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sábado, 25 de septiembre de 2021

Casa de las Gallinas. Almunia Nazarí.

 

Arco de Herradura de la Casa de las Gallinas

La realeza de la corte nazarí contaba con numerosas almunias o fincas de recreo, los más claros ejemplo de ellas, son el Palacio de la Novia (Dar-Al-Arousa), que se encuentra junto a la silla del moro, o el conocido Palacio de los Alixares, cuyas ruinas podemos visitar dentro del recinto del cementerio de Granada. Sin olvidar al Generalife que si bien hoy lo vemos como parte intrínseca del conjunto monumental de la Alhambra, en época nazarí jugaba el papel de finca con gran número de huertas que nutrían de alimentos a la ciudad palatina.


Arco de Herradura. 


Otra de esas almunias que aparecen referenciadas y de la que nos han llegado muy pocos restos es la Casa de las Gallinas. Ibn-al-Jatib ya la menciona en su famosa Ihata, posteriormente y a lo largo de la historia son varios los autores que la referencian. Si bien su nombre original sería (Dar-Al-Wadi), casa del río del valle, el posterior apelativo cristiano de las gallinas viene por referencias escritas en las que se mencionan que dicha almunia contaba con 1500 gallinas.


Detalle del arco. 


En 1526 el embajador de Venecia Andrea Navagiero situaba a media legua del palacio de los Alijares un palacio de reyes moros poco destruido y conocido como casa de las gallinas. Luis Mármol de Carvajal, sitúa en el mismo lugar una casa llena de huertas y jardines, llamada Darluet (casa del río), hoy casa de las gallinas. Juan de Echevarría en sus paseos por Granada igualmente la menciona en este caso en una historia más cercana a la leyenda que a la realidad, Simón de Argonte, Lafuente Alcántara, así unos y otros hasta llegar a Gómez Moreno que en el año 1867 apenas puede describir ruinas y un arco árabe. La guía de Granada de 1892 recoge lo siguiente sobre la Casa de las Gallinas:


“Como a dos kilómetros hacia mediodía, se distinguen las ruinas de otra casa de recreación de los reyes moros, llamada Daralgüid ó casa del río, la cual por estar destinada a la cría de aves, tomó el nombre vulgar de Casa de las Gallinas, con que todavía se la conoce. Hallase encima de una meseta no lejos del Genil y ya solamente pueden reconocerse sus paredes de mampostería con sillares en las esquinas; la fachada septentrional mide 30,40 metros; á la parte de tramontana hay restos de un arco pequeño, semejante al de la puerta Judiciaria, y de frente a el hubo otro, también de herradura, que años atrás fue llevado a la cercana mina de oro; alrededor se distinguen paratas de jardines y vestigios de las norias y albercas con que se regaban. Algún fragmento de adorno hallado entre las ruinas pertenece al tiempo de Muley Hacén.


La primera gran conclusión que sacamos es que el arco de herradura que aún se conserva en la Lancha del Genil justo debajo de las antiguas explotaciones mineras de oro, se trajo en algún momento desde su ubicación original, en el lugar en el que estuvo la Casa de las Gallinas. Aunque sin embargo este traslado y en años posteriores dio lugar al error de situar a la Casa de las Gallinas en una ubicación que no le correspondía para nada.


Detalle


La Casa de las Gallinas estaba perfectamente comunicada con la Alhambra a través de un sendero que comunicaba el Barranco Bermejo con el palacio de los Alixares y los palacios nazaríes. Y obviamente estaba comunicada con la ciudad de Granada, a través del camino de Cenes.


Plano general de la Lancha con la ubicación de la Casa de las Gallinas. 

Zona concreta explorada en este reportaje. 



La Casa de las Gallinas se situaba en una extensa meseta entre la Acequia del Cadí y la Acequia Gorda, y entre el Barranco Bermejo y el Barranco del Término. Hoy la zona queda por debajo justo de las instalaciones municipales de agua, en una zona que ha sido urbanizada y que no ha realizado ningún control arqueológico, sin embargo, entre unifamiliares, chalés, y calles, hemos podido encontrar viejos muros y estructuras que sin lugar a duda atribuimos a la Casa de las Gallinas. A lo largo de la entrada os hemos dejado algunas fotos y os ponemos unos planos de situación, es una pena que aún quedando terreno sin edificar no se haga una excavación arqueológica en condiciones.


