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miércoles, 23 de febrero de 2022

Acueducto romano (árabe) de Calicasas

 


Vamos a abordar un pequeño análisis sobre el acueducto árabe de Calicasas, y lo primero que nos llama la atención, es que la poca Bibliografía a la que hemos podido acceder sobre el acueducto lo señalan como posiblemente romano, aunque nadie corrobora y da una certeza absoluta sobre este dato.





El acueducto de Calicasas consiste en los restos de un importante acueducto posiblemente romano como hemos adelantado, y no árabe como aparece en la cartelería que lo señaliza, de él, tan sólo nos queda un tramo de unos 120 metros de longitud, con una altura máxima de 5,55 metros y una anchura de 1,24 metros. Está realizado con mampostería de tamaño medio y una especie de argamasa de mortero, cal y arena.





En el trayecto que nos queda visible había dos arcos, uno que se conserva en perfecto estado y el segundo del que apenas quedan los arranques inferiores. Del que se conserva bien, está realizado con sillares de travertino. Según las fuentes consultadas en algunos de esos sillares, se pueden apreciar las marcas del cantero.




Sobre el muro y en su parte superior iría el “riuus”, sin embargo al no poder acceder a esta parte y al estar sin uso no lo hemos podido apreciar con claridad. Tiene una altitud de 750 metros y este es un dato fundamental, pues en la zona y provenientes de Deifontes se han encontrado restos de otros acueductos igualmente de época romana, y coetáneos por las técnicas constructivas al de Calicasas, pero a diferentes altitud a los anteriores, lo cual da la pista de que estamos con un sistema de aguas completamente diferente a los anteriores que también atraviesan el término de Deifontes, Calicasas y Albolote.




Lo más probable es que este acueducto fuera de un sistema que transportaba el agua desde Cogollos Vega hasta la vega de los pueblos limítrofes, el tramo de acueducto que observamos estaría compuesto por cuatro arcos y su longitud sería de 200 metros con los que salvaría el desnivel y barranco del Río Bermejo. Una de las teorías que también se baraja es que el agua fuera tomada desde el arroyo de Vítar y que a través de unas galerías que pasarían por debajo de la calle Hornos de Calicasas llegaran al acueducto. Incluso el propio río Bermejo podría ser la fuente que alimentara esta canalización.




La decadencia y el fin de la utilidad de este acueducto se relaciona con la construcción de la acequia de Cartuja, pues ya los cartujos en el siglo XVII inician los trámites para llevar agua desde el río Bermejo hasta sus propiedades en Albolote. Durante los siguientes años y siglos se sigue nombrando y aparece en algunos documentos bajo el nombre de “Los Arcos”. En el año 1796 el cura de Nívar, Guevejar y Calicasas afirma que “En Calicasas hay unos arcos antiguos arruinados mucha parte, con vestigios de haber pasado agua por ellos”, es decir ya a finales del siglo XVIII el acueducto de Calicasas estaba sin uso y en estado ruinoso.




Hoy doscientos años después ahí sigue milagrosamente en pie ese tramo sin uso alguno, pero que se ha convertido en una de las pocas piezas patrimoniales de Calicasas, máxime cuando de su Iglesia con armadura mudéjar no queda prácticamente nada.




Llegar al acueducto es muy fácil, pues partiendo desde la plaza del Ayuntamiento no hay que andar más de 100 metros.


Bibliografía.

Miralles Alted, Lázaro. Estudio para la puesta en valor del patrimonio histórico y cultural de Calicasas. (2019).

Castillo Rueda, Miguel Ángel. Estudio preliminar del acueducto romano de la cañada del arco. (2012).


domingo, 13 de febrero de 2022

Leyendas de Granada: Piedra blanca y Piedra negra en la Abadía del Sacromonte.

 

Piedra Negra. 

Volvemos al mundo de las leyendas de Granada y viajamos hasta la Abadía del Sacromonte y hasta sus santas cuevas, dónde encontramos unas de las leyendas más conocidas y todavía veneradas en la ciudad de Granada, la leyenda de la Piedra Negra y la Piedra Blanca. Pero antes entremos un poco en historia.


La historia de esta Abadía empieza a finales del siglo XVI, cuando en el monte Ilupitano, conocido hoy como el Sacromonte, se encuentran los restos de unos hornos romanos en los que se encontraron los restos de San Cecilio y de sus compañeros San Hiscio y San Tesifón, así como una serie de planchas de plomo mundialmente conocidas como los “libros plúmbeos”, unos falsos históricos. Falsos porque todo lo que hay escrito en ellos es una invención de los moriscos Alonso del Castillo y Miguel de Luna, pero históricos pues obviamente son del siglo XVI.


Vistas de la Abadía


A partir de este momento el Arzobispo Pedro de Castro Cabeza de Vaca y Quiñones, hace de este hallazgo su único fin y objetivo en este mundo, decide construir la Abadía del Sacromonte y hace de Granada la nueva Roma , una ciudad sacra, hasta 1200 cruces hubo en el Sacromonte, a fecha de hoy tan sólo 5 perviven.


