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martes, 3 de octubre de 2023

Baños termales de Zújar. Geoparque de Granada.

Baños termales de Zújar. 


El turismo termal es una de las actividades que en los últimos años goza de mayor popularidad por lo beneficioso de ello para el cuerpo humano. 

Granada ofrece una gran cantidad de balnearios y lugares de recreo y turismo en torno al termalismo, pero sin lugar a duda unos de los lugares termales que más impresionan en la Provincia de Granada son los baños termales de Zújar, una gigantesca poza de 30 metros de largo por 12 de ancho y una profundidad de 2 metros, situada al aire libre en el pantano del Negratín y de acceso completamente gratuito, dónde el agua sale a una temperatura constante de 40 º a través de fracturas que hay en el terreno. 



El agua llega llena de minerales que son altamente beneficiosos para el cuerpo y la salud, especialmente la piel, el reumatismo, gota o enfermedades endocrinas. 

Estos baños ya se conocían en la antigüedad y aparecen referenciados por Plinio el Viejo, de hecho algunos restos de muros que se pueden encontrar en la zona, se especula que puedan ser de época romana. 



En el siglo pasado hubo un gran Balneario al más puro estilo "Belle Epoque", cuyas ruinas yacen bajo las aguas hoy en retirada por la sequía (Septiembre 2023) del pantano del Negratín.

Fotografías del antiguo Balneario



 

Llegar al Balneario es muy fácil, para ello una vez en Zújar atravesamos el pueblo por la calle principal a través de la Avenida de los baños y así seguimos unos 8 kilómetros hasta llegar al Restaurante de los Baños que se encuentra en alto, bajando por una rampa cementada llegamos a la poza, que tiene unos pequeños escalones para introducirse en ella, pero que están llenos de un verdín muy resbaladizo, por lo que casi es mejor entrar por la orilla. 

En algunas zonas de la poza, dónde se hace pie, notaremos en el fondo un lodo de un intenso color negro, es muy aconsejable echarse ese barro por todo el cuerpo y dejar que se seque y que actúe sobre la piel con grandes beneficios.



Estas aguas fueron declaradas en el año 1928 de interés terapeutico. La mejor época del año para ir es desde luego en los meses más gélidos de invierno, siempre y cuando la carretera esté libre de nieve y hielo, porque es un espectáculo gozar de las cálidas aguas con los vapores que emanan. 



Es cierto que tras el baño nos va a quedar un pequeño olor a azufre, que a algunas personas puede que no le guste mucho, también puede ocurrir que a algún visitante le de cierto resquemor meterse en esta poza con el agua fangosa, y con insectos, y restos de vegetación, pues la poza es natural al máximo, para ello existe la posibilidad de en el Restaurante que hay allí mismo entrar en una piscina que tienen de obra  con el mismo agua termal. 

Otra de las cuestiones a tener en cuenta es que cuando el pantano recobra su nivel de embalsamiento óptimo la poza queda cubierta bajo las aguas, por eso en años de sequía hay que aprovechar esta maravilla de la Naturaleza. Como curiosidad en el año 2020 ya las aguas empezaron a retirarse y de hecho en la zona arenosa que quedó hoy hay un gran manto de vegetación.