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sábado, 29 de diciembre de 2018

La Cartuja de Granada. Iglesia de la Cartuja de Nuestra Señora de la Asunción.

Interior de la Iglesia. 



En esta entrada nos vamos a acercar a uno de los lugares más bonitos de Granada, la Cartuja de Granada, un lugar al que desgraciadamente el granadino no suele venir, ni visitar, pero que sí entra dentro de los circuitos turísticos, y de hecho durante muchos años, era el segundo lugar más visitado después de la Alhambra, es más fue de los primeros monumentos de Granada que tuvo que poner un horario de visitas, ante la avalancha de peticiones para ver el Monasterio.

Cartuja de Granada. 


La historia de nuestra Cartuja empieza con el Gran Capitán, dice la leyenda que desde este lugar vio por primera vez las torres y murallas de Granada y que se prometió que en este mismo sitio levantaría un lugar que sirviera como Mausoleo para su cuerpo el día que muriera. Entró en contacto con el padre Juan de Padilla de la Cartuja de las Cuevas de Sevilla y llegó a un acuerdo.

El día 9 de Diciembre de 1513 se realizó la donación de unos terrenos en lo alto del Pago de Aynadamar, en el año 1514 se adquirieron nuevos terrenos para la realización del proyecto, sin embargo en el año 1515 quedó de manifiesto la dificultad de ejecutar las obras, debido a la orografía del terreno, al haberse ubicado en lo más alto del lugar, los monjes decidieron trasladar la ubicación a una zona más baja y asequible, esto enfureció al Gran Capitán, y se rompió el acuerdo, los cartujos se vieron obligados a obtener nuevas licencias, y a comprar nuevas tierras poco a poco y a lo largo del siglo XVI, la Cartuja fue adoptando forma, y se fueron construyendo las diferentes partes Iglesia, Claustro grande, claustro pequeño o claustrillo, las celdas..etc.

En el año 1545 la Cartuja de Granada se incorporó a la Orden, y el Padre Rodrigo de Valdepeñas se convirtió en el primer prior. En el año 1552 las obras estaban prácticamente acabadas, el lego Fray Alonso de Ledesma fue uno de los grandes artífices del Monasterio siguiendo los esquemas del de Grenoble. Si bien no queda clara la autoría del proyecto inicial de la Cartuja, todo apunta a Alonso de Covarrubias si comparamos la Iglesia de Chinchón atribuida a él, con la nuestra.

Lo primero que hizo Fray Alonso de Ledesma fue el capítulo de Legos, que sirvió de primera Iglesia del Monasterio durante mucho tiempo, luego realizó el refectorio y el Capítulo de Monjes, tras ello las diferentes capillas que hay en el claustrillo y la sala de Profundis. Fray Alonso hizo asimismo la traza del Gran Claustro (hoy desaparecido), que se empezó a construir en 1571.

Mapa de la Cartuja. 


En el siglo XVII se empezó con la construcción de la actual Iglesia, sin bien en principio iba con cuatro torres, al final sólo se levantó una terminada en 1642. Ya en el siglo XVIII Hurtado Izquierdo proyecta la obra del Sagrario.

Desgraciadamente en el siglo XIX con la invasión francesa, y la desamortización la historia de la Cartuja es una historia de desolación, los franceses se llevaron una rica urna de plata y cristal del Sancta Sanctorum, la Cartuja pasó a manos privadas y muchos de sus cuadros desaparecieron, el gran claustro junto con las celdas fue derribado. Hoy en día nos queda la Iglesia y el claustrillo con todas sus salas y capillas, en el Realejo en un carmen particular se pueden observar los restos del claustro de la casa del prior y del gran claustro no ha quedado absolutamente nada.



