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miércoles, 6 de marzo de 2024

Reconstrucción muralla Nazarí por Antonio Jiménez Torrecillas.

Muralla reconstruida en el Albayzín. 


Visitamos una de las obras de restauración más polémicas que ha visto Granada en los primeros años del siglo XXI, se trata de la restauración de un tramo de muralla Nazarí del Albaicín. Una restauración polémica pues encontramos los dos extremos en su análisis, por un lado la de los ciudadanos que ven un atentado a la ciudad, a su historia y a la recuperación de un espacio histórico, y por otro lado la de una obra que ha recibido premios arquitectónicos desde todos los puntos del planeta y que ha sido altamente elogiada. 

Interior


La restauración fue encargada por la fundación Albaicín, y se trata de un tramo de unos 40 metros de largo que no existía debido a los grandes daños sufridos por un terremoto en el siglo XIX y posteriormente con la riada del año 1963 y que acabó con muchísimas cuevas y asentamientos en el barrio del Sacromonte. 

Interior


Esta muralla o más bien cerca, conocida con el nombre de D. Gonzalo, era el primer bastión de defensa que se encontraba el enemigo cuando llegaba a Granada, tenía una altura de unos 8 metros y un diámetro de 1,20 metros. Ascendía desde la Puerta de Elvira, la principal entrada a la ciudad, llegaba hasta la Puerta de Fajalauza y desde ahí giraba a la fortaleza del Aceituno, conocida hoy por todos, como San Miguel Alto. Desde ahí bajaba hasta el Sacromonte y su Puerta de Guadix. Este tramo prácticamente se encuentra en su totalidad hoy en día en pie, habiéndose perdido algunos tramos en la subida a San Miguel Alto, incluyendo el que nos atañe, también la perte de la Carretera del Tambor, y la que había en el barrio del Barrichuelo hasta llegar al arco de Elvira. En la zona que baja hacia el Sacromonte y que está muy restaurada se piensa que el corte que tiene es original de época, y que allí terminaba la muralla. 


Antigua Muralla Nazarí

Trozo restaurado


El encargo recayó sobre el arquitecto D. Antonio Jiménez Torrecillas, que buscaba la accesibilidad del entorno y la recuperación del trozo de muralla perdido. Si bien en otras reconstrucciones de este tipo de muralla levantadas con la técnica del tapial y usando como material base una especie de hormigón denominado calicostrado, se ha usado la misma técnica, o técnicas parecidas para dejar cierta diferencia entre lo original y lo restaurado,  Antonio optó por alzar este tramo de muralla con materiales completamente diferentes, usó para ello principalmente lajas de granito, unidas entre sí por una fina capa de un mortero de muy alta resistencia, para de esta forma aparentar como si fueran piedras apiladas.  Estas lajas en su unión dejan una serie de huecos que evocan a la típica celosía granadina, una cortina de madera que deja entrar la luz y que permite que podamos ver la calle sin ser vistos, algo muy característico de la cultura de Al-Ándalus, interiores cerrados únicamente a los ojos de los moradores de la vivienda, una clara alusión a la arquitectura mozárabe. 

Interior

Detalle de lajas de granito y mortero

Antonio construye esta celosía de Granito con vistas a la ciudad y a la Alhambra, y deja un largo pasillo interior hueco, para recorrer la muralla en su interior como si estuviéramos en uno de los muchos pasadizos subterráneos que tenía Granada en tiempo de los musulmanes. 

Detalle parcial de puerta de entrada

Detalle de muralla vieja y nueva


Sin embargo el proyecto original tuvo que ser modificado por la fuerte protesta de los vecinos que reclamaban una vano que pudiera permitir el paso desde el interior del arrabal del Albayzín, hasta la zona exterior, vano que finalmente se hizo. Junto a la muralla el proyecto contemplaba también la construcción de una serie de escalinatas que comunicaban la parte más alta del cerro de San Miguel con el Albayzín, así como la adecuación de unos espacios invadidos por chumberas, hoy desaparecidas por el ataque de la cochinilla, pitas y cuevas abandonadas a su suerte. 

Vistas a la Alhambra

Detalle de Interior


Antonio Jiménez Torrecillas, falleció desgraciadamente en Junio del año 2015. Hoy la muralla está vandalizada al igual que todo el espacio que la rodea, debido a ser un lugar muy poco transitado y que escapa a cualquier tipo de vigilancia, lo cual es aprovechado por grafiteros, delincuentes y gente de mala calaña, para hacer lo que les venga en gana. 

Aspecto exterior

Paso abierto para el tránsito de personas


No obstante la muralla nazarí, bien merece un paseo que podemos iniciar en la Puerta de Elvira, y desde ahí por el barrio del Barrichuelo, quizás de los más desconocidos de Granada, remontar hasta "el tambor", una vez allí, cogeremos un paseo natural que nos lleva a Fajalauza, no si antes ver el Portillo de San Lorenzo y las ruinas de lo que fue el Convento de San Diego y San Antonio. Desde Fajalauza subiremos a San Miguel Alto, y veremos los dos tramos que no son de muralla original, el primero causado por la riada de 1629 y que destruyó la Iglesia de Santa María de los Abades, y el segundo tramo es que nosotros hemos dedicado estas líneas. Desde San Miguel Alto, la muralla se deja caer hasta el Sacromonte con varios tramos restaurados a lo largo del siglo XX, tal y como vemos en sus técnicas constructivas. 

Puerta Elvira



Puerta de San Lorenzo

Puerta de Fajalauza

San Miguel Alto