos y hábices entre
otros. Según el profesor Ángel Aguilera en su estudio del torreón
del lunes, obra que ha servido de base a esta entrada en el blog, en
el año 1506 en la relación de hábices aparece todavía la
presencia de la mezquita mayor o aljama, un horno de pan, y un molino
denominado gidid que bien pudiera ser nuestro Torreón del Lunes.
También aparecen en esos libros el nombre de los habitantes, siendo
casi todos en su inmensa mayoría moriscos con tan sólo la presencia
de unos pocos cristianos viejos.
Los restos del Torreón
del Lunes han sido puestos en valor por parte del Exmo. Ayuntamiento
de Cájar, con la colocación de un cartel indicativo, han sido
objeto de un estudio arqueológico llevado a cabo por D. Ángel
Rodríguez Aguilera y la asociación Al-Zawiya de la Zubia dedicó su
monográfico número 3 al Torreón del Lunes. Se pueden visitar pues
desde la rotonda de entrada al municipio de Cájar por la parte de
Monachil-Huétor Vega, junto al cartel de Bienvenidos a Cájar, hay
una pequeña calle asfaltada sin salida ni construcciones, de ahí
parte un pequeño sendero que en pocos metros nos lleva al Torreón,
o mal llamado Torreón, como hemos visto en estas pequeñas líneas,
y más bien se debería denominar Molino del Lunes.
Bibliografía:
Historia de Cájar. José Molina López 1996
El Torreón del Lunes de
la Alquería de Yájar. Ángel Rodríguez Aguilera. Cuadernos de
historia de La Zubia. 2018
El Castillo de Poqueira se sitúa sobre un espolón rocoso que hay justo debajo del Portichuelo, un mirador que hay a pocos metros del desvío de Pampaneira a Bubión, en la carretera que une estos pueblos del Barranco del Poqueira con Pitres. De hecho se sitúa en el límite municipal de ambos municipios.
Espolón rocoso.
El estado de lo que ha llegado hasta nuestros días prácticamente es de ruina, aunque se conservan restos de al menos dos recintos con opciones en caso de que se llevara a cabo una buena intervención arqueológica de encontrar algún que otro recinto o resto.
Estructuras de tapial.
Uno de los recintos se encuentra completamente enclavado en la roca del terreno, compuesta principalmente de pizarra y esquistos, en ella hay restos de una serie de muros y una posible torre, todo ello en tapial, esta construcción se divide interiormente en dos habitaciones.
Restos de uno de los recintos.
Otro de los elementos que aún se conservan y que es posible ver claramente sobre el terreno es su Aljibe con unas medidas de 3,45 x 3x15 metros, construido con muros de hormigón de cal, no queda ya apenas nada de la bóveda que sería de mampostería salvo parte del arranque.
Aljibe
Interior Aljibe.
El otro recinto está completamente lleno de vegetación y arboles que ocultan los restos que se puedan hallar en él, también se ha levantado sobre este espacio una gran torreta de luz eléctrica.
Vegetación y poste de luz.
La zona con los años ha ido derivando igualmente en una gran actividad agrícola y ganadera, por lo que gran parte de la mampostería y parte de las estructuras del recinto han sido usadas para la construcción de paratas y corrales, así como balsas de agua.
Restos de construcciones antiguas vinculadas a la Guerra Civil.
Durante la guerra civil española, el lugar fue un punto estratégico en la defensa del frente, en este caso en manos del ejército republicano, lo que igualmente supuso una desfiguración parcial del entorno, al usarse gran parte de los restos aquí todavía en pie como parapetos.
Se ha datado el castillo entre los siglos XI y XII, y tenía una posición privilegiada para controlar el tránsito entre los Barrancos del Poqueira, La Tahá y Sierra Nevada.
Barranco del Poqueira y Sierra Nevada.
Es visitable y desde el mismo mirador que hay en la carretera baja un pequeño sendero que nos lleva hasta el Castillo, lo mejor una vez allí es bordear el espolón rocoso por la izquierda y subir por la parte más fácil hasta los restos del Aljibe y de ahí a los restos de la torre y de las caballerizas.
