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lunes, 20 de febrero de 2023

Cuevas de Fatimbullar. Agrón.

Cuevas de Fatimbullar


En esta entrada nos vamos a acercar a las cuevas de Fatimbullar en Agrón, están junto al cortijo de igual nombre y cuyo dueño fue hasta  el 2008 el  mismísimo Duque de Wellington. Si bien para acceder a las cuevas que se encuentran dentro de propiedad privada, hay que pedir permiso a los dueños, o al menos esto es lo que reproducen y copian pegan muchas páginas de internet.  La verdad es que desde el mismo camino de entrada a la finca sale un pequeño sendero que baja a las cuevas, y si uno viene desde Agrón andando a través del barranco accede a las cuevas directamente sin complicación alguna, y los trabajadores que hay en la finca nunca en las varias veces que he ido me  han dicho ni impedido paso alguno. 

Detalle de cueva. 

Cuevas. 


El lugar tiene una gran relevancia histórica y ha sido ocupado casi ininterrumpidamente desde el Neolítico. Si nos acercamos por dar un salto a la época de la reconquista cristiana del territorio del Quempe, que es a dónde pertenece Agrón, encontramos los libros de apeos de la Alquería de Pera, muy cerca de este cortijo, de Agrón, de Ochíchar y de Fatimbullar, todos ellos pertenecientes al Marqués de Mondéjar. Es decir en época musulmana este lugar era una rica cortijada, con suministro de agua, cultivos de secano y ganadería tal y como se desprende de los diferentes topónimos que encontramos entre otros lugares en la cercana Sierra de Pera, pero es que según algunos estudiosos es más que probable que mucho antes de la ocupación musulmana hubiera en estos lugares una más que representativa presencia romana. Antiguos y medievales caminos comunicaban el Quempe con la Costa de Granada o con tierras de Málaga.

Detalle de interior. 

Interior. 

Interior de Cueva. 


Pero lo que verdaderamente nos interesa a nosotros son las cuevas de Fatimbullar, situadas justo debajo del Cortijo, son una serie de grandes aberturas en el farallón rocoso y dispuestas de forma lineal. A fecha de hoy están prácticamente abandonadas y sin ningún tipo de actividad, pero hasta no hace mucho, queda claro su uso en ganadería, usándolas para guardar los rebaños que pastan en la comarca. Los techos y paredes de gran parte de las cuevas están aún tiznados de negro de las fogatas realizadas por pastores, o por personas que han querido aquí pasar su rato de "fiesta". 

Paredes ennegrecidas. 


Pero mucho antes de todo esto, e incluso antes de la presencia romana en la zona, estas cuevas ya fueron usadas por el hombre del Neolítico, por eso se les conoce también como cuevas prehistóricas de Fatimbullar. Las pocas excavaciones arqueológicas que se han realizado en ellas, han permitido encontrar gran cantidad de cerámica y de restos de esta época.  

Interior de cueva con muro hecho por pastores. 

Interior de Cueva. 

Interior de Cueva. 


Llegar a las cuevas es muy fácil, bien dando un bonito paseo desde el mismo Agrón, remontando el Barranco de Pera junto al lavadero del pueblo. O bien nos podemos dirigir en coche hasta el Cortijo de Fatimbullar y antes de acceder al paseo de cipreses, hay un sendero que a mano izquierda baja hasta las cuevas. 

Cortijo de Fatimbullar con Sierra Nevada al fondo. 


Las cuevas son grandes espacios, sin apenas profundidad y sí mucha altura, probablemente fueran más bien usadas en épocas de buena temperatura como primavera o verano, pues en Invierno apenas se podrían resguardar del frío. No se han hallado hasta la fecha restos de pinturas rupestres, pero el mal estado de techos y paredes hacen que sea misión imposible encontrarlas si alguna vez las hubo. 

Cantera en la Sierra de Pera. 

Vistas de Agrón. 

Castillejo musulmán de Escúzar. Restos. 

Vistas desde la Sierra de Pera. 

Por último en estas cuatro fotos dejamos testimonio de otros puntos de interés de esta zona, como viejas canteras, viejos castillos de época musulmana y un paisaje extraordinario en el cual podemos llegar a divisar Granada y Sierra Nevada. 



jueves, 16 de febrero de 2023

El aljibe de la lluvia.

 

Aljibe de la lluvia. 

Granada cuenta con un parque periurbano denominado “Dehesa del Generalife”, aunque muchos llaman popularmente a este lugar el “Cerro del Sol” o incluso de forma muy amplia “Llano de la Perdiz”, aunque esta sea tan sólo la zona superior y llana de este maravilloso entorno.

