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martes, 24 de enero de 2023

Pinturas Rupestres en el Cerro del Huenes.

Zig-Zag. Manchas indefinidas y équido. 


Seguimos en nuestro empeño de ir poco a poco enseñando a nuestros lectores algunas de las Pinturas Rupestres que hay en nuestra provincia y en esta ocasión nos trasladamos al Cerro del Huenes, dónde en el año 2002 se descubrió este abrigo hasta entonces desconocido. 

Abrigo del Huenes. 


Cabe reseñar que el Huenes es un Cerro con una altura de 1798 pertenece al término municipal de Monachil y se encuentra dentro del Parque Natural de Sierra Nevada. 

Sierra Nevada. 


El abrigo del Huenes se encuentra a unos 5 kilómetros aproximadamente del pueblo de Monachil, en la falda Oeste del Cerro del Huenes, aunque personalmente pienso que la aproximación más idónea y fácil es desde la población de la Zubia. El abrigo concretamente está muy próximo al lecho del río Huenes, que normalmente viene seco desde ahí se hace la aproximación al farallón rocoso en el que se encuentran las pinturas. 

Serie de 12 antropomorfos, Dos serpentiformes . Y
tres motivos oculados. 


El farallón tiene una dimensión de 32,10 metros de altura, por 10 metros de anchura y 11,10 metros de altura, está orientado al suroeste. Las pinturas de forma concreta se encuentran en la parte superior de una oquedad que se abre en el extremo derecho del abrigo. Con mucha pericia, habilidad o bien ayudándonos de escaleras se puede acceder a la oquedad y tumbados en el suelo observar perfectamente todas las pinturas, no obstante desde el suelo y sin necesidad de subir también se aprecian a simple vista, salvo las situadas en la parte más inferior de la oquedad. 

Vista más amplia del abrigo. 


Son pinturas esquemáticas realizadas en colores rojizos y ocres, aunque la cada vez mayor oxidación del manganeso hace que haya mayor número de manchas negras que pueden destruir las pinturas. 

Difícil de apreciar. Ziz-Zag y equido. 


Según la bibliografía leída podemos encontrar en el panel 1 de este abrigo hasta dieciocho figuras diferentes, desde manchas de pinturas  en las numeradas como números 1, 5, 9. Hasta antropomorfos como las figuras 11 y 12 y un gran número de líneas, barras o motivos ramiformes, destacando la número 4 o la 17. En la figura número 6 encontramos una figura que representa un équido. 

Antropoformos. Parte más visual. 


Posteriormente se encontró en este mismo abrigo un segundo panel, con una pequeña pintura, pero hemos de reconocer que en las dos visitas realizadas a este enclave me ha sido imposible dar con él. Existe un segundo abrigo en el Cerro del Huenes del que ya daremos información en otra entrada de este blog. 

Fotos de otra visita con otra luz y tonalidad. 


Respecto al contexto histórico y arqueológico debemos de ver el Cerro Huenes como un espacio de tránsito entre las altas cumbres de Sierra Nevada y la fértil vega de Granada, con abundancia de agua no sólo por el mismo cauce del río Huenes a escasos 30 metros, sino por nacimientos de aguas como el de la Fuente del Hervidero. Curiosamente estos abrigos son los primeros que se encuentran dentro del sector Este de la Vega de Granada, son muy interesantes por la gran cantidad de motivos que se han encontrado, además y según la documentación consultada el abrigo del Huenes se hizo en varios momentos cronológicos por las grandes diferencias cromáticas que hay en sus pinturas. 

En este sector apenas se aprecia la pintura. 


Estas pinturas se engloban dentro del denominado Arte Rupestre Esquemático antiguo, donde se han datado pinturas con más de 30.000 años de antigüedad y que llegan hasta el principio del  Neolítico e incluso el Calcolítico o Edad de Cobre. 

Para llegar al abrigo de las pinturas, desde la pista que sube al Restaurante el Macareno, cogemos el desvío que nos lleva al caserío de Huenes y antes de llegar nos dejamos caer al lecho del Huenes, el abrigo se encuentra en un farallón rocoso a 30 metros del río. 

BIBLIOGRAFIA USADA:

Cuadernos de Historia de la Zubia. Monografía nº 2. Fernández Ruiz, Marcos. Martínez García Julián.   

martes, 17 de enero de 2023

Torre de Nigüelas. Sistema defensivo nazarí.