La entrada al Monasterio de la Cartuja se hace a través de una portada del siglo XVI, de estilo plateresco realizada por Juan García de Pradas, es un arco de medio punto con una pequeña hornacina que alberga una talla de la Virgen. Al traspasarla nos adentramos en un espacio abierto, en el que destaca al fondo la portada de la Cartuja con una gran escalinata en primer plano del siglo XVII y obra de Cristóbal de Chochez, aunque lo más destacable es el paño de empedrado granadino que hay a los pies de la escalinata, destaca el escudo central de Carlos IV, con la fecha de 1679 y los que hay a los lados con escenas de caza.

Portada de entrada. 


Una vez superada la escalinata en la que encontramos decorativamente hablando bolas rematadas en pirámides, llegamos a una gran terraza y la portada de la Iglesia realizada en 1794 por Joaquín Hermoso, y en la que destaca una hermosa escultura de San Bruno realizada en Mármol por Pedro Hermoso.

Escalinatas. 

Escultura de San Bruno en Mármol. 


Junto a la portada encontramos una pequeña puerta que nos lleva al Claustrillo, allí mismo está la taquilla y venta de tickets para visitar la Cartuja. El Claustrillo estuvo durante muchos años tapiado, y en sus arcadas se disponían los grandes lienzos de los dos grandes pintores vinculados a esta Cartuja, Juan Sánchez Cotán y Vicente Carducho.

Claustrillo

Claustrillo. 


En un primer momento vamos a encontrar esa serie de pequeñas capillas que hemos comentado anteriormente que había en el claustrillo, como es la capilla de San Idelfonso.

Interior de Capilla. 


Siguiendo nuestro recorrido llegamos a la Sala Capitular, en ella hay todo un ciclo pictórico de uno de los grandes artistas vinculados a esta Cartuja como es Vicente Carducho, pintor contratado en los últimos años de vida de Juan Sánchez Cotán.

Sala Capitular. 


Encontramos varias obras entre ellas podemos destacar a modo de ejemplo:

“La persecución de los Cartujos de Praga”. Los husitas saquearon la Cartuja de Praga en 1419, sus once monjes se salvaron de la quema gracias a la intervención divina.

Persecución cartujos Praga. 


“Martirio del Padre Andrés”. Cuadro que muestra el martirio del prior de la Cartuja de Seiz atacada por los turcos.

Martirio Padre San Andrés. 


Asimismo encontramos dos bellas esculturas, un Ecce-Homo de barro cocido policromado obra de los Hermanos Miguel y Gerónimo García y una Virgen del Rosario de José Risueño.

Ecce-Homo


La siguiente sala que vamos a visitar dentro del Claustrillo es la Sala de Legos, antigua y primitiva Iglesia de la Cartuja.

Sala de Legos. 


Entre las obras aquí presentes encontramos “Peregrino bebiendo de la Fuente que mana de la Tumba de San Bruno”. Cuenta la leyenda que de la fuente de San Bruno brotaba una fuente que sanaba a cuantos enfermos bebían de su agua.

Peregrino bebiendo agua de la Tumba de San Bruno


“A San Hugo de Lincoln se le aparece un coro de Ángeles” . San Hugo fue el fundador de la primera Cartuja de Inglaterra, se le ofreció el puesto de obispado de Lincoln, puesto que tan sólo aceptó cuando recibió un mensaje de Dios a través de un coro de ángeles.

"Coro de Angeles"


Igualmente en esta sala encontramos una pequeña escultura atribuida a José de Mora.

San Bruno. 


La siguiente sala que podemos ver en nuestro recorrido es la Sala de Profundis, antesala del Refectorio, también conocida como Sala de San Pedro y San Pablo, por el gran lienzo de Fray Juan Sánchez Cotán en ella presente y en el que resalta el trampantojo realizado por él, es decir con pintura simulamos un gran retablo de piedra con tan realidad que engañamos al ojo.

San Pedro y San Pablo. 


En esta sala encontramos los primeros cuadros de Fray Juan Sánchez Cotán uno lego de la Cartuja y que dejó una de la serie pictórica más importante del Monasterio y de la ciudad de Granada.