Aljibe de la Lluvia en el parque periurbano de Granada. 


Dentro de este maravilloso entorno se encuentran una serie de estructuras hidraulicas del tiempo de la ocupación musulmana, entre ellas la más destacable es la Acequia del Rey, que desde aguas más arriba del río Darro y a través de una serie de acequias sirvió para distribuir el agua que llegaba al recinto de la Alhambra.


Otras estructuras de interés son la Alberca Rota, el Albercón del Negro, la Acequia de los Arquillos o el Aljibe de la Lluvia, nos vamos a detener en este último y vamos a dar unas breves pinceladas sobre su función.

Albercón Negro. 

Alberca Rota. 



El aljibe de la Lluvia fue contruido en tiempos de los musulmanes, algunas fuentes lo sitúan en el siglo X, de hecho Ibn Asim coetáneo de Almanzor lo menciona, todo esto tres siglos antes de la construcción o aprovechamiento de toda esta colina, y tenía como misión principal la de almacenaje y distribución de agua, concretamente al Palacio de Dar-Al-Arousa, o palacio de la Novia, un espléndido edificio cuyas ruinas aún se conservan y se pueden visitar dentro del pinar que hay por encima de la Silla del Moro y entro los carriles que nos suben a lo alto del Llano de la Perdiz.


Grabado de Joris Hoefnagel. 



Históricamente el aljibe es mencionado por muchísimas personas, el padre Echevarría en sus paseos por Granada dice:


“Forastero: ¡Que cosa tan estupenda! ¿Se sabe la antigüedad de este estanque?

Granadino: Hay tradición, que le construyó nuestro primer obispo señor San Cecilio, en lo que entendidos los Moros, decían manaba por virtud de un Santo, que estaba en el Monte frontero sepultado obscureciéndoseles que el Monte ilipulitano era elevado Mausoleo de nuestro Primer Pastor Granadino, y sus Compañeros, en cuyas cavernas hallaron en 1595 sus sagrados huesos y cenizas”.


A mediados del siglo XIX José Francisco de Luque dice que “el aljibe se supone que pertenecía a una fortaleza que existió, y de la cual no quedan los menores vestigios”.

Rafael Contreras escribía “...una buena construcción hecha para recoger las aguas de las vertientes, donde se hallan restos de estanques y edificios, con azulejos y mármoles esparcidos en la tierra”.


Manuel Gómez Moreno es el que da las mejores nociones sobre el aljibe diciendo que “ Su forma es cuadrada, con un robusto machón en el centro de 3,30 metros, que deja alrededor cuatro naves de 2,20 ancho, cubiertas por bóvedas de cañón y apuntados arcos en los rincones. La abertura es la primitiva, aunque agrandada, y á su izquierda todavía se distingue una pequeña escalera por donde se bajaba a recoger el agua, lo cual hace sospechar que hubo alguna edificación encima de la cisterna. La obra es de ladrillo y argamasa y está perfectamente conservada”.

Puerta de acceso al aljibe. 



Otra cuestión importante a debatir es el motivo de la construcción de este Aljibe y en este entorno y en este caso al parecer hay varias teorías, por un lado se asocia a un uso ganadero, y de hecho en la batalla de la higueruela se puede ver un rebaño de ovejas en el entorno del Palacio de los Alixares, pero nos faltaría un abrevadero para beber. La segunda hipótesis es que se hizo para servir de reserva de agua para zonas más secas o de necesidad. La tercera teoría se basa en la existencia de torres vigías que tuvieron en su base un aljibe, curiosamente y hace pocos años y con posterioridad a la bibliografía consultada para esta entrada aparecieron una serie de restos arqueológicos junto al aljibe de la lluvia de los que no se tenía conocimiento, y de los que no he podido encontrar hasta la fecha conclusiones, al no publicar la Junta de Andalucía, los anuarios de arqueología tal y como hacía antiguamente.

Interior del Aljibe de la lluvia. 

Interior del Aljibe

Interior

Interior



Si nos atenemos al grabado de Joris Hoefnagel, se ve en él dos viandantes con jarras y vaso para el agua, lo cual nos indica que podríamos estar ante un antiguo camino medieval, bastante usado y que el aljibe era un punto de suministro de agua fundamental.


