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lunes, 4 de noviembre de 2019

Leyendas de Granada. La fuente misteriosa. Fuente del Avellano, de la Salud y Agrilla.

Fuente del Avellano. 


Antonio J. Afán de Ribera nos dejó en su obra Tradiciones, leyendas y cuentos granadinos del año 1885, la siguiente historia:

Hace muchísimos años de esto.
Como que Granada era musulmana y se la llamaba la Perla más rica de Bassora, la ciudad de las mil torres y la Sultana de Occidente.
Y como en estos dichos no había exageración. A pesar de ser andaluces, aunque no moros, sus propaladores, resultaba que todos querían habitarla y gozar de la hermosura de su cielo y de sus flores.
Y como las hadas, por más que sean hembras, tienen un gusto exquisito, aconteció que muchas dejaron los jardines de Alejandría y las amenas riberas de la soberbia Stambul, para venir a fijarse en los valles granadinos y tomar posesión de sus pintorescos y bellísimos cármenes.
Nada les costó el viaje, pues como seres impalpables, con sus alas de pintada mariposa y sus velos del mismo azul de los cielos, según afirman sabios autores que las han contemplado en esta forma, por supuesto, entre sueños, tomaron el camino, y con su corte de silfos y algún que otro genio que más valía se quedara por allá, pues se ha incrustado en el de cierta señorita que no nombro por prudencia, se posesionaron del Albaicín, de la Alhambra, del Generalife, de los Alijares y de cuantos sitios hermosos encerraba este nuevo paraíso.
No hubo lugar para todas, pues la hadas abundan, y aunque no comen, y gastan vestidos, cada una quiere tener su casita, bien en el tronco de un espinoso rosal, bien entre las tupidas ramas de los laureles, ó ya, las más calurosas, entre los límpidos cristales de alguna escondida fuente.
A estas últimas pertenecía el hada objeto de nuestra redacción. Cuando no se transformaba en blanca paloma, reflejando en sus plumaje los rayos solares; cuando no se escondía entre las hojas de los claveles figurando un lindísimo insecto, o cuando haciendo de legítima hada no se presentaba como legítima hechicera huri, impalpable, invisible a los ojos de la materia, pero nó a los del alma, colocada, ya en el cáliz de una rosa, ya a la entrada de una amena gruta, causando el eterno penar de los que la contemplaban, que se enamoraban como locos, pues no hay otro remedio para el que ve ó cree haber visto un hada que despepitarse por ella; entonces, decimos, se mostraba en forma corpórea como una bellísima joven algo morena, pero ostentando copiosos rizos negros, unos ojos pardos que hacían más vietimas que algunos pronunciamientos.
Pues bien: en ese valle, que los antiguos llamaron de Valparaíso, que después denominaron de la Salud, por sus puras y aromadas brisas, y donde el Dauro arrastra pepitas de oro, al lado de un accidentado barranco que, descendiendo de los cerros de la Silla del Moro, conducía sus aguas torrenciales a mezclarse con las del río, se descubría en tiempos del desventurado Boabdil una gruta
sombreada de espesas mimbres, y a que daba acceso una torcida vereda que empezaba en lo que hoy se llama puente de las Cornetas.
Cuando los disturbios que tanto precipitaron el funesto término de la dominación árabe en España daban treguas á que el pueblo granadino gozase de un momentáneo sosiego, en las plácidas noches de verano, gustaban algunas doncellas moras bajar del Albaicín, a llenar su cántaro en un pequeño arroyuelo que se escapaba de la gruta, ¿Era una fuente la que brotaba misteriosa en aquél escondido recinto? ¿Eran filtraciones de las grandes acequias que surtían del precioso líquido las casas del placer de los walíes musulmanes ? Nadie trató de profundizar el misterio; Sólo sabían que las aguas eran puras y agradables, y que la bebida producía en las muchachas cierta sensación inexplicable. Así es que la fama del sitio crecía rápidamente, y hasta se hizo punto de reunión para los más constantes amadores. Pero !Cosa extraña! Unas veces el sabor de la corriente era amargo, otras dulce como la más exquisita miel; ya entonaba el pecho inspirando bélicos instintos, ya una languidez inexplicable desfallecía los más valerosos ánimos. Ora el amante motejado por fiel entre sus compañeros, después del sorbo se volvía huraño y burlador de la que antes era dueña de sus pensamientos; y otras, más de una doncella zegrí, dura como la piedra de Macael, pronunciaba el tierno sí, al desdeñado Gazul que la imploraba con el búcaro lleno de agua del extraño nacimiento.
Aquello era un pequeño caos de contradicción y anomalías.
No pasaba jornada sin que vasijas rotas atestiguasen escenas desapacibles entre las jóvenes mahometanas; y muchas veces, restos de negras y suaves trenzas se descubrían entre los espinos, que protestaban no ser suyas aquellas frutas de nueva especie, y lo que es peor, gotas y aun charcos de sangre, mostraban vestigios de mayores desaguisados.
Hubo de intervenir el cadí. Una guardia de robustos negros etiopes tomó posesión de la entrada de la cueva; pero cuando el sueño los rendía, y en la más misteriosas horas de la noche, un genio maléfico, pero en forma de una guapa hembra, se divertía a su costa, y ya aparecían trasquiladas sus lanudas cabezas, ó atados unos con otros en las posturas más ridículas.
Fue necesario acudir a los santones. Trabajo perdido. También los seguidores del zacarrón, sentían la influencia de aquellos lugares; y en vez de predicar el Corán, escandalizaban a los buenos creyentes ensalzando las formas voluptuosas de una sultana morena. Un alfaquí, más atrevido que los demás y confiado en un amuleto traído de la Meca, se atrevió a penetrar en la cueva de donde brotaba el arroyuelo, y aun esperan su vuelta sus discípulos. Unicamente se notó que un formidable buho graznaba melancólico pocas noches después de la tupida copa de un moral.
¿Y cual era la causa? La hada antojadiza y voluble como las de su especie, se divertía en infiltrar en la corriente sus alegrias ó sus pesares. Cuando una lágrima de amor caía de sus dulcísimos ojos, aquello era un venero de felicidad; pero cuando un leve contratiempo la importunaba, cuando un rayo de sol indiscreto penetraba en su alcoba de gasa, entonces su llanto de tristeza lo ponía todo tan amargo, que sus consecuencias eran duelos y desazones en la concurrencia.
Asi es que poco a poco el sitio se fue quedando solitario, y el líquido agridulce dejó de ser receta de los enamorados, que afirmaban que un ser misterioso, pero maléfico era quien hechizaba las corrientes.
Cuando el estandarte de la cruz se ostentó en el Alcazar musulmán, y la fe cristiana extendió su perfume celeste, borrando las creencias del paganismo, hadas, genios y silfos tomaron la sabia determinación de ausentarse, incapaces de resistir el brillo de la enseña de la Redención. Y he aquí que la gruta quedó obstruída y deshabitada, pero las aguas continuaron brotando, y !caso singular! Con el último sabor que las comunicara su moradora. Puras, frescas, claras pero un tanto agrias al paladar, tal vez por la rabieta que le produjera su forzada marcha, o quizás por dejar su nombre como memoria eterna, pues según escribió el anciano morabito, que al parecer llevaba el Registro Civil de aquellas señoras, la turbulenta Hada se denominaba Agrilla.