Restos de muros de mampostería

Restos de muros


Por supuesto nos hemos trasladado igualmente a la Lancha, dónde encontramos los restos del arco de herradura, curiosamente está un poco escondido y hay que preguntar para encontrarlo y no perderse.


restos de muros

Restos de muros


Sin lugar a dudas tuvo que ser un lugar de ensueño, junto a otras fincas ya mencionadas, como Alixares, Palacio de la Novia, Alcázar del Genil, Generalife, o La Marquesa (La Zubia). Queda claro igualmente por las cartas y referencias escritas de época la existencia de un número muy elevado de aves, en este caso gallina, lo cual le otorga ese apelativo cristiano de Casa de las Gallinas, y nos hace pensar que este era uno de los fines de la finca, la cría y comercio de aves.

LEYENDA:

Cuentan las crónicas que cierto día la Reina Católica Isabel se desplazó desde su campamento sito en el Real de Santa Fe por la Vega de Granada, hasta que llegó a una pequeña colina desde la cual vio oculta la morada de Abul Katar. Un soldado cristiano narró la historia de un amuleto misterioso que hacía que los moros que allí vivían resultaran invencibles. 

Al instante del grupo cristiano salió un caballero que descendió la colina, escaló la muralla y penetró sólo en el interior del edificio que en la lejanía se divisaba. Al rato del edificio salieron decenas de soldados musulmanes por todas partes, puertas y ajimeces, tras los cuales salió con los terribles mandobles de su espada, el gigatesco caballero que los hizo huir como conejos. 

Es por ello que desde entonces se le conoce a esta casa, como de las Gallinas y no de los Leones como se conocía antes, y también es conocido que aquél desconocido soldado pasara a la historia años más tarde con el glorioso nombre de "El Gran Capitán".  


jueves, 23 de septiembre de 2021

Aldea abandonada el Tesorero. Sierra de Baza.

 

Uno de los pocos elementos decorativos que aún quedan en las casas. 


Hoy vamos a visitar la que puede ser probablemente la aldea abandonada más grande que hay en la Provincia de Granada, se trata de la aldea del Tesorero, se encuentra en la Sierra de Baza, y pertenece al término municipal de Baza, fue un fructífero núcleo poblacional, hasta que como en tantos casos, el paulatino abandono del campo y la emigración de sus habitantes, a Baza, Granada capital, Almería capital u otros lugares en busca de trabajo y comodidades, supuso su abandono total.


Vista parcial del Tesorero





La aldea del Tesorero nace en respuesta a una actividad minera de una importancia vital para la comarca, hay referencias mineras en esta Sierra de más de 5000 años de antigüedad, en época medieval ya los romanos y posteriormente los musulmanes explotaron estas tierras para extraer el mineral. Lógicamente los cristianos siguen con esta actividad. Ya en el siglo XVIII en el catastro del marqués de la ensenada (1743) , tenemos la primera referencia escrita a este lugar, y sitúa al Tesorero con seis habitantes. Pero es a principios del siglo XX entre 1910 y 1920 cuando el lugar alcanza su máximo apogeo poblacional, se contabilizan 166 bautizos, sumándoles los padres de cada niño, y que por aquellos años, había una gran natalidad por familia (con independencia de la mortalidad), podemos hablar ya de una aldea de más de 1000 almas. Llegó a tener escuela que estuvo funcionando hasta los años 60 del siglo pasado, también había panadería, cantina, economato y casa general de la compañía. En la zona de minas encontramos la CASA MINERA.









La aldea se encuentra junto al río Uclías a una altitud de 1660 metros , y las minas que se explotaban se iban repartiendo en las inmediaciones del poblado que surgió con la idea de que los mineros pudieran convivir con sus familiares y no tuvieran que pasar largos días fuera de casa, ejemplo que pudimos comprobar en una visita a las minas de Órgiva, dónde los mineros pasaban largas jornadas fuera del hogar. Una de las características que en primer lugar nos va a llamar la atención es su típica arquitectura con viviendas realizadas en su totalidad con los materiales que ofrece el terreno, esquistos, pizarras y lajas, tampoco falta la madera muy abundante ahora con fuerte repoblaciones realizadas en la segunda mitad del siglo pasado, pero que antaño, la sierra era una gran cantera de madera.


Ruinas

Ruinas

Ruinas

Ruinas

Ruinas



El pueblo se encuentra situada en paratas o bancales como forma de adaptarse al medio, precisamente la gran cantidad de bancales que hoy vemos vacíos y yermos, en su día, estaban todos cultivados de todo tipo de productos, lo que hacía que el pueblo fuera autosuficiente en cuanto al consumo de frutas y verduras. La ganadería jugaba otro importante papel con rebaños de cabras y ovejas.