San Hugo señala a San Bruno lugar de primera cartuja. 

Paño de Verónica. 



“San Hugo señalando a San Bruno y sus discípulos el lugar de la primera cartuja”, “Paño de verónica sostenida por dos Ángeles”, “Crucificado”, “San Hugo de Grenoble y San Hugo de Lincoln” son algunas de las obras aquí expuestas.

Crucificado. Sánchez Cotán. 

San Hugo Grenoble y San Hugo Lincoln. Sanchez Cotán


Por último y como última sala del Claustrillo antes de pasar a la Iglesia está el Refectorio, el lugar donde comían los monjes, destaca su crucería de estilo Gótico y especialmente todo el conjunto pictórico de obras de Fray Juan Sánchez Cotán, destacan en este conjunto de obras la prisión y martirios sufridos por los Cartujos en Inglaterra en época de Enrique VIII, así como la obra realizada en 1648 “Santa Cena” o la “Resurrección de Diocres” entre otras. Destacamos también en este espacio la cruz que preside el espacio que si bien desde lejos, parece una sencilla cruz de madera, cuando estamos a sus pies nos percatamos que es una ilusión pues pintada está en la pared, siendo un trampantojo más de esta bella Cartuja.

Refectorio



A partir de este momento entramos en el lugar más majestuoso del Monasterio, la Iglesia con su sacristía obra culmen del Barroco en España, y un lugar realmente impresionante a la vista.

Coro de Legos. Iglesia. 


Entramos por el coro de los legos, era el lugar reservado para que los legos escucharan misa, mientras que más cerca del altar y separados por unas bellas y ricas puertas de taracea decoradas con nácar, marfil, plata y maderas nobles realizadas por el lego fray José Manuel Vázquez estaba el coro de monjes.
La mencionada puerta, tiene una pequeña hornacina con una imagen en barro de un Nazareno obra de Alonso de Mena.

Detalle de Taracea. 

Hornacina con obra de Alonso de Mena


La Iglesia en su conjunto está realizada por el cantero Cristóbal de Vilchez, aunque se desconoce el autor de su bella y rica decoración. La Iglesia se distribuye en tres zonas, zona de fieles, coro de legos y coro de monjes, sin embargo la decoración es lineal y uniforme a lo largo de todo el conjunto con ricos paños decoradas con flores y motivos vegetales.

Coro de Legos. 

Detalle decorativo. 


En el coro de legos, la parte más destacable son sendos lienzos de Sánchez Cotán que representan el Bautismo del Señor y el Descanso de la Sagrada Familia en la Huida a Egipto, ambos lienzos están sobre dos bellos y espectaculares altares realizados con mármol de las canteras de Lanjarón.

Bautismo del Señor

huída a Egipto

Detalle del altar de mármol de Lanjarón. 


En este mismo espacio, se inicia otra serie pictórica de lienzos realizados por Atanasio Bocanegra y que representan escenas de la vida de la Virgen, en el centro el de la Inmaculada y el restos a ambos lados de la Iglesia hasta llegar al Coro de Monjes: Nacimiento, Presentación, Desposorios de la Virgen, Anunciación, Visitación y la Purificación. Hay una serie de esculturas que representan a personajes como Esther o Judith.



Bocanegra. Vida de la Virgen. 


Una parte destacable son las Caratículas, esas pequeñas puertas que hay entre el coro de legos y el de monjes, que se abrían para que los primeros pudieran recibir la comunión.

Caratículas. 


En el Presbiterio el altar mayor con un baldaquino decorado en madera dorada y que alberga la Virgen de la Asunción obra de José de Mora , llama la atención que pese a la separación de espacios, todo el espacio es continuo y hay una bella conexión visual entre ambos coros y el altar mayor gracias a esa bella puerta de taracea antes mencionada. Es obra de Francisco Hurtado Izquierdo y realizado en el año 1710 y se eleva sobre un altar de mármol rojo de Cabra.


Virgen de Jose de Mora. 