Esta es la leyenda, las versiones con el tiempo pueden ir cambiando y se han ido adaptando, además el boca a boca, o bien la reinterpretación de los textos, dan lugar a diferentes versiones.

Fuente de la Salud. 



En otras versiones, ese Hada no era ni más ni menos que el espíritu de Aixa, la madre de Boabdil, al parecer cuando estuvo felizmente casada con Muley-Hacen, el hada hacia que el agua saliera dulce, pero sin embargo en los días de tristeza, cuando fue desposada y su esposo se fue con Isabel de Solís, llamada Zoraya, sus celos agriaron su carácter y el hada misteriosa contagió de su amargura al agua de la gruta. Por eso si bien el agua siempre brotó amarga servía para curar muchas enfermedades.

Fuente Agrilla. 


Hoy en día ese lugar existe y es bien conocido por todos, no sólo está la Fuente del Avellano, más famosa por la cofradía que se reunía allí, encabezada por Ángel Ganivet entre otros, sino que si seguimos unos pasos más hacia adelante, encontramos dos pequeños pilares, llamados y conocidos por todos como Fuente de la Salud, y Fuente Agrilla. Hoy ya no tienen agua, pues la Acequia Real, la que suministraba agua a la Alhambra ya está seca y sin curso fluvial de agua, siendo a fecha de hoy una moderna acequia y canalizaciones las que suministran todo el agua que entra en la Alhambra.