Nos vamos a detener en esta ocasión en una pequeña iglesia de la localidad de Gobernador, una población de la zona de "Los Montes" y que apenas cuenta con una población de 220 habitantes. Sin embargo encierra uno de los tesoros más bellos del arte mudéjar granadino, su armadura.
Detalle de la Armadura
Detalle de armadura
La iglesia se construyó en el siglo XVI, cuando Gobernador no era más que una cortijada que pertenecía al señor de los Molina. Como ya hemos comentado lo verdaderamente interesante y realmente impresionante de esta iglesia es su armadura. De limas simples con cuatro tirantes dobles apeinazados con lazo de ocho sobre canes de tres lóbulos. Con un ciclo decorativo que se extiende por todos los elementos estructurales y la tablazón, los alfardones presentan temas vegetales de sabor renacentista. En el altar existiría en su época una piña de mocárabes sustituida por un escudo de armas. Estos dibujos se corresponden a restauraciones del siglo XVIII. Esta iglesia por su tipología la podemos emparentar con sus homónimas de Graena, Jérez del Marquesado y en general con el mudéjar accitano.
Detalle de armadura
Detalle de pinturas.
Entre las diferentes pinturas encontramos el escudo de los Reyes Católicos y flores de lis que representan a la familia Molina.
Virgen del Rosario
San Sebastían
La portada de la Iglesia tiene un simple arco de medio punto con grandes dovelas de piedra. La torre del campanario es robusta y carece apenas de altura. La primitiva casa solariega de los Molina que posteriormente fue de los Condes de la Puebla de Portugal era limítrofe con la parroquia y tenían acceso directo a la Capilla Mayor desde la vivienda, hoy cegada tal y como nos relató el actual dueño de la casa.
Torre campanario
El altar mayor está presidido por la Virgen del Rosario que es la patrona de Gobernador. La pila bautismal es otro de los elementos de interés que hay dentro de la parroquia pues es de origen romano, labrada en una sola pieza en piedra caliza, en sus bordes tiene inscripciones, en las que figura que fue donada en el año 1690, dice así "Esta pila, la del agua bendita y la cruz parroquial fueron donadas por D. Francisco Ferrer y Maza en 1690". El pie de la Pila procede de una ara romana.
Para los amantes del
Senderismo y de las buenas excursiones hemos visto como en los
últimos años, han proliferado los recorridos y senderos señalizados
por las respectivas federaciones de senderismo, ayuntamientos,
diputaciones o administraciones competentes. Además hemos comprobado
como se han ido creando itinerarios con cierto interés paisajístico,
y con una extensa riqueza en fauna y flora. Estos recorridos están
normalmente señalizados con paneles informativos al inicio de ruta,
normalmente homologados por la Junta de Andalucía y la FAM, o bien
simplemente carteles colocados por la autoridad competente, a lo
largo de ese itinerario una serie de señales con dos líneas
horizontales, blanca y roja, blanca y amarilla o blanca y verde nos
va indicando el buen camino, e incluso encontramos más señalización
en los lugares de interés.
Pero lo que ha sido todo
un éxito son aquellos recorridos que incluyen “puentes colgantes”,
“pasarelas” o caminos con barandas al borde de precipicios, porque
en cierto modo a todos nos gusta el riesgo aunque controlado. Ni que
decir que el Caminito del Rey en la provincia de Málaga ha sido uno
de los mayores éxitos de promoción turística en los últimos años
en cuanto a la explotación de un sendero a través de unas pasarelas
colgadas en la roca y con un puente colgante final, hasta el extremo
que es muy difícil conseguir las entradas oficiales e incluso
complicado hacerlo a través de agencias u otros entes dedicados a la
explotación de este recurso turístico.