En el ábside encontramos imágenes de San Hugo, San Juan Bautista, San Bruno y un cartujo, así como otras obras de Sánchez Cotán como la Oración en el Huerto, la Flagelación, Cristo con la Cruz y la Coronación de Espinas.

San Bruno

San Juan Bautista

Cuadros Cristo con la Cruz y Coronación de Espinas. 


Igualmente encontramos obras de Bocanegra dedicadas a los Apóstoles rodeando el Santo Sepulcro, la Asunción, la Adoración de los Magos y de los Pastores.

A la izquierda hay un pequeño altar dedicado a la Virgen del Rosario, obra de Bocanegra, y que está coronado por una pequeña tablilla con un Ecce-Homo atribuido a la escuela de Morales.

Virgen del Rosario


Y a las espaldas una puerta de cristales que da paso al Sagrario o Sancta Sanctórum lugar que se puede apreciar desde el fondo del templo. Se construyó entre los años 1704 y 1720 y fue decorado por Francisco Hurtado Izquierdo, utilizando una rica combinación de mármoles rojos y negros de tierras cordobesas. Dobles columnas corintias, en cada uno de los ángulos soportan la bella cúpula del espacio.

Sagrario

Sagrario de Madera

Mármoles de diversos tipos y colores. 


Las paredes están decoradas con ricos cuadros de Antonio Palomino y representan a David y Abigail y a Moisés circuncidando a sus hijos, también vemos un cuadro más pequeño que representa pasajes de la vida del Rey David.

Pinturas de Antonio Palomino. 


En el arco de entrada de la puerta vemos al Rey David y Melquisedec.




En los intercolumpios descansan niños desnudos realizados por José Risueño, y en los cuatro laterales sobre repisas encontramos estatuas de San José y San Bruno realizadas por José de Mora, María Magdalena obra de Pedro Duque Cornejo y San Juan Bautista de José Risueño.

San Bruno

San Juan Bautista

San José

María Magdalena


De José Risueño son las imágenes de las Virtudes que encontramos recostadas sobre óculos elípticos que nos permiten ver las capillas laterales existentes.



La cúpula pintada por Antonio Palomino y Risueño representa la Custodia dominando el mundo, donde podemos encontrar gran número de figuras y personajes bíblicos a destacar los profetas, Patriarcas, Anacoretas.

Cúpula decorada por Palomino. 


En el centro de la capilla hay un espectacular tabernáculo de ricos mármoles alzado en ocho columnas salomónicas y con cuatro estatuillas realizadas por José Risueño, dentro del templete está el sagrario en maderas, y que sustituye a uno anterior realizado en plata y que fue robado por las tropas francesas durante la ocupación.





A ambos lados sendas capillas una de la Inmaculada y otra de la Magdalena con imágenes atribuidas a Pedro Duque Cornejo.

María Magdalena 

Inmaculada


Por último nos adentramos en la Sacristía, el éxtasis del Barroco en este Monasterio, fue realizada por Luis de Arevalo y Luis Cabello entre 1727 y 1764. Es de grandes dimensiones, con una gran cantidad de luz que nos permite visualizar con detalle la gran cantidad de carga decorativa que hay en sus paredes y techos.

Sacristía de la Cartuja. 


Destacan por encima de todo los muebles con cajones realizados en taracea por Manuel Vázquez que se distribuyen a ambos lados de la Sacristía, igualmente sus puertas y alacenas están realizadas en tan rico y noble material.


Mobiliario y cajoneras de taracea. 


El suelo dibuja una combinación de rombos que le otorgan al espacio una gran profundidad de campo visual.
Los altares son de mármol de Lanjarón , al final de la Sacristía destaca el retablo en el que hay una bella escultura de San Bruno obra de José de Mora y que está coronado por una Inmaculada.



La cúpula es obra de Tomás Ferrer y realizada en el año 1753 y en ella aparecen los Santos Juan Bautista, Bruno y otros fundadores de la orden.