Volviendo a la fuente del Avellano, ya Gallego Burín en su guía de Granada, nos comenta que Chateubriand comparó la fuente del Avellano con la fuente de Vaucluse y nos refiere como los árabes la llamaban “fuente de las lágrimas”, tres son las fuentes del camino dice, Avellano, Agrilla y la de la Salud y es costumbre que en los calurosos días de verano las gentes se acercan allí en busca de la frescura y belleza del paraje.

Fuente del Avellano. 


Respecto a la Cofradía del Avellano y tal y como nos relata Nicolás María López “fue, sencillamente, una reunión de amigos. Nunca tuvo domicilio ni reglamento. Su estructura exterior se asemejaba a las Academias helénicas. Los cofrades estaban sentados en semicírculo, alrededor de una bella fuente natural, bajo álamos y avellanos, conversaban en estilo granadino, que sabe combinar la seriedad de los asuntos con el ingenio y la gracia. Se oía a todos y no se decían más tonterías que las precisas para descongestionar un poco el ambiente poético del paisaje. “
“Desde las mesas del café Colón, que era el punto de cita, entrábamos en Plaza Nueva y seguíamos por la Carrera de Darro. En los bancos del Paseo de los Tristes o en el Aljibillo, al pie de la Cuesta de los Muertos, solía hacerse un alto...Llegados a la Fuente del Avellano, y sentados en el amplio murete que la circunda, empezaba la tertulia. Ganivet, llevaba el diapasón e imponía le carácter; los demás daban el tema, hacían objeciones o se reían de los argumentos...Al tomar Ganivet la palabra, todos callábamos. Su voz era dulce y suave, a veces rápida y cortada, a ratos pausada y solemne. Hablaba de países o ciudades lejanas; exponía el asunto de un libro; hacía la crítica de una obra dramática, moderna o clásica; o trazaba, en cuatro rasgos, la semblanza de los grandes escritores.

La cofradía del avellano tuvo su máximo esplendor en el año 1897 y a la muerte de Ganivet se acabó.

Cogemos una cita del mismo Angel Ganivet donde dice:
Alguien aconsejaría a tan aguanoso y desocupado personaje que se encaminara a la Fuente Nueva o a la del Avellano, a cualquier rico venero, para saciar su sed sin entramparse”.

Aunque una de las citas más populares es aquella que dice:

Al pie del Generalife/en las márgenes del Darro/hay una fuente famosa/la fuente del Avellano.

Angel Ganivet. 


No podemos terminar sin dejar constancia de algunas estrofas de Julio Belza y Ruiz de la Fuente relacionas con la Fuente del Avellano.

...¿De quién se ríe la fuente del Avellano cuando se ríe? ¿Qué copla dice la fuente Agrilla cuando nos canta? ¿Por qué la fuente de la Salud llora sus penas?
Risa, canto y lloro manando suavemente desde la entraña misteriosa del monte, en la mansedumbre del atardecer.
Hilillos monocordes, cayendo sobre la pileta humilde, cantan su martinete y los gitanos fronteros tocan palmas y palillos, al río que, valle abajo, pasa bailando fandangos con sus volantes de espuma.
Copla y gritos, “horizonte de ladridos”- como dijo Federico- cornetas y tamborcicos avemarianos, “angelus” del conventillo albaicinero, pilar enloquecido de pájaros vespertinos y de las pausas, haciendo imposibles los silencios; lloro, canción y risa de tres fuentes en un camino...

...Allá abajo, el río imperturbable canta una copla, con el bordón de la presa; la fuente del Avellano pone la melodía, con la prima leve de su caño, y un coro travieso de colorines marca el ritmo de una floresta de sofocos y calofríos mañaneros....

Placa. 


La placa que hoy podemos encontrar en la fuente del Avellano, está realizada en cerámica de la fábrica San Antonio de Granada, con decoración en azul. Se colocó en el año 1940, aunque no se conserva el original y el actual es del año 1991. En ella podemos leer la siguiente cita:

“En recuerdo de Angel Ganivet genial escritor granadino fundador de la Cofradía del Avellano que enalteció en sus obras la belleza de este paisaje”

Por último y si bien merecen una entrada aparte, no podemos dejar de mencionar a los antiguos aguadores de Granada, una imagen muy frecuente hasta mediados del siglo XX, fecha en la que poco a poco fueron desapareciendo propiciados por el funcionamiento del Servicio de Aguas Municipales auspiciada por Gallego Burín. Una imagen pintoresca, con sus burros y vasijas que usaban para la venta ambulante del agua más rica y pura de la ciudad.