Restos de decoraciones

Detalle de Abrevadero



Observamos un núcleo principal de viviendas, todas agrupadas y alineadas en varias calles, y luego por toda la zona una gran cantidad de pequeñas edificaciones diseminadas, conforme avanzamos hacia el Norte y hacia la aldea del Moro, también en abandono, aparecen las primeras señales de edificios dedicados y construidos para la minería, así como la propia zona de explotación minera, en este caso, y tras muchos años de abandono, no hemos podido dar con ninguna boca de mina, además estas se encuentran en parajes de difícil acceso.


Barrio Alto del Tesorero

Ruinas y Cortijadas junto al Tesorero

Ruinas



Se compone la zona de varias minas, Don Martín, París, Casualidad, Cortijo del Vinagre y la más importante de todas ellas Hernán Cortés, de la que se extraían toneladas y toneladas de Hierro y Cobre principalmente. La sociedad minas del tesorero se constituyó en 1906 con un capital de 800,000 pesetas.


Posible Molino junto al río. 

Dique de contención del río

Sierra de Baza



Otro elemento característico de este enclave es el cable aéreo que existía y que llevaba el mineral hasta el ferrocarril a la altura de la estación de Hijate, atravesando la Sierra de Baza. Este cable fué precisamente el que convirtió a estas minas rentables, pues de lo contrario era muy difícil transportar el mineral fuera de la Sierra. Aun quedan restos de algunas de esas estaciones en la Sierra.


Casa de Minas. Gerencia de Explotación. 

Casa de Minas. 

Zona de minas. 

Zona de minas. 



Llegar a la aldea del Tesorero a fecha de hoy es muy fácil, para ello cogemos la carretera que une Caniles en Granada con Escúllar en Almería, a la altura del kilómetro 15, vemos una pista a mano izquierda y unos carteles indicativos, así que no tenemos más que seguir la pista hasta llegar a la aldea. No es necesario un todoterreno para transitar esta pista, pero tampoco se aconsejan coches muy bajos.


Cartel indicador. 



Como reflexión personal, creo que este lugar ofrece miles de posibilidades de ecoturismo, desconozco quienes son los dueños de la tierra, no sé si la Junta o si dueños particulares, pero la zona ofrece cientos de posibilidades. Una pena.





Fotos de época de la explotación y del cable. 





martes, 14 de septiembre de 2021

Lagares de Beas.

 


Recientemente ha tenido eco en la prensa granadina la petición por parte de la asociación Oppidum Eléberis de la petición de declarar bic los lagares de Beas. Curiosamente es un lugar que conocía y al que había tenido la oportunidad de ir en alguna excursión, por eso a continuación les vamos a dedicar unas breves líneas a este lugar tan desconocido y que pese a ser conocidos como lagares de Beas, se encuentra dentro del término municipal de Quéntar.





Los lagares son unas balsas excavadas en la roca, y donde se pisaba la uva para la extracción del jugo y posterior elaboración del vino. Encontramos tres pilas de diferente tamaño situadas en un pequeño promontorio rocoso de no mucha altura en una zona de olivos situada frente al fraile de Beas. Están talladas dentro de la misma roca caliza, y en la última y más grande de todas, hay una abertura a modo de desagüe en el que se ha colocado un trozo de tubería moderna de PVC. Algunos mantienen que las tres pilas están conectadas, por lo que hablaríamos de un lagar, pero también se habla de pilas independientes por lo que estamos ante tres lagares.






Queda por realizar un buen estudio del lugar, pues si bien se le ha atribuido una antigüedad musulmana e incluso romana, también hay voces que hablan de una posible procedencia íbera. De hecho el lugar que ocupa el lagar tiene muchos puntos para que en un momento dado de la historia hubiera habido algún tipo de pequeño opidum íbero, alguna villa romana e incluso alguna alquería musulmana. En la zona y por lo leído en prensa y comentado con gentes de Beas, han aparecido muchísimos trozos de cerámicas medievales. El problema al parecer tal y como me contó Antonio dueño de una de las fincas que hay en la zona, es que las labores agrícolas de años y años, han desvirtuado por completo todo el entorno, y si hubiera algún que otro resto, estaría probablemente enterrado a varios metros se profundidad, se haría necesario emplear un georradar o cualquier otro medio moderno para iniciar una excavación con éxito.







Curioso en el entorno es otra elevación que hay junto a los lagares, dónde a través de una perfecta rampa sobre la roca, se llega a una pequeña elevación. Quién sabe si algún tipo de estructura defensiva, o como dice la asociación Oppidum Eléberis, algún lugar usado para rituales. En la zona hay gran cantidad de restos de cerámica diseminados, especialmente en las lides de las fincas, han donde han sido arrastrados tras las labores agrícolas.