Pues bien, Granada no se
queda a la cola de esta moda, e incluso mucho antes de esta nueva
moda de senderos, ya contaba con “puentes colgantes” y con
recorridos de especial interés, también es cierto que en los
últimos años, algunos senderos y recorridos se han mejorado y por
los ayuntamientos y autoridades competentes se han complementado con
este tipo de elementos que le dan un mayor atractivo al itinerario.
Vamos a poner algunos de esos itinerarios que hay a lo largo de la
Provincia de Granada con puentes, pasarelas o elementos de mayor
interés, se nos ha podido olvidar alguno, así que encantados de que
a través de nuestro correo nos indiquéis el lugar concreto y la
ruta en la que podemos encontrar ese punto de interés y sin más
preámbulo comencemos.
1.- LOS CAHORROS DE
MONACHIL.
Es sin duda una de las
excursiones más clásicas, típicas y conocidas de Granada y que
destaca por su impresionante puente colgante. Esta excursión tiene
todos los elementos para otorgarle un 10. Está en Monachil pueblo,
por lo que en apenas 10 minutos desde algunos puntos de Granada ya
estamos en nuestro destino, es apta para todos los públicos incluso
para niños, no hay ningún riesgo ni problema en que la hagan y es
además divertida y fresquita especialmente si la hacemos entrado ya
el verano. Antiguamente había que subir parte de la Carretera que
sube al Purche y ahí coger el desvío hacia Los Cahorros, sin
embargo hoy en día hay una opción mucho mejor y es salir desde el
mismo Monachil junto al río, completamente cubiertos por la
vegetación de la ribera y con el frescor del agua, antes de llegar
al gran puente colgante de los Cahorros atravesaremos otros pequeños
puentes colgantes que nos van a ir sirviendo de aperitivo para la
sorpresa final. La ruta una vez cruzado el puente ofrece varias
variantes, como volver por el mismo camino, volver por el Purche e
incluso seguir por el desfiladero hacia arriba y volver por otros
senderos y caminos, todo esto a gusto de cada uno. IMPRESCINDIBLE.
Otra de las rutas que en
los últimos años ha ido en auge y en aumento y no hay ya
excursionista granadino que no la haya hecho. Desde Moclín bajamos a
la garganta que ha ido creando el río Velillos a su paso junto a la
población y hacemos un bello y espectacular paseo por sus pasarelas
y puente colgante hasta la localidad de Olivares, en el camino
disfrutaremos de restos de pinturas prehistóricas, restos de la
guerra civil y la fuente de la Corcuera. Los Tajos de la Hoz nos
ofrecen un paisaje realmente impresionante y el agua no falta en el
río ni en los meses más calurosos. La única pega que tiene esta
ruta es que desde Olivares el regreso a Moclín, se puede hacer algo
tedioso y duro, por lo que muchas personas que van acompañadas de
amigos lo que hacen es usar dos coches, para evitar ese traslado algo
más tedioso. No obstante si se va en un único coche hasta Moclín,
se hace sin ningún tipo de dificultad. Si bien la ruta es para todos
los públicos no es menos cierto que sí hay que tener cuidado con
personas que tengan vértigo o con niños pequeños, pues la bajada
final al río velillos aunque hay cuerdas y barandas para agarrarse
puede ser algo peligrosa.
3.- SENDERO DE LA
CERRADA. CASTRIL.
Castril cuenta con su
pequeño caminito del Rey, un tramo de sendero que transcurre a
través de unas pasarelas de madera colgadas de la roca junto al río
Castril y que hacen las delicias de todos los visitantes. Una ruta
pensada para niños, adultos y familias completas, es muy corta, por
lo que hasta personas de avanzada edad la pueden hacer sin ningún
tipo de dificultad en la distancia que ellos consideren oportuna. El
río Castril pasa junto a la población embravecido y más aún en
época de lluvias, por lo que su visión desde la pasarela de madera
es espectacular. Cuenta con un pequeño puente colgante y un túnel
que siempre es algo que gusta mucho a los más pequeños. Al
finalizar el recorrido encontramos un restaurante donde poder saciar
la sed y el hambre.
4.- LOS INFIERNOS. LOJA.