Aguadores en el Avellano. 


Si bien el agua en Granada era buena, la falta de limpieza de las viejas conducciones árabes, permitieron la acumulación de detritus y la propagación de enfermedades diversas. Por eso la población consumía el agua que los aguadores recogían de las fuentes, algunas tan nombradas como la del Avellano, de la Teja, del Mono, de la Salud o del Algivillo.



Bibliografia usada:
Tradiciones cuentos y leyendas. Afán de Ribera 1885
Granada, ciudad del Agua. 2001 I.E.S. Padre Manjón.
El Agua de Granada y otros ayeres. 1977 Julio Belza y Ruiz de la Fuente.
Diario de la historia. 2005. Juan Bustos.



sábado, 2 de noviembre de 2019

Esculturas de Granada. Pintor George Owen Wynne Apperley.

Escultura a Apperley. 

En el bajo Albayzín, en la calle La Gloria ubicada en lo que fuera el antiguo barrio de Axares, uno de los mejores barrios para vivir en la Granada musulmana, se encuentra una escultura dedicada al pintor inglés afincado en Granada George Owen Wynne Apperley. Concretamente lo hace en la  un pequeño espacio que se abre al final de esta calle si la subimos desde la Carrera del Darro. 

En el centro  podemos apreciar esa pequeña escultura de no más de 50 centímetros de altura realizada por el artista Mariano Benlliure en el año 1944 y que fue donada por la familia a la ciudad y colocada en este lugar en el año 2007. Concretamente María Contreras y Charles Apperley. 

Escultura al Pintor. 


La escultura representa al pintor de pie con pincel y paleta y fue el colofón a la recuperación de esta placeta gracias a una inversión con fondos europeos. En uno de los muros podemos encontrar una placa que hace alusión a este acontecimiento. 

Placa alusiva a la remodelación de la plaza. 


El conjunto se remata con una pequeña reja que proviene del Carmen de los Mínimos y donada por Antonio Dalmases  y en la parte posterior un pilar, realizado con restos de mampostería del pretil del río Darro, material aportado por José Molina. 

Pilar en la placeta de la Gloria. 


La placa conmemorativa que era de bronce fue robada y tuvo que ser repuesta por el Ayuntamiento de Granada años después. 

Apperley, se afincó en Granada en el año 1917, aquí y en el barrio del Albayzin, vivió en un Carmen que podemos apreciar junto al Mirador de San Nicolás. Aquí conoció a Enriqueta Contreras   que se convirtió en su Compañera y musa.  Su obra tiene gran influencia de Julio Romero de Torres. En esta ciudad ya desde muy temprano empezó a cosechar éxito y premios, en el año 1918 se organizó una exposición con sus trabajos en Madrid que inauguró el rey Alfonso XIII y su esposa Victoria Eugenia. Con Enriqueta tuvo dos hijos Jorge y Enrique, aunque anteriormente estuvo casado con otra mujer Hilda Pope con la que tuvo otros dos hijos Edward y Phyllis. 

Enriqueta de Gitana. Museo Casa Ajsaris. 

"Descendimiento". Museo Casa Ajsaris. 


Tras la proclamación de la II República emigró a Tánger donde se afincó con su familia, terminada la Guerra Civil Española regresó en numerosas ocasiones a Granada, llegando a ser hasta condecorado por Franco con la encomienda de Alfonso X el Sabio. Apperley murió en el año 1960. 


"Pan y Siringe". Museo Casa Ajsaris. 


PRECIO: Gratis. 
HORARIO: No aplicable. 
VISITA PARA GRANADINOS: Todos conocemos la Carrera del Darro y en más de una ocasión la hemos recorrido, pero merece la pena perderse por esas callejuelas que enlazan Carrera del Darro con San Juan de los Reyes, una de ellas se llama Calle la Gloria, pues casi al final y a mano izquierda se abre un espacio oculto a la ciudad y de una belleza singular, donde encontramos esta pequeña escultura. 
VISITA PARA NO GRANADINOS: Merece la pena perderse por las calles del Bajo Albayzín, en busca de rincones como estos. 
UBICACIÓN: Si cogemos la Carrera del Darro sentido hacia el Paseo de los tristes, a la altura de la Iglesia de San Pedro, sube la calle llamada Gloria, poco antes del final se abre la plaza con la escultura en el centro. 






miércoles, 30 de octubre de 2019

Los miradores de Granada.


