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sábado, 26 de enero de 2019

Castillo de Íllora.

Zona de la Villa en el Castillo de Íllora. 



Recientemente ha finalizado una primera fase en la restauración del Castillo de Íllora, un castillo que ya está abierto a la visita al público, un castillo al que Lugares de Granada con encanto ha tenido el placer de poder visitar y del que vamos a intentar dar unas pequeñas pinceladas a través de este blog.

Castillo de Íllora. 


Debemos hablar de que nos encontramos en primer lugar ante una zona ocupada desde tiempos de los romanos, tal y como atestiguan los numerosos restos que se han encontrado no sólo en la fortaleza de Íllora sino también en su localidad, en la calle Ayllonas sin ir más lejos ha aparecido todo un complejo termal. Algunas fuentes van incluso más lejos y hablan de ocupación desde época íbera (siglos V a III ac. ). Lo que queda más o menos claro es que desde el siglo XI, ya podemos hablar de un núcleo de población estable, una población que pasa desde una etapa Califal, a una dinastía Zirí, para concluir con los Nazaríes, quizás la época más importante para la fortaleza pues se convirtió en un bastión en la defensa del reino de Granada especialmente desde la caída de la fortaleza de la Mota en Alcalá la Real.

El Castillo visto desde el pueblo. 


Tras la ocupación cristiana, el castillo empezó como en todo este tipo de fortificaciones una lenta etapa de abandono, la población se fue asentando en la zona llana de la localidad, hasta llegar al total abandono, en los últimos años, las casas más humildes eran las que ocupaban el recinto del castillo, incluso a fecha de hoy es posible ver varias viviendas que se apoyan en restos de los muros del recinto fortificado.

Aquí se observan viviendas aún adosadas a los muros del Castillo. 


En el Castillo de Íllora podemos encontrar tres grandes sectores, en primer lugar el Castillo o Alcazaba propiamente dicho, en la parte más superior, después una zona conocida como la villa, y el arrabal.

El arrabal visto desde la Iglesia de Íllora. 


La Alcazaba está rodeada por unos muros de tapial a fecha de hoy restaurados en gran parte, lo más probable es que todo lo que vemos sea de época nazarí. En esta parte superior encontramos hasta cinco aljibes, de los que tres de ellos afortunadamente se pueden visitar, pues a lo largo de los siglos quedaron rellenos de escombros y tierra, así que a la hora de acometer las obras de rehabilitación se han encontrado en perfecto estado. Destaca igualmente el uso de la mampostería en la construcción del recinto.

Murallas del Castillo. 


De esta parte superior del castillo se destacan un trozo de muralla que todo el mundo conoce como “Dientes de la Vieja”, pues conservan tres almenas que se conservan originales de la época.

Almenas de época "Dientes de Vieja". 


Asimismo destacable los restos que quedan de la que fuera vivienda del Gran Capitán que fue el primer alcaide de la fortaleza.

Por debajo de este recinto superior, encontramos la villa, un espacio en el que se desarrollaba la vida artesanal e industrial del complejo, en una zona aún sin excavar se presupone que estarían los restos de una mezquita, en el entramado que ha quedado a descubierto, se aprecian claramente el recorrido de las calles.

Zona de la villa sin excavar. Al fondo Torre del Homenaje. 


Por último estaría el arrabal una zona que aún no ha sido excavada en su totalidad y que sería una zona llena de viviendas adosadas al castillo y con un muro defensivo con torres semicirculares.

Puerta de acceso al Castillo. 


La visita al Castillo de Íllora empieza por su puerta de entrada, una puerta que cumple con los cánones del sistema defensivo andalusí, estamos ante una puerta en recodo, siempre hacia la Izquierda, de esa manera el brazo en el que llevamos la espada, lanza o arma queda desprotegido. Observamos claramente el hueco del rastrillo de la puerta, así como el hueco llamado buhedero por el cual se podía arrojar aceite hirviendo, piedras o cualquier otro elemento defensivo. Pero no sólo estamos ante una primera puerta, sino que una vez flanqueada accedemos a un pequeño patio y nos enfrentamos a una segunda puerta defensiva, el lugar claramente se convertía en una auténtica ratonera, pues desde las almenas superiores nos podían acribillar con las saetas.

Espacio para el rastrillo. 

"Buhedero"

Segunda puerta defensiva


Superada esta segunda puerta, no terminaba aún el calvario, pues había que superar una rampa frente a otra torre defensiva y flanquear una tercera puerta, todo esto solamente para llegar al recinto de la villa, ni siquiera llegábamos aún al recinto militar del castillo, con esto se viene a explicar que los castillos eran prácticamente inexpugnables, y tan sólo el avance en la artillería por parte de las tropas cristianas hizo posible la rendición de estos recintos.

Saetera. 

Puerta de acceso a la villa. 

Puerta en recodo. Puerta defensiva. 


En la zona de la Villa tal y como hemos comentado antes, encontramos todo tipo de estructuras, de viviendas y principalmente talleres, existe un amplio espacio sin excavar donde según las catas realizadas estaría la Mezquita. Estamos el centro artesanal e industrial de la fortaleza.