    


Entre los edificios de interés que encontramos en la localidad de Nigüelas, se encuentra su torre defensiva. La podemos encontrar dentro del caso urbano, en el barrio de la Cruz, y junto a la calle Jazmín. 

    El único elemento que vamos a poder observar de esta antigua fortaleza, es una de sus fachadas, concretamente la orientada al NO, pues el resto de la estructura se encuentra rodeada de viviendas por sus otros tres flancos. Esta realizada en mampostería de tamaño medio puesta en hileras y separadas por "verdugaras" que son hileras de ladrillos. A una altura de cinco metros tiene abierto un pequeño hueco de ventana. 

    Respecto al interior al no poder entrar, pues se realiza a través de una vivienda tan sólo podemos reproducir lo que Mariano Martín y José María Civantos nos relatan en su libro de inventario de arquitectura militar. 

    Cuenta con planta baja destinada a dormitorio con dimensiones de 3,25 x 3,25 y un grueso de pared de 55 cm en los muros NO y SE. La planta alta está dedicada a pajar y se separa de la inferior por un forjado plano de rollizos y tablazón de madera, las dimensiones es igual que la planta baja. Ambas plantas están enfoscadas y encaladas, en la planta superior hay un hueco de puerta cegado por el exterior en el muro SE de 1,5 metros de altura y 0,9 metros de ancho y que puede corresponder a la antigua puerta de entrada a la torre, y que estaría a unos tres metros sobre el nivel del suelo. Existe una tercera planta de reciente construcción y poca altura. 

Cartel informativo en la Torre


    No queda claro que sea nazarí, o que se pudiera construir en el siglo XVI, igualmente puede que fuera una torre defensiva o un alminar de la mezquita del lugar. Lo que sí queda claro es que es la construcción más antigua que se encuentra en Nigüelas, y se le conoce como "la atalaya" o "la torrecilla". 


miércoles, 11 de enero de 2023

Sendero vega de Játar. Senderismo familiar. Játar



Vamos a realizar en esta ocasión una ruta muy sencilla y corta sin ninguna dificultad en cuanto a desnivel o distancia, aunque sí precisa de cierta capacidad de orientación, pues el camino no está muy bien marcado, se trata del Sendero de la Vega de Játar, que nos llevará por varios nacimientos de agua, un bonito mirador y una cueva con ocupación desde la prehistoria. 



Játar es una localidad situada junto a Arenas del Rey y a 13 kilómetros de Alhama, el punto de partida se sitúa un poco más abajo del Centro de Salud, ahí vemos el cartel que indica la ruta. Es aconsejable hacerle una foto a ese cartel y mapa y llevarla en todo momento así como el truck si hemos accedido a él, para ello y abajo del todo de esta entrada os dejo un enlace a mi truck de wikiloc. 




El primer tramo lo hacemos por carretera y nos dirigimos al punto 1, el nacimiento de la aguilla rincón, no hay pérdida pues justo cuando llegamos vemos otro cartel como el de inicio de ruta, ahí nos adentramos unos metros en el terreno y veremos el nacimiento, seco el día que nosotros fuimos y un paisaje muy bonito. A través de los puentes que hay cogemos el pequeño sendero que hay entre los bancales de olivos. 




Seguimos en línea recta el sendero sin ningún tipo de pérdida, hasta que llegamos a una barranquera, la bajamos por en medio, irá seca, por eso esta ruta mejor no hacerla en días de lluvia o que haya caído lluvia torrencial recientemente, y a unos 50 metros a la izquierda volvemos a retomar el camino por un carril que nos lleva hasta un depósito de agua.



 

Seguimos por nuestro sendero, y aquí viene la primera ocasión en la que nos podemos despistar, cuando llegamos al carril de tierra giramos a la izquierda e inmediatamente a la derecha y a 20 metros a la derecha hasta el final y cuando veamos la acequia de agua la retomamos hacia arriba hasta el nacimiento del ángel que está a 20 metros. 




En el nacimiento cruzamos el riachuelo, subimos a la cueva que hay y cruzamos la pasarela metálica que vemos al fondo. En este lugar nos debemos recrear con el milagro de ver como brota el agua de entre las rocas y a los pocos metros es un río. 



