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viernes, 30 de noviembre de 2018

Casa Morisca en la calle Horno del Hoyo.




En nuestro deambular por el Albaicín en busca de Casas moriscas, hoy traemos una nueva a este blog, se trata de la Casa Morisca en la calle Horno del Hoyo. Nada más adentrarnos en esta pequeña calle que se encuentra en las inmediaciones de la Plaza Larga y Plaza de Fátima vamos a identificarla rápidamente al ver la entrada de la casa. Si bien nos encontramos ante una entrada completamente restaurada y realizada con ladrillos de corte moderno, las líneas marcadas, el arco adintelado y la estructura nos indican claramente que estamos ante una casa morisca.



Una vez en el interior y como ocurre con gran parte de las casas moriscas que han llegado en pie hasta nuestros días, nos encontramos un inmueble completamente reformado y en el que los dueños han tenido que realizar una desorbitada inversión económica para adecuar la casa a vivienda, sin embargo y afortunadamente para el deleite de todos quedan pequeños elementos originales que nos trasladan quinientos años atrás en el tiempo.



A mi juicio lo que primero llama la atención son las dos columnas que hay en uno de los pórticos de la casa, en las que destacan dos bellos capiteles nazaríes, idéntidos a los que encontramos en la Alhambra y en otras construcciones que han llegado hasta nuestros días.




Obviamente, la casa gira en torno a un pequeño patio, en el que en la restauración han tenido a bien conservar la pequeña alberca con su fuente de piqueta, un elemento clásico y fundamental en la vida musulmana, el agua en este caso como un elemento que nos transporta a la ensoñación y al paraíso y con una utilidad funcional cuando en verano sirve como refrigerador en las cálidas noches.



Y si bien el agua de la alberca tiene esa función poética, necesariamente necesitamos agua para el uso común, cocinar, beber..etc, en este caso aún se conservan dos grandes tinajas, como las que había en todas las casas del Albayzín, y de Granada, y que hasta no hace mucho (mediados del siglo pasado) seguían conservando su utilidad. Esas tinajas se abastecerían de una red secundaria de agua que partían de las canalizaciones que desde la Acequia de Aynadamar llenaban los Aljibes del Albayzín, pues por el tamaño de la vivienda, debemos pensar que los habitantes de ella en el siglo XVI, eran pudientes, y por tanto contaban con agua corriente.



El patio tiene una típica orientación Norte- Sur de esta manera la vida se desarrollaba en uno u otro lado según la época del año en la que estuviéramos. Y la casa cuenta con dos plantas, algo que ocurrió con todas las viviendas del Albayzín, pues a medida que la reconquista iba cercando la ciudad de Granada, hubo que ganar altura en las casas para acoger a los miles de refugiados que llegaban desde el resto de Al-Andalus.



El resto de elementos de la casa están muy cambiados y reformados, destacan también unas celosías de yeso, completamente nuevas, como las que vemos en otras casas, como la de Zafra, u Horno del Oro.




La casa como es deducible es de propiedad privada, aunque alberga a la empresa “Cerámica Alyarrar” y en Google Maps figura como “exposición”, y figuran algunas fotos del interior, con las obras de cerámica que se realizan de una gran belleza y sutileza.



DATOS DE INTERÉS:

PRECIO: No aplicable. Casa Privada.
HORARIO: No aplicable. Casa Privada.
VISITA PARA GRANADINOS: Se trata de una casa privada, así que pocas son las opciones de poder verla, en mi caso lo hice a través de la asociación Secretos de Granada y su director Isacio Rodríguez con la que entré hace tiempo. No obstante al albergar una empresa de cerámica, quizás sea una posibilidad de entrar al inmueble.