El aljibe de la lluvia se encuentra precisamente a pie del carril que nos lleva a lo alto de este parque periurbano del Cerro del Sol o Dehesa del Generalife. Está realizado con argamasa y ladrillo, dos tercios de su estructura están bajo tierra y se accede a su interior bajando una escalinata. Tiene planta cuadrada con 7,7 metros por lado, y recogía el agua de la lluvia mediante una abertura en su techo. Tiene 3 de 2,20 m. de ancho de bóvedas de cañón apuntado y de rincón de claustro en los ángulos, que enmarcan un espacio central cubierto por una bóveda baída en la que existe un receptáculo central por donde penetraba el agua y tenía dos antiguas entradas de agua en el muro opuesto a una de las dos puertas de entrada de acceso al aljibe, que posteriormente fueron sustituidas por otra entrada cercana, más amplia, que aun conserva y un rebosadero en el muro noroeste.

Restos de casa árabe junto al Aljibe de la lluvia. 

Restos de casa junto al Aljibe. 

Restos de tejado colapsado. 

Restos de viviendas. 

Restos de casa árabe. 


Junto al aljibe de la Lluvia hay una alberca de construcción mucho más moderna y que servía para limpiar la tierra que se bateaba en busca del oro del Valle del Darro y que se sacaba de una serie de pequeñas minas que había cerca, no muy lejos de aquí y siguiendo una serie de senderos se llegan a las Minas de Oro de la Lancha de Cenes, que fueron explotadas por romanos, musulmanes y en época más reciente en el siglo XIX por una compañía francesa.


Albercón del Oro

Albercón del oro

Albercón del oro



Hasta hace poco el aljibe de la lluvia se seguía usando para almacenar agua que se usaba contra los incendios, aunque recientemente y con la construcción de un gran depósito de agua, es probable que haya dejado de tener esta función.

Vista parcial del aljibe enterrado bajo tierra. 



Bibliografía:

García Pulido, Luis Jose. El Cerro del Sol en la antigüedad romana y en la Edad Media.

Bruno Alcaraz. Brunoalcaraz.blogspot.com.es , El aljibe de la lluvia.

Plano del Aljibe de la lluvia. Fuente Patronato de la Alhambra. 


sábado, 11 de febrero de 2023

Monumentos de Granada. El Aguador.

 

Monumento al Aguador

Seguimos nuestro recorrido por los diferentes monumentos y esculturas que hay en nuestra ciudad, y hoy nos detenemos en el Monumento al Aguador, en este blog ya hicimos una entrada a esta figura bajo el epígrafe de “Personajes singulares; los aguadores”.

Monumento al Aguador. 


La escultura se encuentra en la Plaza de la Romanilla, está realizada por el autor Aurelio Teno, y se  inauguró el 28 de Mayo de 1999 bajo la alcaldía de Díaz Berbel. Está realizada en bronce a tamaño natural y el rostro del aguador tiene unas facciones muy especiales, que fue fruto de duras críticas. De hecho aún a fecha de hoy causa impresión en cuantos viandantes pasan.

Detalle del Burro. 


La escultura se eleva sobre una tarima hexagonal que era hace ya unos años una fuente y que luego conocida como el “Hexagono” era reunión de jóvenes adictos al hip hop y el break dance.

Detalle del Rostro del Aguador. 


La fuente fue un regalo de Aguas de Barcelona en virtud de un acuerdo con la empresa municipal de aguas de Granada (EMASAGRA), y el Exmo. Ayuntamiento de Granada.

Detalle del vaso. 


La escultura representa al típico aguador granadino y su burro, que desde la Fuente del Avellano o la Fuente de la Salud, o desde los mismísimos aljibes de la Alhambra cogían agua que llenaban en cántaras y bajaban a la ciudad a venderla y servirla en unos pequeños vasos metálicos. Son años en los que las aguas públicas son muy insalubres y causantes de epidemias y enfermedades, el motivo era que al no haberse mantenido bien las instalaciones de los musulmanes, las aguas limpias se mezclaban con las sucias, dando lugar a todos esos problemas.

A las espaldas la torre de la Catedral. 


La figura del aguador existe desde los más remotos tiempos y pervivieron prácticamente hasta bien entrado el siglo XX.

Firma del autor. 


La escultura si bien se encuentra un poco cerrada entre las terrazas de los bares de la plaza de la Romanilla es objetivo de cuantos turistas pasan junto a ella, aunque más bien llamados por el encanto del burro que del propio aguador, de hecho popularmente a este rincón se le conoce en Granada también como la plaza del burro.



Respecto al escultor Aurelio Teno nació en Las Minas del Soldado en el valle de los pedroches en el año 1927 y falleció en el año 2013 en Córdoba. Estudió en la escuela de Bellas Artes de San Fernando en Madrid. Tras estudiar en París y una prolífica vida artística en el año 1976 levanta el monumento al Quijote en el Kennedy Center de Washington, todo un espaldarazo a su carrera. En el año 1980 inaugura un segundo monumento al Quijote en Buenos Aires. En el año 1988 regresa a Córdoba, concretamente a Pozoblanco dónde instala su taller.