Cruzada la pasarela seguimos el sendero subiendo hacia la izquierda hasta el Mirador. Desde allí disfrutamos de las hermosas vistas de la Vega de Játar e incluso vemos las nieves de Sierra Nevada, seguimos un poco más y nos dejamos caer hacia la izquierda hacia la cueva del Torcío un asentamiento con miles de años de ocupación. 





En mi opinión y aunque el mapa del sendero marca otra ruta, aquí yo volvería por el mismo camino hasta la pasarela, la cruzo y sigo recto hacia la cueva bordeando el pequeño cerrete y enseguida veremos al fondo un palo indicativo de la ruta, está roto, pero en los muros de los bancales vemos unos círculos de pintura roja que nos indican el camino. 



Por nuestro sendero y sin ningún tipo de pérdida, llegamos al lugar más bonito de toda la ruta, el nacimiento gordo, un área recreativa, con mesas, bancos y merendero y una espectacular cantidad de agua en todos los sentidos. Un lugar ideal para tomarse una fruta y una merecida parada. Para acceder a este lugar que está vallado, casi al final de la valla, llegando a la caseta, veremos que una de las hojas de la valla está suelta, pillada tan sólo por un cáncamo, la abrimos, pasamos y la volvemos a cerrar. 





Tras el descanso, seguimos el curso de la acequia, abrimos la valla , la volvemos a cerrar y seguimos nuestro camino. Al llegar a unas casas, las dejamos a la derecha y seguimos todo recto por el borde del campo, hasta llegar al fondo a un carril que tomamos hacia la izquierda. Al final de un gran invernadero estará el siguiente y último nacimiento de nuestra ruta el del menudo .




Desde aquí tan sólo hay que seguir nuevamente el sendero por encima de la acequia hasta que llegamos a un carril que nos lleva directamente al pueblo y de ahí al coche. 



La ruta original sigue un poco más, pero a mi juicio es innecesario. Ya en Játar, recomiendo ver el micomuseo al aire libre, que está justo enfrente del Centro de Salud, subiendo unas escaleras, y como colofón final un refrigerio acompañado del choto de Játar una especialidad de la tierra. 




Ruta para hacer con toda la familia y que nos lleva por lugares un tanto menos conocidos pero con mucho encanto. 

Os dejo un vídeo de la ruta y el truck de wikiloc para que podáis hacerla. 

ENLACE AL TRUCK DE WIKILOC




domingo, 8 de enero de 2023

Leyendas de Granada. La casa de los Telarones.

 

Hornacina sobre una casa en el Albayzín. 
¿Será la de los Telarones?

Recientemente rememoré en una de las muchas visitas que hago por el barrio del Albayzín esta vieja leyenda de la casa de los Telarones que ya había leído, pero que mis viejas neuronas habían almacenado en lo más profundo de mi cabeza. De igual manera yo se la conté a otro grupo de personas en otro día de agradable paseo, quedando todos maravillados ante esta y otras historias que para ese día me había preparado, y tal y como dice “el maestro” y sabiendo que su propósito es que estas historias se difundan a cuanta más personas mejor, he aquí que os voy a relatar la leyenda de “La casa de los Telarones”.

Aljibe del Paso en el Albayzín. 


A fines del pasado siglo, los habitantes del Albayzín conservaban aún recuerdos de la ciega credulidad de los tiempos anteriores. Sin dificultad afirmaban ser cierto lo que se refería de la intervención de los espíritus invisibles, en los actos, de la vida de los mortales, y con fanática credulidad asentían a cuantas historias maravillosas se contaban relacionadas con el pasado.

Hornacina en la Plaza del Conde, en otra de las 
llamadas "Casas del Miedo". 


La Casa de los Telarones tenía la suya, y aunque fantástica, como hija de la imaginación popular, retrata perfectamente las costumbres de los pasados siglos.


¿Qué ocurría el 21 de Abril de 1774 que multitud de dependientes de la justicia se paseaban por la calle San Gregorio Alto, delante de una casa a la que atribuían ser morada de espíritus infernales?


