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sábado, 2 de julio de 2022

Las Salinas de La Malahá.

 

Sal de las Salinas de La Malahá en almacén. 

Nos dirigimos a la localidad de la Malahá situada en el Temple granadino, dónde vamos a visitar uno de sus lugares más característicos y singulares, hablamos de sus Salinas, que ya se explotaban en los más remotos tiempos de la historia. Analizando los yacimientos arqueológicos encontrados en la zona, estamos ante un hábitat con una línea histórica de ocupación por la que han pasado prácticamente todas las civilizaciones, desde el Paleolítico, Neolítico, cultura del argar constatada con el hallazgo de una copa argárica, Íberos, griegos que llamaron a la localidad “Malka”, y en especial romanos, fue en esta época en la que las salinas de La Malahá vivieron una época de esplendor, su sal se usaba en las industrias de salazones de Salobreña o Almuñécar, y se elaboraba el famoso “gárum” que se comercializaba por todo el imperio romano. Posteriormente árabes y cristianos siguieron explotando estos recursos hasta la modernidad y a fecha de hoy aún se sigue sacando sal, que principalmente se aprovecha para uso industrial, o para las máquinas quitanieves que en invierno necesitan sal para derretir la nieve caída en las carreteras.

Vista de las Salinas. 



Las Salinas de La Malahá, son unas de las más antiguas de Andalucía, con 97 albercas y 7 calentadores. El almacén del siglo XII, tenía cubierta de tejas, y contaba con un almacenaje de 22,000 fanegas de sal. Las Albercas se conocían con los nombres de Salinas Altas, Salinas Bajas y Salinillas, estaban divididas por tablones de madera y el suelo estaba empedrado, de algunas de ellas, se extraía una sal de mayor calidad.

Detalle 


Son varios los elementos históricos que aún se conservan en el recinto de las Salinas, y en los que destacamos su puente y su torreón.

Torreón. 


El torreón está realizado en piedra caliza y es de época medieval, los sillares que se encuentran en la parte más inferior del torreón, pertenecen o tienen corte de época romana, pero bien pudieran haber sido usados como material de acarreo. El torreón en realidad es una noria de sangre, es decir una pequeña noria, en la que un animal va dando vueltas en la zona superior de la torre, encima de una especie de tablado de madera, poco a poco va elevando el agua salada que nace de los nacimientos que hay en la zona y en especial de la alberca que hay al otro lado, la eleva y la vuelve a distribuir a través de las balsas de desecación en las que una vez evaporada el agua se forman las montañas de sal. La noria tenía una especie de tambor que era el mecanismo giratorio, y una cuerda en la que se unían los recipientes de barro y que elevaban el agua.


Vista del Torreón. 


No es la única noria que había en el recinto y en recientes excavaciones se han ido hallando restos de otras norias, pero ninguna de la envergadura e importancia de la ubicada en el torreón.

Detalle de Sal. 


El puente de igual época, unía la alberca o nacimiento de agua o Charcón con el torreón y zona de Salinas, si bien hoy lo vemos con una fuerte capa de hormigón, lo cierto es que está colocada a modo de protección del puente y para evitar su colapso.




Durante la época nazarí Las Salinas de la Malahá desempeñaron un importante papel en la vida económica del reino. Previamente y tal como hemos comentado el comercio del garum en época romana fue de vital importancia, el garum era un condimento de origen hispano, se realizaba introduciendo en una vasija, plantas aromáticas, trozos o vísceras de pescado y sal, así sucesivamente, se dejaba secar durante 7 días y luego se removía por otros 20 días.


Las Salinas de la Malahá producían dos tipos de sal, la blanca de mayor calidad y finura, y la prieta, de color algo más parduzco, más granulada y de peor calidad.

Ubicación de otra Noria de Sangre. Pendiente excavación. 


Tras la reconquista las salinas se siguieron explotando, pasaron a manos de miembros de la realeza nazarí por acuerdo de las capitulaciones, pero al ir abandonado Granada en su exilio a Berbería, pasaron a los Reyes Católicos que la cedieron al Monasterio de la Concepción de San Jerónimo, de aquí pasaron a varios alguaciles mudéjares, y así sucesivamente se van cediendo, vendiendo y pasando de manos en manos, aunque la corona de España siempre mantenía su titularidad. El uno de Enero de 1870 se acordó la libre fabricación de sal y con ello el fin del monopolio que hasta entonces había tenido el Estado. Ya Madoz en su célebre diccionario las menciona en manos privadas.

Restos de Necrópolis. 


La Sal tuvo una gran importancia durante muchos siglos, pues también era usada como moneda de cambio, al tener un elevado valor de mercado.


Cabe como curiosidad decir que en la Provincia de Granada tan sólo hay tres Salinas, las de Fuente Camacho, las de Montejícar y estas de La Malahá. Es mencionable igualmente la gran cantidad de cañadas que atraviesan el Temple y La Malahá, pues al paso del ganado estos tomaban sales necesarias en su dieta, de hecho no es extraño ver a las cabras montesas chupando la sal de las carreteras tras el deshielo.



Hoy en día ahí siguen las Salinas, cuando están en plena explotación, y se ven las altas montañas de sal, se produce un espectáculo impresionante digno de ser fotografiado. En principio no son visitables, pero muy a menudo se organizan excursiones o visitas culturales organizados por el Exmo. Ayuntamiento de La Malahá u otras instituciones. Un lugar que merece la pena visitar, y un lugar que aún nos depara muchas sorpresas en cuanto se vayan librando cantidades económicas para poder acometer las excavaciones necesarias para sacar a relucir su valioso legado arqueológico.

Puente Medieval. 


Desde estas pequeñas líneas mi más sincero agradecimiento a Conchi López, por la excelente visita que nos hizo, y a Francisco Moreno concejal del Exmo. Ayuntamiento de La Malahá por su compañía y enseñanzas sobre fauna y flora de La Malahá.


Río Salado. 



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