Los infiernos de Loja es
un paraje natural justo a la salida de Loja en dirección Granada y
en el que destaca una gran cascada producido por un gran desnivel en
el terreno por el que discurre el curso del Río Genil, a ambos lados
del río contamos con maravillosos miradores de toda la zona de los
Infiernos, pero si accedemos a ellos por el margen izquierdo del río,
encontramos un largo y estrecho puente colgante que nos recuerda casi
al de Indiana Jones, si no fuera porque no está a demasiada altura
sobre el nivel del río. Igualmente es una excursión que puede
hacerse en familia pues el recorrido no llega ni a los dos kilómetros
incluso cabe la opción de adentrarse bastante en coche, tanto por el
margen izquierdo como por el derecho. El Puente colgante no reviste
ningún tipo de peligro. Tan sólo el acceso a las últimas y zonas
más cercanas a la cascada requieren en algunos lugares el agarrarse
a cadenas puestas a tal efecto.
El Balsón de Picena es
una pequeña ruta que parte desde la plaza del Ayuntamiento de Picena
en la Alpujarra granadina y nos lleva a la vieja fábrica de la luz,
para llegar allí primero bajaremos por las antiguas calles
musulmanas del pueblo, hasta coger la acequia que nos lleva al
Balsón, un paraje donde el agua que viene directamente del Puerto de
la Ragua, se encajona y es canalizada para el riego y consumo. Allí
mismo y para acceder a la Fábrica de la Luz, hay un pequeño puente
colgante que no se espera uno, pero que hace las delicias del
visitante. La ruta va al borde de una acequia con tubos grandes en
determinados momentos, por lo que sólo es apta para personas
acostumbradas a andar y que no tengan un vértigo excesivo. Los niños
si se opta por llevarlos, cogidos en todo momento de la mano y sin
soltarlos, pues las caídas en algunos puntos son fatídicas.
6.- MOLINO EL COTO.
MAITENA. GUEJAR-SIERRA.
Güejar Sierra como uno
de los pueblos de entrada al Parque Nacional de Sierra Nevada, nos
ofrece cientos de rutas de senderismo desde las de alta montaña
subiendo a las altas cumbres como el Mulhacén, la Alcazaba o el
Veleta o senderos de media montaña como es la conocida y afamada
vereda de la estrella. Pues entre todos estos recorridos hay uno que
une el Molino del Coto, situado junto al carril que nos llevará al
parking de los lavaderos de la reina, y que lo une con el famoso
restaurante y antigua estación del tranvía de Maitena. Ahí hay un
pequeño recorrido junto al río Maitena que transcurre por una serie
de pequeñas pasarelas de suelo metálico que han puesto junto a la
roca para salvar el desnivel y la caída al río. No ofrecen ninguna
dificultad y se puede hacer con toda la familia, el recorrido a la
salida de las pasarelas es precioso especialmente en Otoño con los
grandes Castaños de Güejar-Sierra y los colores ocres, amarillos y
rojizos en su máximo esplendor.
Nunca pelar “la pava”,
le trajo tantos beneficios a la pequeña población de Nigüelas, en
lo más alto del pueblo, han realizado un pequeño sendero conocido
como “La Pavilla”, y que recorre parte de una acequia cogida del
río Torrente y que llega hasta Nigüelas. La ruta empieza junto al
partidor de agua, y va por un sendero bastante ancho, hasta que
llegamos a una zona alta y abrupta, ahí está todo perfectamente
vallado tanto en baranda como en suelo, quitando toda sensación de
vértigo o peligro, de hecho es un recorrido apto para toda la
familia, corto y muy fácil de hacer. Termina en la toma de la
acequia y desde ahí volvemos por el mismo camino, cabe la opción de
subir un poco más el Río Torrente hasta los conocidos como
“Cahorros de Nigüelas”. Posteriormente Nigüelas nos ofrece
varias posibilidades de visitas culturales, como su Iglesia, su
Almazara o sus jardines.