La Alhambra desde el Albayzín. 

Granada es una de las ciudades más bonitas del mundo, y no lo digo yo, es un hecho y lo avalan los millones de personas que nos visitan al año. Son muchas las cosas que la hacen una ciudad especial, obviamente no sólo ese gran lugar y monumento que es la Alhambra sino el resto de monumentos y patrimonio que hay en la ciudad, unido a sus gentes, sus calles, sus aromas, sus paisajes y su luz entre otros. Es en esta conjunción de paisajes y luz, donde nace un patrimonio inmaterial, único en Granada "SUS MIRADORES". 

Recientemente el área municipal de Turismo del Exmo. Ayuntamiento de Granada, encabezado por Manuel Olivares,  ha presentado un proyecto por el cual van a revitalizar todos los miradores que hay en Granada, se van a señalizar,  a acondicionar e incluso a promocionar determinadas rutas por esos mágicos enclaves. 

Catedral de Granada. 


Desde lugares de Granada, llevamos años visitando todos y cada uno del medio centenar de miradores que en un principio pueden ser parte del proyecto, aunque la lista se podría ir a mucho más, y como no podía ser de otra manera mediante unas humildes líneas y una pequeña selección de fotos, de las miles que tenemos de Granada, vamos a intentar ensalzar su belleza y a animar a falta del que proyecto se haga realidad, a todos los granadinos a que caminen por la ciudad en busca de estos escaparates naturales, y que van más allá, del famoso, típico y abarrotado "Mirador de San Nicolás". 

En la relación de miradores, tan sólo pondremos algunas fotos, para ilustrar brevemente lo que se puede ver, Granada es diferente de día, a la tarde y de noche, diferente en Primavera y en Otoño y diferente en Verano o Invierno, no hay dos días con la misma luz y la misma foto, por lo tanto es imposible reflejar lo que nuestros ojos pueden ver.

MAPA DE MIRADORES DE GRANADA.


QUINTA ALEGRE. 


Empezamos por las afueras del centro, en la Avenida de Cervantes, se encuentra el Palacio de Quinta Alegre, de titularidad municipal, y lugar en el que tiene su sede la OCG, desde sus terrazas vemos unas impresionantes vistas del Realejo Alto, del Barranco del Abogado y de la Alhambra. 


Hotel Alhambra Palace. 

Torres Bermejas. 


CEMENTERIO. 

El Cementerio de Granada, antiguo cementerio de las Barreras además de ser el segundo más antiguo de España es de lo que se encuentra en una mayor altitud, en sus terrenos hubo en tiempo de musulmanes una bella almunia conocida como Palacio de los Alixares, no es una posición aleatoria, pues desde aquí se tenían unas impresionantes vistas de Sierra Nevada. 

Veleta. 

MIRADOR ALIJARES. 


Un mirador muy desconocido aún, hasta para los propios granadinos, se encuentra junto al Hotel Alixares en el entorno de la Alhambra, se accede por unos escalones que suben una pequeña elevación, desde él, vemos principalmente toda la zona sur de Granada. 




CERRO DEL AIRE. 

La apertura de la Ronda Sur, y en especial del nuevo acceso a la Alhambra, generó nuevos espacios desconocidos anteriormente para los granadinos y visitantes, como este pequeño mirador que hay poco antes de llegar al aparcamiento de la Alhambra. Situado enfrente del de los Alijares, sin embargo al estar más escorado hacia la izquierda nos permite ver parte del Centro y Norte de Granada. 

Rodríguez Acosta. 

Catedral de Granada. 

CARMEN DE LOS MARTIRES. 

En el Campo de Ahabul, se sitúa este impresionante Carmen, que en origen fuera ermita y convento de los descalzos, por su ubicación y el gran espacio que ocupa, desde las zonas más altas podemos ver una bonita vista de la Alhambra, mientras que desde sus terrazas más bajas, nos asomamos al Sur de Granada. 

Alhambra desde las zonas altas del Carmen. 


Río Genil a su paso por Granada. 

AUDITORIO MANUEL DE FALLA. 

En línea con el Carmen de los Mártires, el Hotel Alhambra Palace, los Rodríguez Acosta o Torres Bermejas, se encuentra el Auditorio Manuel de Falla, en la zona alta de la Antequeruela, uno de las zonas en las que se divide el barrio del Realejo. 

El Realejo desde el Auditorio. 
Hotel Alhambra Palace desde el Auditorio. 

DAR- AL- AROUSA. 