La delación de la gente del barrio, había hecho que la justicia subiese por aquellas empinadas cuestas, para ver si era cierto todo lo maravilloso que se refería de esta casa. Asegurábase que en ella, trabajadores invisibles hacían funcionar a unos telares descomunales, produciendo unas cintas tan famosas, que eran la admiración de toda la ciudad. Añadían que de noche solo era cuando se escuchaba trabajar, y que de día era el silencio más absoluto el compañero de aquella morada.


Los golillas, aunque sin gana, pero esforzados por el bien parecer, penetraron en el edificio, y el desengaño que llevaron fue inaudito; creyéronse burlados al no encontrar en aquella casa, que estaba deshabitada, signos que demostrasen la existencia de ninguna fabricación.

Telar de Seda. 
Centro de interpretación de la Seda en Cájar. 


Salieron los ministriles corridos, y dieron parte a sus superiores. Pero el clamor popular se acentuó más y más; los ruidos continuaron por la noche, y cuando la autoridad tomó decidido empeño en averiguar la verdad de estos sucesos, presentóse al alcalde del crimen, que moraba en la calle de Elvira, un trabajador que hacía un año había llegado á Granada, con tres hijos suyos, y explicó la verdad de aquellos misterios. Poseedor de pocos fondos, había alquilado una mezquina habitación cerca de la casa vigilada por la autoridad, a causa del miedo de los vecinos, y excitando este, había hecho que no tuviese nunca inquilino. De este modo y comunicándose desde su vivienda con un gran sótano de aquella casa, tejía de noche sus hermosas cintas, que de día, pretextando eran traídas de fuera, vendía a los comerciantes de la Alcaicería. Con tal estratagema lograron algunos fondos, y antes de ser perseguidos como criminales, lo denunciaban a la autoridad.

Madeja de seda en el centro de interpretación de la seda
de Cájar. 


El alcalde del crimen holgó de tan astuto modo de vivir; mucho más cuando supo que eran artífices que habían perfeccionado el modo de ser de los telares granadinos. Contentase con reprenderles, y publicó en el Albaicín tal aventura, para desterrar el miedo de sus crédulos habitantes.

Placeta de la Cruz de Piedra. 


Pero nada logró. Todos siguieron creyendo de buena fe que aquellas cintas eran fabricadas por espíritus invisibles, y la Casa de los Telarones se consideró desde entonces como mansión del demonio, no habiendo quien de noche dejase de hacer la señal de la cruz, al acercarse a la referida casa.


Esta versión de la leyenda de D. Francisco de P. Vila-Real y Valdivia se basa a su vez en la escrita por Afán de Ribera en su obra las noches del Albayzín: tradiciones, leyendas y cuentos granadinos.

Antonio Joaquín Afán de Ribera



Estas leyendas son en su inmensa mayoría inventadas, y tan sólo algunas sí obedecen a cierto contexto histórico o a cierta tradición oral de hechos acaecidos en el pasado y que se fueron transmitiendo de generación en generación. De hecho muchas de estas leyendas de “las casas del miedo” se contaban a los niños para que se quedaran en casa junto a la chimenea y no estuvieran deambulando por las oscuras y estrechas calles del Albayzín.


Como siempre mi agradecimiento público a Eduardo Prados.

lunes, 2 de enero de 2023

Iglesia de San Cecilio.



Hoy vamos a hablar de una de las Iglesias más populares de Granada y una de las más queridas por los habitantes del barrio del Realejo, iglesia que se la conoce como la de los "greñuos", un particular apelativo debido a que en el incendio que sufrió la parroquia en 1969 a la Virgen se le quemó el pelo, dando un aspecto de greñas. 



Los orígenes de esta Iglesia y nos debemos a la tradición oral, parecen estar en un antiguo templo mozárabe con culto, es por ello que esta Iglesia conserva el privilegio de poder tocar la campana para llamar a los fieles en Jueves Santo. 