San Cecilio se convierte en el nuevo patrón de Granada, pues anteriormente era San Gregorio Bético, y en la construcción de la nueva Abadía, lo primero que se construye es la Iglesia y las Santas Cuevas, cuyo lugar más importante son los restos del horno en los que se han encontrado las reliquias de San Cecilio y que se refuerza con cuatro columnas toscanas.


Horno de San Cecilio


Es Ambrosio de Vico el que construye las cuatro capillas, los túneles que las comunican y las columnas toscanas. En primer lugar está la Capilla ochavada de la Dolorosa, le sigue el Horno de San Cecilio, por último está la Capilla y Santiago y una Capilla dedicada al Crucificado. Es precisamente en estos últimos espacios en los que encontramos las piedras que dan origen a la leyenda que vamos a relatar.


Piedra Blanca



Las piedras estaban en el lugar a la hora del hallazgo de los libros plúmbeos y bajo ellas se encontraron algunas de las planchas.


La piedra Negra es la de las solteras, y cuenta la leyenda que aquella que la toque casará. Mientras que la otra es Blanca y que aquél que la toque se librará de su pareja por la vía más dura y triste, la muerte. Una cartela sobre cada una de las piedras nos dice lo siguiente:


“Esta piedra, y la otra que hay empotrada en la galería que circunda la capilla llamada de Santiago, se ha conservado como monumento arqueológico, porque debajo de ellas estaban los libros de plomo redondos, escritos en árabe, en número de veinte y uno, y que durante cierto tiempo se atribuyeron a los mártires iliberitanos.

Esta librería plúmbea fue reclamada por el Papa Urbano VIII para su traducción y calificación; y en efecto, fue llevada a Roma en 1642 por dos Prebendados de esta Colegiata. En su interpretación se ejercitaron los más sabios lingüistas de aquella época, disintiendo muchos los pareceres , y originándose ruidosas contiendas , a que puso término el Romano Pontífice en 1682.

Cualquiera otra significación o virtud que se atribuya a estas piedras es arbitraria y ridícula”.


Cartela



Curiosamente Francisco de Valladar en su guía de Granada relata que cuando la infanta Isabel visitó el Sacromonte en 1882 hizo que sus hijas besaran la piedra negra, curiosamente ambas obtuvieron matrimonio.


Parece ser que los efectos “milagrosos” sólo tienen validez en el día de San Cecilio, en el que toda Granada peregrina al Sacromonte y sube sus cuestas hasta llegar a las Santas Cuevas, y que el resultado no se deberá demorar más que el mismo año natural de la petición.


Piedra Negra



Afortunadamente la piedra Negra es la que está más gastada y erosionada por el contacto de las manos, mientras que la piedra Blanca es menos querida y casi que uno pasa por la galería pegado a la pared por si las moscas se roza y tal como se dice en Granada “no vayamos a pollas”.


Piedra Blanca. 



No es de extrañar tampoco que muchas de las mozas que suben a estas Santas Cuevas, casi un mes antes aproximadamente, subieran a la Torre de la Vela el día 2 de Enero para tañir con tres fuertes golpes su campana, pero esto es otra historia que ya se contará en este blog.


viernes, 4 de febrero de 2022

Puente romano de Colomera.


Puente romano de Colomera


Seguimos nuestras andanzas por la Granada romana y nuevamente lo hacemos con un puente romano, en esta ocasión el puente romano de Colomera, una construcción del siglo II que se construyó para salvar el cauce del río y poder acceder al recinto urbano de la villa. Tiene una longitud de 16 metros y una anchura de 3,80 metros. 




La bóveda es escarzana realizada con rocas de sillería, los estribos del puente y el tímpano están igualmente realizados en rocas de sillería. 





Junto al puente romano de Colomera encontramos los restos de un Molino harinero, hoy en un lamentable estado de abandono. Colomera llegó a tener hasta tres molinos harineros, que proporcionaban la harina suficiente para la elaboración de pan. 


Molino Harinero




Colomera no era una población que estuviera dentro de alguna vía importante de comunicación, sin embargo sí que proporcionaba al imperio romano gran cantidad de alimentos, de hecho Colomera posteriormente fue conocida como una de las siete villas del pan. 





No muy lejos del Puente romano y en una pequeña elevación entre olivos encontramos restos de una pequeña necrópolis visidoga, lo cual nos indica clarmaente la importancia del territorio que pisamos, y que tras la caída del imperio romano, no sólo visigodos estuvieron aquí, sino también los árabes cuyo restos del castillo también se conservan en todo lo alto de la población. 


Necrópolis Visigoda


Lógicamente el Puente romano se encuentra en la parte más baja y a fecha de hoy abandonada del pueblo, afortunadamente han arreglado el viejo camino que descendía hasta él, y se puede dar un paseo muy bonito, igualmente y a través de una nueva carretera y puente se puede llegar en coche. 


Vistas de Colomera

Para llegar al puente romano, se tiene que atravesar la población de Colomera y coger la carretera a la derecha una vez crucemos el Río Colomera, si queremos llegar andando, desde el mismo pueblo, veremos el cartel que nos indica el sendero a coger.