Otra de las pistas de esa posible existencia de un poblado es el abastecimiento de agua a través de la Fuente Pascual, un nacimiento de agua, que lleva muchos años secos, pero que los más antiguos de la zona la conocen perfectamente. Y que se sitúa al norte de los lagares.





miércoles, 8 de septiembre de 2021

Hornos de Miera. Albuñuelas.

 

Horno de Miera

Una de las cosas que más me gustan en las rutas y recorridos que voy haciendo por la Provincia de Granada es ir descubriendo parte de su arqueología industrial, generalmente restos en ruinas de antiguos edificios, fábricas o industrias que durante finales del siglo XIX y principios del XX, tuvieron un importante auge y eran motor de la economía granadina. La llegada del ferrocarril, electricidad, carreteras y demás avances, hicieron que todo este entramado industrial quedara en el olvido y abandono.


Vista de los dos Hornos. 


Uno de esos elementos es del que os voy hablar hoy, se trata de los Hornos de Miera, en el río Saleres en Albuñuelas. Ciertamente he de reconocer que apenas he encontrado información en libros, y muy pocas referencias en internet, pero bueno, he intentado recopilar toda la información, y al menos intentaré dar unas breves pinceladas de este lugar.


Caldera metálica



Se trata de sendos hornos dónde se destilaba la miera del Enebro de Miera. El Enebro de Miera o Enebro rojo, es una planta que ha sido usada tradicionalmente con un uso medicinal. Mediante la destilación en seco de los troncos del Enebro de Miera se obtiene un aceite que era usado para cicatrizar úlceras y heridas, así como un uso en animales siendo un buen remedio para garrapatas, piojos, liendres, chinches y demás parásitos. También lo usaban los pastores para curar la sarna o roña del ganado, por lo que era habitual que en el zurrón hubiera un pequeño frasco con este aceite.


Boca para la leña



Hay dos tipos de enebros el común y el enebro de Miera, con frutos rojos y del que se obtiene este tipo de aceite. Es un arbusto que llega a alcanzar una altura de 10 metros y que predomina principalmente en el Mediterráneo. El aceite se obtiene de los tocones del Enebro, y en especial de las raíces que son las que contienen la esencia.


Caldero para recoger la esencia


Hasta ahora y en la búsqueda que he ido realizando en internet, tan sólo he encontrado Hornos de Miera en Olmeda del Rey (Cuenca), en Arbeteta (Guadalajara), y en Zahara de la Sierra (Cádiz) los cual nos indica la importancia de estos restos, a los que la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Albuñuelas tendría que poner en valor.


Vista de uno de los Hornos. 

Canalización al Caldero. 

Respecto a estos Hornos, se trata de dos grandes hornos realizados en piedra y con dos grandes calderas metálicas en su interior, aisladas de la mampostería por una cámara de aire. Ahí se iría introduciendo la leña que se quemaría para proceder al proceso de destilación que duraba varios días. En la parte inferior salen dos pequeñas canaletas que convergen en un caldero metálico que recogía la Miera. Un poco más atrás quedan las ruinas de una pequeña casa, que sería usada por los “miereros” quizás como almacén e incluso como lugar de descanso, pues como hemos leído la combustión de los tocones podía durar varios días.


Para llegar a este lugar, lo habitual es hacer la conocida ruta de los cañones del señor en el río Saleres. Nosotros vamos a partir desde Albuñuelas y subimos hasta la antigua fábrica de ladrillos, desde ahí, cogemos el carril que nos lleva hasta Jayena y que transcurre paralelo al río, a lo largo del camino pasaremos un par de caleras, y veremos unas formaciones rocosas con gran cantidad de cuevas. Cuando la pista descienda hasta la rambla del río, nos meteremos en ella y la remontaremos unos 600 metros hasta que veamos en el margen derecho del río (A nuestra izquierda), los restos de los Hornos. Luego y como he comentado para volver lo podemos hacer siguiendo la rambla y el cauce del río Saleres.


Rambla del río seca. 

Río Saleres. 



WEBGRAFIA

https://villadearbeteta.es/2020/11/04/el-horno-de-la-miera/

https://villadearbeteta.es/2021/06/03/los-hornos-de-miera-ii/

https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/albunuelas-hornos-de-miera-rio-saleres-8116753/photo-4808533

http://ondemismo.blogspot.com/2016/01/apuntes-los-hornos-de-miera-del-pn.html