El Palacio de la Novia es una Almunia que pertenecía a la realeza Nazarí o a algunos de sus familiares y que se encuentra por encima de la Silla del Moro, entre los pinares que suben a la famosa zona del Llano de la perdiz. Desde allí, y si quitáramos los pinos que son una repoblación de los años 30 se controlaría perfectamente todo el conjunto de la Alhambra y gran parte de la ciudad de Granada. 

Vista parcial de la Alhambra entre los pinos. 

LAVADERO PUERTA DEL SOL. 

Poco a poco vamos bajando del Cerro de Sol, y nos adentramos en la ciudad de Granada, estamos en el Realejo, en uno de los lugares más bonitos y mágicos de este barrio, su lavadero, desconocido para muchos, y desgraciadamente asiduo de los amigos de la noche. Desde aquí la puesta de sol con la Catedral de Granada es realmente hermosa. 


Lavadero de la Puerta del Sol 

Atardecer con la Catedral de Granada. 

TORRES BERMEJAS. 

Fortaleza del siglo XI, mucho anterior a la construcción de la Alhambra y que se sitúa en todo lo alto del Realejo, a falta de muy poco para que podamos subir a lo más alto de una de sus tres torres, de momento nos conformamos con la vista que hay de la Torre de la Vela, desde este emplazamiento. 


Torre de la Vela, desde la zona de Torres Bermejas. 

FUNDACION RODRIGUEZ ACOSTA. 

Familia de banqueros, el artífice de este Carmen, creo uno de los edificios más bellos de la ciudad, en blanco, con líneas clásicas y modernas, y enclavado en uno de los mejores miradores de la ciudad, desde sus jardines, podemos ver la ciudad de una forma diferente. 

Granada desde la Fundación.

TORRE DE LA CAUTIVA. 

Entramos en territorio, Alhambra, el monumento a lo largo de su perímetro y como ciudad palatina amurallada, nos ofrece todo un abanico de imágenes de los cuatro puntos cardinales de la ciudad, con especial interés en las vistas del Albayzín. La Torre de la Cautiva es una Torre Palacio, con una zona destinada a vivienda y el resto del recinto con su función militar. 

Generalife desde la Torre de la Cautiva. 

PEINADOR DE LA REINA. 

De las más bellas Torres de la Alhambra, no abierta a la visita en general, aunque sí se incluye en muchas visitas y actividades especiales que se hacen en el recinto. Desde ella, las mejores vistas del Albayzín. 

Barrio del Albayzín. 

Paseo de los Tristes. 

TORRE DE LAS DAMAS. 

Más conocidos por todos como el Partal, es ese palacio que hay junto a la gran alberca en la que hace algunos años, estaban los dos grandes leones que hoy se custodian en el museo de la Alhambra, situada más a la derecha que el Peinador de la Reina. 

Vista parcial del Albayzín, a través de sus ventanas. 

PALACIO DE CARLOS V. 

Es el Palacio Renacentista más importante de España, mandado construir por el Emperador Carlos V, si bien desde su recinto, no se puede acceder a grandes vistas, si es cierto que desde la gran zona y explanada que hay a sus pies, tenemos una de las fotos del Albayzín, más retratadas. 


Atardecer en el Carlos V. 

Fachada del Carlos V. 

JARDIN DE LOS ADARVES. 

En el lateral Sur de la Alcazaba, y sobre lo que era el Adarve de muralla, hoy encontramos un pequeño jardín característico por su dos bellos pilares. Desde ahí las mejores fotos de Torres Bermejas y del Carmen de los Catalanes. 

Carmen de los Catalanes desde el Jardín de los Adarves. 

TORRE DE LA VELA. 

Es la Torre más característica y famosa junto a la de Comares de la Alhambra, su campana durante siglos fue el reloj que marcaba la vida de la ciudad. Desde ella y casi en 360 grados tenemos unas de las mejores vistas de la ciudad. 

Chancillería desde la Torre de la Vela.

Torres Bermejas. 

Hotel Alhambra Palace. 

Plaza Nueva. 

TORRE DEL CUBO. 

Pequeña Torre semicircular, que encierra en su interior la Puerta de la Tahona, es la primera Torre a la que nos subimos en cuanto entramos en la Alcazaba, y la primera que nos ofrece bellas imágenes del Albayzín. 

El Maristán desde la Torre del Cubo. 

Paseo de los Tristes desde el Cubo. 

PATIO DE LA REJA. 

