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martes, 19 de agosto de 2025

Antiguas profesiones granadinas. Los Neveros y el Camino de los Neveros.

 

Arriero cogiendo Nieve en Sierra Nevada

Releyendo la famosa obra de Washington Irving “Cuentos de la Alhambra”, encontramos el siguiente texto:

“...Pero Mateo ¿Qué luces son aquellas que veo brillar por Sierra Nevada, debajo de las nieves, y que podrían tomarse por estrellas si no fueran rojas y no brillaran sobre la oscura ladera de la montaña?

- Aquellas, señor, son hogueras que encienden los hombre que recogen nieve y hielo para abastecer a Granada. Todas las tardes suben a la Sierra con mulos y pollinos y se turnan para descansar y calentarse, unos junto a las hogueras, mientras que otros llenan de hielo los serones. Bajan después para llegar a las puertas de Granada antes de la salida del sol. Esa Sierra Nevada, señor, es una masa de hielo en medio de Andalucía, para tenerla fresca durante todo el verano”.

Grabado de un Nevero de la Sierra
Litografía de Gustavo Doré


Mucho antes de que los frigoríficos y neveras llegaran a nuestras casas, el ser humano a lo largo de la historia ha tenido que ingeniárselas para mantener los alimentos lo más frescos posibles y para que duraran lo máximo en el tiempo, en el caso de Granada, esto fue posible desde tiempos de los musulmanes gracias a la cercanía con Sierra Nevada y sus nieves perpetuas.



Ahí nació el conocido como Camino de los Neveros que conectaba Granada con las altas cumbres de Sierra Nevada, dónde en época estival aún quedaba nieve, en recua de mulos, una serie de personas salían todos los días al atardecer para descender al día siguiente con preciada carga que era la nieve y el hielo y que se acumulaban dentro de las casas en espacios habilitados para ello, en pequeños “pozos de nieve” o tinajas que a tal fin estaban preparadas.



Ya Felipe II en 1590 ordena que se gestione el comercio de la nieve, con fines recaudatorios, con un almacén central en la Zaida Alhóndiga y diferentes puntos de venta en la ciudad, la nieve se vendía en cajones de madera, y era usada como medicina, para conservar los alimentos y como producto de lujo para las clases pudientes.


A principios del siglo XVII nos consta que la Nieve de la Sierra está regulada, tanto su precio, recogida y acarreo, es decir era una profesión más sujeta a reglas, gremios y tributos. El precio de la Nieve en Granada en el año 1727 era de cinco maravedíes la libra (0,46 Kg).

Antiguo Pozo de Nieve del Convento del Ángel Custodio

Está en los bajos del Hotel Eurostars


En el año 1604 se le encargó a Diego Ruiz el abastecimiento de nieve de la ciudad, en el año 1614 se señalaron los lugares de venta pública de nieve en Granada y en el año 1617 se fue organizando el comercio de la nieve.


En los años 30 el precio de la Nieve rozaba las 25 pesetas por carga, consumiéndose en Granada entre una tonelada o tonelada y media diarias, el consumidor en los años veinte pagaba entre 25 ó 30 céntimos el Kilo de Nieve. Los arrieros eran hombres fuertes que conocían bien el terreno subían y bajaban de continuo, conforme el Verano avanzaba los viajes eran cada vez más duros, pues había que subir a mayor altitud en busca de Neveros, y a la bajada había más merma del producto al derretirse mayor cantidad de nieve entre un 40% y un 50 %


En el año 1879 fue vendido por el Ayuntamiento de Granada a perpetuidad el negocio a D. Diego García del Real por el precio de 125,000 pesetas. Esta actividad funcionó hasta el año 1922 cuando los herederos de D. Diego García del Real fundaron una fábrica de hielo en Granada, por lo que la actividad del los arrieros dejó de tener sentido. Posteriormente a la guerra civil entre los años 1945 y 1950 volvió a funcionar temporalmente por las restricciones del uso de la electricidad, que hacían muy difícil la producción de hielo en la fábrica. En el año 1950 se hicieron los últimos viajes a por nieve de forma oficial.


Las primeras zonas en dónde se cargaba nieve era en el Purche o Dornajo y progresivamente se iba subiendo por la Hoya de la Mora, Barranco de San Juan o el Corral del Veleta en el más extremo de los casos y en veranos muy cálidos, hasta hace algunos años aún el Corral del Veleta tenía nieves glaciares, hoy todas ellas derretidas. De esta manera la distancia a recorrer diariamente era de unos cincuenta kilómetros entre la ida y la vuelta, iban en grupos entre ocho y doce hombres con veinte o veinticinco mulos de carga. Cuando llegaban al destino unos encendían hogares para calentarse mientras que otros ya picaban y recogían la nieve en serones que eran cargados en las bestias de carga.


En Granada existía la casa de la Nieve, junto a la Alhóndiga Zaida, en la que se almacenaba la Nieve que bajaba desde la Sierra, y en el fielato que había junto al Colegio de los Escolapios los arrieros daban cuenta de la carga bajada a los efectos de pagar los correspondientes impuestos. Como la Alhóndiga Zaida se quedó pequeña se empezó a usar otra casa que había enfrente junto al Corral de Comedias y que se conocía como La Camorra y era una especie de casino popular de la ciudad de Granada.


EL CAMINO DE LOS NEVEROS


El camino de los Neveros partía desde el Puente Verde, desde ahí, ascendíamos la Avenida de Cervantes y nos íbamos hasta los Rebites, por encima de Huétor Vega, justo dónde hoy está el Restaurante las Perdices, empezaba propiamente dicho el camino.

El siguiente objetivo era “El contadero” tras superar la “La cuesta de los desmayos”, era una de las zonas de mayor desnivel del recorrido durante seis kilómetros, más adelante se llegaba al Purche lugar de descanso para el ganado, pues el camino de los neveros a su vez también era cañada de ganado.

El Purche


En la zona del Purche aún hoy en día es posible encontrar restos de pozos de nieve, pues a veces si los arrieros no podían bajar a Granada por alguna circunstancia, podían salvar la carga en estos lugares.

Desde aquí subimos al “Collado de las Víboras”, es un trayecto muy fiel al recorrido original, aquí nos cruzaremos con la pista que lleva a San Jerónimo. Seguimos subiendo y nos cruzamos por el Dornajo para subir por toda la zona de reforestación de pinos y llegar a la Fuente de los Neveros, claro referente a esta antigua profesión.

Desde el Cerrajón se ve el camino que falta desde el Purche
hasta el nivel de nieves en Sierra Nevada


Llegaremos después al Collado de las Sabinas, y siguiendo la cuerda llegaremos hasta los Peñones de San Francisco y la Hoya de la Mora. Aquí es dónde se recogía la nieve o algo más arriba ya dependía de la época del año.

En la Hoya de la Mora y hasta el 
Veleta era la zona elegida para cargar la Nieve
en los serones de los mulos.