Zona de la Villa con muros y calles. 

Villa y recinto amurallado. 


También existe una gran estructura de la que todo indica que podría tratarse de una Alhóndiga.

Vista parcial de la Villa. 

Calle de la Villa. 


De entre todos los restos llama la atención una gran columna tirada en el suelo probablemente de origen romano.

Restos de posible columna romana. 


El camino sigue junto a la muralla, protegida por numerosas torres, hasta que llegamos a otro punto, donde hay también una doble puerta defensiva, de la que a fecha de hoy apenas queda nada en pie, y que sería la que daba acceso al recinto de la Alcazaba. Podemos observar los quicios de las puertas, y una curiosa inscripción árabe que dice “La victoria no es más que de ala”. En este mismo punto estaría con total seguridad el acceso al arrabal del recinto.

Inscripción árabe. 

Quicio de la puerta. 


Por último accedemos al recinto superior, la Alcazaba, a Íllora se le conoce como el ojo de Granada, y una vez en esta zona superior del recinto es fácil saber la procedencia de este nombre. Desde aquí controlamos Granada, la Vega y nuestra visión llega hasta Málaga, además con la red de atalayas y torres vigías con las que contaba el reino nazarí, en cuestión de poco tiempo el aviso de la llegada del enemigo llegaba hasta los mismísimos palacios de la Alhambra. Tanto Íllora como Moclín eran las dos grandes fortalezas que controlaban el paso desde zona Cristiana a Musulmana, eran las últimas defensas del reino. La alcazaba tiene un perímetro de 65 x 25 metros.

Parte superior del recinto. 

Parte superior del recinto. 


Lo primero que nos llama la atención en este recinto son sus aljibes hasta cinco hay en la fortaleza de Íllora, el más antiguo de época califal, a fecha de hoy sigue siendo un misterio la manera en la que se llenaban estos aljibes de agua, aparte del agua de lluvia lo cual es lógico, el agua que alimenta a la villa de Íllora viene de la Sierra de Madrid, en este punto hay dos teorías, bien que hubiera algún tipo de noria de Sangre, o bien algún tipo de sistema de tuberías a través de atanores y que por el sistema de sifón, subieran el agua a lo alto de la fortaleza.

Aljibes exteriores e interiores. 





Encontramos también aquí la Torre del Homenaje, situada en el punto más alto e inexpugnable de la fortaleza, en ella y en uno de sus muros hay restos de un primitivo graffitti, en el que se representan como ocurre con el resto de graffittis un barco entre otras figuras.

Resto de grafitti. 


Otro de las cosas que nos llaman la atención en este espacio, es restos de cuadras, y es que como ya dijimos durante muchos años, el castillo fue usado como viviendas, incluso hubo una larga época, donde aquí se cultivaban hortalizas y alimentos del campo, años en los que todo estaba en ruina y completamente abandonado.

Resto de cuadra. 


La fortaleza de Íllora fue tomada el 8 de Junio de 1486, si bien el castillo estaba perfectamente preparado para soportar un asedio, no estaba preparada para la potente artillería de las tropas cristianas, además las torres defensivas musulmanas eran cuadradas o rectangulares, lo que hacía que una vez que los proyectiles impactaban en sus esquinas, la Torre perdía toda su fortaleza y acababan cayendo.

Torres rectangulares. Malas para los proyectiles de la artillería. 


Históricamente en el año 1319 los infantes Pedro y Juan de Castilla, tomaron la villa, pero la abandonaron en su afán de conquistar Granada, desgraciadamente para ellos, perecieron en la batalla de la Vega de Granada.

El último alcaide de la villa fue el capitán Navas de Peralta en el año 1577.

Como hemos comentado anteriormente el Castillo quedó en el olvido, aunque sus piedras y muros sirvieron como cantera para la construcción de edificios y viviendas. Así año a año y poco a poco fue desmantelada.

Lugar en el que estuvo la casa del Gran Capitán. 


DATOS DE INTERÉS:

PRECIO: A fecha de hoy Enero 2019 de momento no cobran.
HORARIO: Lo fijan desde turismo de Illora. Lo normal es empezar sobre las 10:00
VISITA PARA GRANADINOS: Un lugar nuevo que acaba de abrir sus puertas, hay que aprovecharlo y visitarlo, sobretodo porque no sabes lo que depara el futuro. De momento hay que concertar las visitas con la oficina de turismo de Íllora,las organizan para grupos, pero supongo que a los particulares los agruparan en días y fechas en las que no haya grupos concertados.
VISITA PARA NO GRANADINOS: Interesante si nos gusta todo lo relativo a visitas de castillos y atalayas del reino nazarí. Illora además nos ofrece una impresionante Iglesia de traza de Diego de Siloé.
COMO LLEGAR: En este caso en coche, o incluso desde Granada a través de la línea de autobuses.

Vista parcial del acceso a la Alcazaba

Iglesia de la Encarnación de Íllora desde el Castillo. 

Puerta de entrada al recinto.