Podemos admirar también junto a la puerta de entrada y en el interior dos cuadros de las Santas Cartujas Roselina y Margarita obra de Francisco Morales, así como otra obra suya que representa a San Bruno presentando al niño Jesús a Santa Roselina.




DATOS DE INTERÉS:

PRECIO: 5 euros. 
HORARIO: Verano de 10 a 20 horas de Lunes a Domingos. 
                     Invierno de Lunes a Viernes, Domingos y Festivos de 10:00 a 18:00. Los Sábados de 10:00 a 13:00 y de 15:00 a 18:00. 
VISITA PARA GRANADINOS: Imprescindible, sin más, hay que ir si o sí. 
VISITA PARA NO GRANADINOS: Imprescindible, es la gran desconocida, y el lugar que más asombra a quien la visita, no hay que perdersela, queda algo lejos del Centro, pero en taxi se llega en un periquete y la carrera si partimos desde el mismo centro no es cara. 
COMO LLEGAR: Podemos llegar en coche y aparcar dentro, no hay problema suele haber siempre plazas libres, pero si estuviera todo ocupado, suele haber en la calle, salvo que no sea fin de semana entonces la cosa se complica por las Universidades. En bus podemos coger el bus Universitario pero sólo de Lunes a Viernes. Si vamos andando lo lógico es desde el Arco de Elvira coger la calle Real de Cartuja y todo recto, llegamos al colegio Cristo de la Yedra y seguimos todo recto hasta que llegamos a la Cartuja. 



Bibliografía:

Iglesias de Granada. César Girón. Editorial Almuzara. 2015
La Cartuja de Granada. Emilio Orozco Diaz. Editorial Everest. 1982
Granada. Guía artística. Antonio Gallego Burín. 1982

lunes, 17 de diciembre de 2018

Leyendas de Granada. El compadre Felipe.

Felipe IV



En una fría noche de invierno del año 1576, en una ciudad vacía, triste y oscura desde que se había expulsado a la masa de población morisca que la habitaba, por aquella que fue una de las principales calles de la ciudad, la calle Elvira, paso obligado para cuantos viajeros provienen del Norte o del Oeste, dos extraños caballeros se adentraban en la ciudad, completamente a oscuras y sin temer a los peligros de la noche.

Arco de Elvira, histórica entrada a la ciudad. 


Era la medianoche, según marcaban las campanas de la Catedral, cuando desde una pequeña casa junto a la Parroquia de San Andrés, nuestros dos personajes escucharon los débiles quejidos de un niño recién nacido, así como los terribles alaridos llenos de sufrimiento del que los emitía.

Campanario de la Iglesia de San Andrés. 


De los dos hombres, el que aparentaba tener mayor autoridad mandó al otro llamar a la puerta, la cual se abrió al tercer golpe asomando un hombre joven, con cara de sufrimiento y pesar.

Al ser preguntado por los dos extraños sobre el motivo de los llantos y gritos de sufrimiento, el joven respondió que era un artesano falto de trabajo en esos momentos, que su joven mujer yacía en la cama aquejada de una grave enfermedad,y que hacía poco había dado luz a un hijo que pese a que tuviera que ser motivo de alegría era causa de desventura.

Al preguntar los extraños por el motivo de la desventura, el joven respondió que por causa de esa falta de medios económicos al no encontrarse trabajando, carecía del dinero suficiente para poder abonar los gastos a la Iglesia del Santo Sacramento del Bautismo.

Al oír estas palabras uno de los caballeros se apresuró a decir que mañana tendría todo lo necesario para sufragar los gastos de la sagrada ceremonia, a cambio de que si aquello aceptara, sería el padrino del niño. El joven artesano aceptó la oferta y quedó entregado en cuerpo y alma a la voluntad del caballero, el cual a continuación sacó un pequeño saquito lleno de monedas de oro que entregó al joven artesano y lo emplazó al día siguiente a la hora fijada para la ceremonia.