En la parte trasera del burro del conjunto escultórico del Aguador, podemos ver la firma de Aurelio Teno.

jueves, 9 de febrero de 2023

La Granada desaparecida. Palacio de los Infantes o Cetti Meriem.

 

Palacio de los Infantes o Cetti Meriem. 


Con motivo de una reciente exposición inaugurada en Granada sobre la Azucarera de San Isidro, he rememorado como esos industriales y artífices de una Granada moderna, idearon igualmente la abertura de una de las principales calles de Granada, su Gran Vía, para ello trazaron un eje en línea recta por la antigua medina, llevándose por delante una serie de edificios de incalculable valor como es el caso del Palacio de los Infantes o Palacio de Cetti Meriem.

Fachada del Palacio de Cetti Meriem. 


Fue un palacio edificado entre finales del siglo XIV y principios del siglo XV por Muhammad ibn al-Mawl miembro de una rica familia emparentada con la dinastía Nazarí, se les conocía como los infantes de Almería. Su hija llamada Cetti Meriem se casó con un cristiano de apellido Venegas, hijo adoptado de Muhammad. Tras la conquista de la ciudad por los Reyes Católicos el palacio siguió habitado por los descendientes de Muhammad. Es la dinastía de D. Pedro de Granada, XXIV de la ciudad de Granada, alguacil de esta ciudad, y su esposa María Venegas. Dando lugar a los más que conocidos Granada-Venegas.

Plano del Palacio de los Infantes. Leopoldo Torres Balbás. 



La fachada del Palacio se rehizo en el siglo XVI, añadiéndosele una tercera planta o galería con arcos semicirculares. Y una preciosa cornisa de madera. Destacaba la portada con arco de medio punto de dovelas muy marcadas. La planta principal tenía balcones con rejas de hierro, mientras que en el segundo piso se distribuían ventanucos cuadrados. En una de sus esquinas se elevaba el típico torreón de las casas granadinas.

Celosías del Palacio en el Museo Hispano Musulmán. 



El patio de la casa era el mismo que el de la vivienda musulmana, cuadrado con una alberca en el centro con dos pórticos en sus lados Norte y Sur. En el lado Norte conservaba un arco musulmán en el segundo piso, tenía vanos adintelados sobre pilares de ladrillos en planta baja, y galería adintelada sobre pies derechos de traza morisca.

Proyecto de apertura de la Alhambra. 



El pabellón Sur tenía un pórtico con tres arcos decorados sobre columnas de mármol. El techo era de madera con frases del Corán. Por una puerta se accedía a una sala con alcobas en ambos extremos. Por otra se pasaba a un pequeño mirador con arquitos peraltados a los lados.

Arco con celosías. Patronato de la Alhambra. 



Había un antiguo jardín. En la planta alta del Pabellón sur, había una galería con arcos semicirculares, ricamente decorados con una balaustrada de madera. En el centro de la galería un arco con tacas en las jambas y zócalo de azulejos que daban a una habitación.

Palacio de los Infantes. 


A finales del XIX el Palacio funcionaba como almacén y taller de carpintería, El edificio estaba en un estado aceptable, aunque los restos musulmanes estaban en mal estado. La Reforma Granadina adquirió el edificio con el objeto de derribarlo. La Comisión de Monumentos intentó salvar el edificio sin éxito no sin antes tomar apuntes y recuperar todos los elementos musulmanes de interés que se encuentran en su mayoría en el Museo Hispanomusulmán de la Alhambra.

Escudo de los Granada Venegas


Una de las principales piezas conservadas es la portada de la sala baja sur, consistes en un arco de medio punto, angrelado, y con intradós decorado con mocárabes. Las albanegas están decoradas con atauriques y destaca el escudo de la dinastía Nazarí. Sobre el arco tres pequeñas ventanas con celosías.

Construcción de la Gran Vía. 


Este palacio nos recordaba mucho a otros de igual índole que hay en Granada y que en mayor o menor medida sí han llegado en pie hasta nuestros días, como el Palacio de Dar-Al-Horra o la Casa Morisca de la Calle Horno del Oro.



En el vídeo una de las piezas rescatadas de este bello palacio. 

Bibliografía usada:


Barrios Rozúa, Juan Manuel. Guía de la Granada desaparecida. Comares 2006

Gomez Moreno, Manuel, Guía de Granada. Eug 1992.