En la visita a los Palacios, cuando dejamos el Patio de los Leones, el recorrido que nos lleva al exterior, nos hace pasear por una doble galería con baranda de madera, para dejarnos en el Patio de la Reja, igualmente seguimos viendo desde aquí las bellas imágenes del Albayzín. 

Vistas desde el Patio de la Reja. 

GENERALIFE. 

Salimos del recinto Palaciego y Alcazaba de la Alhambra para dirigirnos al Generalife, esa Almunia de recreo llena de Jardines y Huertas y que también nos ofrece unas bellas vistas del monumento y de la ciudad. 

Granada desde la zona de Huertas del Generalife. 

El propio Generalife visto desde el inicio de los Jardines. 

PATIO DE LA SULTANA. 

Es uno de los patios más bonitos del Generalife, junto al de la Acequia, desde algunas de sus ventanas, podemos tener una vista del Sacromonte y del Cerro de San Miguel, sí como de San Nicolás, puntos de referencia en la ciudad. 

A través de la ventana. 

Albayzín. 

SILLA DEL MORO. 


Abandonamos el territorio Alhambra, desde la silla del moro, un nombre de leyenda, en una pequeña fortaleza que tenía como misión controlar el tránsito del agua, desde el Río Darro hasta la ciudad de la Alhambra. 

El Salvador desde la Silla del Moro. 

San Miguel Alto. 
Hemos empezado fuera del centro histórico, para trasladarnos a todo lo que es la colina de la Sabika, el Cerro del Sol y el Realejo, ha llegado el momento de ir bajando a la ciudad, para poco a poco emprender la subida del barrio más interesante, típico y bello de Granada el Albayzín, donde se encuentran las mejores postales de la ciudad, afortunado lector si has llegado hasta aquí, pues lo mejor en esta entrada es el postre. 

LA CHURRA. 

Otro de esos miradores que son unos auténticos desconocidos en Granada, situado por encima del Pilar del Toro, en el barrio del mismo nombre, nos ofrece una visión desde un ángulo diferente del Albayzín, con Santa Ana y la Chancillería a nuestros pies. 

Atardecer desde la Churra. Iglesia de San José. 

Atardecer. 

PASEO DE LOS TRISTES. 

Uno de los lugares más frecuentados por todos, paso de cortejos fúnebres que le dejaron el nombre, y hoy lugar imprescindible para adentrarse en el barrio del Albayzín, o contemplar la Alhambra casi en su integridad desde el Darro. 

En el Paseo de los Tristes. Fuente. 

Alhambra desde el Paseo de los Tristes. 

PLAZA NUEVA. 

Punto céntrico en la ciudad, y lugar desde el cual parten numerosas rutas, entre ellas, las que nos llevaran a los diferentes miradores de la ciudad, desde aquí, sutilmente veremos la Torre de la Vela, como esa Proa de la Alhambra. 

Santa Ana. 

PLAZA DE LA VICTORIA. 

Al final de la Carrera del Darro, por encima del Paseo de los Triste, y cogiendo un poco de altura, está el Carmen de la Victoria y la plaza de la Victoria, donde tenemos bellas imágenes de la Alhambra. 

Detalles de la Alhambra desde la Placeta de la Victoria. 

Detalles de la Alhambra desde la Placeta de la Victoria. 

PALACIO DE LOS CORDOBA. 

Un palacio que se encontraba en el centro de Granada, y que desmantelado y que gracias a que todo lo que tenía de interés se guardó, junto a que se conservaron dibujos del mismo, permitió su reconstrucción al inicio de la cuesta del Chapiz, pertenece al Ayuntamiento de Granada, y si situación es privilegiada. 

Alhambra desde los Córdoba. 

Alhambra desde los Córdoba. 

FUENTE DEL AVELLANO. 

Lugar conocido por su fuente, y por la famosa cofradía que aquí se reunía encabezada por Angel Ganivet, nos hemos adentrado río Darro arriba, atrás queda la Alhambra y enfrente tenemos la Abadía del Sacromonte. 

Abadía del Sacromonte desde el Avellano. 

ABADÍA DEL SACROMONTE. 

El hallazgo de unos falsos libros de plomo, dió lugar a la creación de esta magnífica Abadía. Aquí se martirizó cuenta la leyenda a San Cecilio patrón de la ciudad, y desde aquí observamos en la lejanía la ciudad. 

La Alhambra y Granada, desde la Abadía. 

SAN MIGUEL ALTO. 