A la noche siguiente, la Iglesia de San Andrés se encontraba completamente engalanada, majestuosa con sus lámparas, sus velas y sus imágenes, en una de las capillas la pila bautismal, ricas colgaduras de damasco colgaban y cubrían las paredes, y las campanas de la Iglesia replicaban con energía, escuchándose su sonido por toda la ciudad, acudieron los parroquianos sin saber bien el motivo de tan fastuosa celebración. El cura había recibido oro para organizar tan esplendorosa ceremonia, sin haber recibido muchos más datos.

Interior de la Iglesia de San Andrés actualmente. 


La Iglesia estaba a rebosar cuando el tornero y una anciana mujer atravesaron el umbral de la Iglesia con el niño en brazos, atemorizados pararon ante la imagen que tenían ante sus ojos, pero la misma voz que habían escuchado en la noche anterior les dijo “adelante”. El artesano se dirigió a la capilla, en la que se situó junto al misterioso caballero, que cubría su cara.


El órgano sonó, y empezó la breve ceremonia para bautizar al niño del joven artesano, hasta que llegó la hora de saber el nombre del padrino, y artífice de tan suntuosa ceremonia. El cura extendía el acta hasta que llegó el momento de escribir el nombre. -Felipe respondió-, pero todos impacientes esperaban el apellido como costumbre es, -Felipe- repitió el cura y ante la negativa repreguntó Felipe ¿De que ? - Felipe IV, Rey de España y de sus Indias, - contestó aquél a quien se dirigía, y tirando el embozo descubrió a los ojos de todos los asistentes la faz del hijo del Felipe III.

El cura cayó como fulminado al suelo, y cuando quisieron levantarlo había dado ya su último suspiro, mientras que el joven tornero, no daba crédito a lo que veían sus ojos.

Zona de capillas, pendiente de restauración. 


Esta leyenda se recoge en el libro Tradiciones Granadina, edición del año 1857 del autor José Soler de la Fuente, bajo el título de “El compadre Felipe”, no he hecho una copia literal de la misma, sino que he realizado un pequeño resumen de la historia, tal y como a mí, y pese a tener una edición del libro con la leyenda, me la han contado.

Tradiciones Granadinas. 


En la edición original del año 1857, figura Felipe II como el protagonista de esta tradición, aunque en la versión que yo tengo han cambiado el nombre por el de Felipe IV, alegando que Felipe II nunca vino a Granada.

Felipe II


Es cierto que Felipe IV, vino a Granada, pero fue en el año 1624, respecto a Felipe II, es muy probable que viniera en Mayo de 1539 cuando murió su madre Isabel de Portugal, pero de aquella posible visita no ha quedado ninguna referencia.

Precisamente y debido a la visita de Felipe IV en 1624, la puerta que aún se conservaba a la entrada de la Calle Mesones junto al río Darro, se le llamó Puerta Real, nombre que conserva en nuestros días.

En la edición facsímil que conservo se anota también que el archivo de la parroquia de San Andrés se destruyó por un incendio, pero que entre sus libros figuraba una partida que decía:
“Yo D. F. de T., cura párroco de la parroquial de San Andrés de esta ciudad, bauticé solemnemente a Felipe, Juan, María de la Encarnación Jiménez, hijo etc.. Fue su compadre ...(aquí había un gran borrón, como si la pluma hubiese caído de la mano que la sostenía. )Fue su compadre el Sr. Felipe IV de Austria, Rey de España y de sus Indias.
Esta partida estaba firmada por el beneficiado y no por el cura, al haberse producido la muerte repentina de aquél.

Puerta Real, visible en parte al fondo. 


Aquí termina esta curiosa “tradición granadina”, más bien leyenda, que con estas pequeñas líneas pretendo que no se olvide en antiguos libros, como el que ha llegado a mis manos, y que en este paso a Internet y a las nuevas tecnologías perdure en el recuerdo de los Granadinos.