La parroquia de San Cecilio se erigió en el 1501 al igual que otras 22 parroquias, se instaló en un primer momento en el solar de la Mezquita de la Antequeruela que estaba un poco más arriba de la actual ubicación y que fue derribada en 1540 poco antes de finalizar las obras del nuevo templo. Algunas teorías hablan de que en este emplazamiento estuvo la antigua sinagoga, sin embargo tal y como hemos comentado algunas veces en otras entradas de este blog, no queda absolutamente nada de la Granada Judía. Las obras de la nueva Iglesia empezaron en el año 1528 y terminaron en el 1534. El maestro de obras fue Pedro de los Ríos y Lope de Corral,  y la carpintería de sus techumbres fue realizada por Juan del Castillo. Juan de Marquina diseñó e hizo su portada lateral en el año 1533, colocando en su hornacina la imagen del titular San Cecilio esculpida por Nicolás de León. El artífice de esta obra magna fue el arzobispo de Granada Gaspar de Ávalos. 





Presenta la Iglesia de San Cecilio  dos fachadas exteriores, situandose en la lateral una preciosa portada plateresca realizada por Juan de Marquina en el año 1533 y costeada por el Arzobispo Ávalos de ahí que aparezca en ella su escudo arzobispal. La puerta se enmarca en un arco de medio punto flanqueado por pilastras jónicas. Existe un trasdós decorado con cabecillas de angelotes, todo está decorado con filigranas. Una cartela con la inscripción "Domus dei et Porta Coeli" rematan la escena, la portan unos angeles y también podemos apreciar una mitra y un báculo como símbolos obispales del patrón granadino. 





La portada está flanqueada por dos grandes faroles de estilo granadino. Y adosado al muro de la sacristía en su lado exterior un bonito y bello pilar con dos caños traído por Manolo Orozco desde los Ogíjares. Antiguamente había otro Pilar adosado junto a la puerta lateral. 

La torre de la Iglesia destaca exteriormente por sus pinturas decorativas con colores ocres, azules y amarillos. 

Al acceder al interior de la Iglesia es de una sola nave dividida en cinco arcos ojivales apoyados en columnas con capiteles góticos, probablemente los únicos que hay de este estilo en Granada. Tiene diez capillas laterales. El prebisterio se eleva sobre el templo por una escalinata con balaustrada. 



Entre la iconografía más importante que podemos encontrar en esta parroquia está la imagen de San Cecilio obra de Francisco Morales, el púlpito es del año 1685 obra de Diego López. 



Hay un cristo atado a la columna del siglo XVI atribuido a Pablo de Rojas, la Virgen de Belen que aparece sentada y vistiendo al Niño Jesús, obra de Alonso de Mena, y que bien merece una entrada aparte en este blog. Un San José con el niño de Ruiz del Peral, nuestra señora de la Paz de Diego de Mora. 






Hay un San Pedro de Alcántara de José de Mora, un Crucifijo del XVII de Pablo de Rojas. No obstante las imágenes más famosas son la Virgen de la Misericordia de Francisco Morales y que fue adquirida en el año 1944 a las monjas del convento de Nuestra Señora de los Ángeles, y el Cristo de los Favores de Nicolás Prado López. 





Pero la Iglesia que vemos hoy en día no tiene nada que ver con la tradicional Iglesia de San Cecilio y ello es debido a varios y nefastos acontecimientos acaecidos a lo largo de la historia. En el año 1812 perdió el retablo de la Capilla Mayor, desmantelado por su párroco. 



 

En el año 1931 sufrió las consecuencias de un artefacto que explotó en la puerta en uno de los episodios de iconoclastia sufridos en Granada, que afectó a la puerta con sus clavos y al atrio para el Cristo de los Favores. 


Armadura antes del incendio. 


Pero el hecho más preocupante fue el ocurrido al mediodía del 22 de Diciembre de 1969 cuando se produjo un incendio que destruyó gran parte del templo. Muchos fueron los vecinos que ayudaron a sacar imágenes entre ellas el Cristo de las favores y la Virgen de la Misericordia, cuyo pelo quedó quemado, pero se perdieron una gran colección de cuadros de Pedro de Raxis, así como toda la techumbre de la Iglesia y multitud de enseres.

Incendio de San Cecilio. Fuente Diario Ideal. 23 de Diciembre 1969

Incendio en la Iglesia de San Cecilio. 



De toda la techumbre el único trozo que se salvó, es la pequeña cubierta que hay justo al traspasar la puerta de la fachada lateral en el pequeño zaguán que antecede a la nave principal de la Iglesia.   

Bibliografía usada:

Girón, César. Iglesias de Granada. Granada en tus manos. El Realejo, Diario Ideal. Prados, Eduardo, apuntes para una visita.