Si hay una ruta Otoñal
por excelencia en Granada en los últimos años, es la de la Rosandrá
en Aldeire, y en especial cuando sus castaños nos dejan miles de
castañas dispuestas a que no las comamos y el suelo se convierte en
un mar de hojas marrones, una ruta muy fácil de hacer, casi
aconsejable mejor hacerla siempre junto al río, y dejar el carril,
pues es mucho más bonita, fácil y con un paisaje excepcional. Pues
justo al principio de esta visita, y saliendo desde la Rosandrá que
es el nombre el área recreativa, cogemos el carril a la derecha y no
el de la izquierda que baja directamente al río y cruzamos un puente
colgante de los que hacen las delicias de los más peques y no tan
peques. Además y más adelante a lo largo de la ruta hay una serie
de pasos de cebra o vados parecidos a los de las calles de Pompeya
para cruzar el río sin mojarnos, lo cual le otorga un bello
atractivo a la ruta. El resto es dejarse llevar por los encantos del
Otoño. Recomendable para toda la familia y la mejor época el Otoño.
El Río Verde es uno de
los grandes desconocidos para el senderismo granadino, si bien es muy
conocido por los practicantes de los deportes de aventura y en
especial el barranquismo o descenso de cañones, lo cierto es que es
posible recorrerlo y hacer la opción de senderismo. El Río verde
atraviesa una finca privada conocida como Cázulas, pues pagando una
tasa por coche y persona, es posible bajar desde la carretera de la
Cabra en el término municipal de Otívar, hasta la zona conocida
como las juntas del río, o muy cerca de ellas, allí aparcamos el
coche y empezamos un recorrido por una serie de senderos y caminos
que nos lleva a la Y griega un punto de no retorno ni para
senderistas ni para los que hacen descenso de cañones pues se dejan
bajar o bien en cuerdas o bien saltando grandes alturas. En este
recorrido ascendiendo el río verde hay una serie de puentes
colgantes para salvar el desnivel y llegar a la zona más alta. La
ruta es Verano es imprescindible, pues el río nos ofrece la opción
de darnos un chapuzón en toda regla. Aunque hay que tener en cuenta
dos cosillas. Desde el primer puente colgante hasta la zona final hay
que remontar un buen desnivel y luego bajar al río, por un sendero
empinado y resbaladizo, y el río como tal tiene sus riesgos de caída
y darse con una roca, y aunque yo la hice con niños, hay que
extremar en todo momento la atención y ser muy precavidos. El puente
colgando grande es espectacular sobre el río viendo bajar a
barranquistas o viendo los gigantescos saltos que dan a las grandes
pozas que se forman.
10,- TAJOS DEL RÍO
CACÍN.
Otra clásica y típica
excursión que también en los últimos años se está popularizando,
partiendo desde el Embalse de los Bermejales vamos bajando por el
cauce del Río Cacín, lo hacemos en este recorrido ayudándonos de
una serie de cuerdas con nudos, escalas, y cables colocados a tal
efecto, por lo que lo primero que tenemos que tener en cuenta es que
debemos contar con agilidad y fuerza en los brazos, de lo contrario
la ruta se puede volver peligrosa. Una vez ya junto al cauce del río
y antes de llegar al Puente romano, nos vamos a ir encontrado un gran
número de pequeños puentes colgantes que nos van a ir llevando de
un lado del río al otro, de forma fácil y divertida. La ruta
también se puede hacer en sentido inverso, se puede hacer circular
con un coche o sólo en un sentido con dos coches. No recomendada
especialmente para ir con niños pequeños, o al menos no entera, y
sí hacer con ellos la parte de los puentes partiendo desde el puente
romano, y haciendo así la ruta más corta y divertida.
Y hasta aquí llegan de
momento las diez ruta de senderismo en Granada que incluyen puentes
colgantes o pasarelas, si una vez leído esta artículo ves que falta
alguna no dudes en ponerte en contacto con nosotros y decirnos el
lugar, la ruta y el maravilloso enclave del que nos hemos olvidado y
no dudaremos en visitarlo lo antes posible y subir las fotos a este
blog.