Si hay una puesta de Sol bonita en Granada y unas vistas espectaculares de la Alhambra, este es el lugar y el sitio, Bill Clinton se equivocó, cuando recordaba haberla visto en el Mirador de San Nicolás, aquí fué donde seguramente estuvo, pero claro con los años, la memoria le jugó una mala pasada. 

Puesta de Sol desde San Miguel. 

La Alhambra desde San Miguel. 

Mi casa desde San Miguel. 

LA CHUMBERA. 

Famosa sala de fiestas que hay en el Sacromonte, y que hoy se dedica más a la celebración de bodas y eventos que a otra cosa, con una situación privilegiada en el camino del Sacromonte. 

La Alhambra desde la Chumbera. 

CERRO DE SAN MIGUEL. 

Si San Miguel Alto, nos ofrece unas grandes posibilidades, aún se puede ir un poco más lejos, y subir por encima de la ermita, justo en el Cerro que tenemos encima, el Cerro de San Miguel, algunas veredas y caminos, nos llevarán a miradores excepcionales. 

Alhambra desde el Cerro de San Miguel. 

Abadía desde el Cerro de San Miguel. 

CRUZ DE RAUDA. 

Y vamos bajando al barrio, hasta un lugar conocido como Cruz de la Rauda, por la Cruz que ahí hay puesta, una de las más curiosas de Granada realizada en arenisca, y Rauda porque aquí estuvo uno de los cementerios musulmanes de la ciudad. 

Detalle del Albayzín. 

El Salvador desde la Cruz de Rauda. 

MIRADOR DE SAN CRISTOBAL. 

Junto a la Iglesia del mismo nombre, y junto a la carretera antigua de Murcia, encontramos este mirador que nos ofrece la mejor visión que se tiene sobre la antigua muralla Zirí de la ciudad. 

Muralla Zirí. 

MIRADOR DE SAN NICOLÁS. 

El mirador más famoso de toda la ciudad, no hay visitante que no vaya y se haga la foto de rigor, desde aquí le hablamos a la Alhambra de tú, la tenemos justo al alcance de la mano y acariciamos sus torres y murallas con las yemas de los dedos, un lugar siempre concurrido de magia, pero que si tenemos la suerte a de visitarlo a primera hora de la mañana o última hora de la noche veremos que es muy especial. 

Alhambra desde el mirador de San Nicolás. 

PLACETA DEL COMINO. 

Pequeña placeta que baja desde las Tomasas al Aljibe del Trillo y que muy pocas personas conocen, desde una cuesta que se adentra en callejuelas y callejones sin salida y sin destino cierto, pero que nos enseñan el verdadero barrio. 


Nocturna de la Alhambra. 

Alcazaba de la Alhambra. 

Torre de Comares. 

MIRADOR DE CARVAJALES. 

Poco a poco vamos nuevamente bajando al bajo Albayzín, y llegamos a otro bello mirador, en esta ocasión la Alhambra la tenemos arriba y le hablamos de usted, una pequeña plaza, con una fuente alargada, y un pilar bajo ella. Otro de los lugares mágicos que tiene la ciudad. 


Alhambra desde Carvajales. 

MONASTERIO DE LA CONCEPCIÓN. 

Desde el Monasterio de la Concepción, junto al Maristán, y algo por encima de la Carrera del Darro, seguimos disfrutando de estas imágenes tan bonitas de la Alhambra. 

Alhambra desde la Concepción. 

CUESTA DE LOS CHINOS. 

La cuesta de los Chinos, separa la Alhambra del Generalife, lo más habitual es subirla con el esfuerzo que cuesta, y lo mejor es bajarla. Si la subimos no olvidemos de vez en cuando parar y girarnos hacia atrás para ver vistas como la de la foto. 

Atardecer sobre el Albayzín. 

ZENETE. 

Parte del Albayzín, que recibe este nombre por sus habitantes, los Zenetes, o Jinetes, desde aquí la mejor vista es la que se nos ofrece de la Catedral de Granada, lugar situado por encima de la Gran Vía. 

Catedral de Granada. 
Ventana en el Zente. 
No son todos los miradores que hay en Granada, pero poco a poco seguiremos ampliando, Granada es una ciudad de subidas y bajadas, de colinas, azoteas y promontorios desde los que obtener bellas vistas de la ciudad y de sus monumentos, así que de momento esto es un hasta luego, si has llegado hasta el final, espero que hayas disfrutado de los lugares y miradores de Granada.