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Inicio del Embovedado del Río Darro junto a la Plaza de Santa Ana. Desde aquí se oyeron los primeros gemidos y lamentos. |
En este apartado de
sucesos ocurridos en Granada a lo largo de su historia, hoy nos vamos
a detener en el verano del año 1935, y vamos a asistir a un episodio
sacado de los míticos programas del Dr. Jiménez del Oso o de cuarto
milenio para aquellos de más corta edad. Me refiere a la aparición
de un Duende en el embovedado del río Darro, no sólo es un hecho
que ocurriera en nuestra ciudad, sino que ya había habido desde el
año 1934 varios avistamientos de este curioso “ente” en otras
ciudades de España, empezando por Zaragoza y pasando por Toledo.
Afortunadamente para nosotros la prensa local de la época, así como
el magazine “Mundo Gráfico”, nos dejaron un ilustrado y
pormenorizado relato de la acaecido en aquellas calurosas noches del
verano granadino.
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Portada del Mundo Gráfico con la noticia. Fuente. Biblioteca Nacional de España. |
El Defensor de Granada
escribía para sus lectores en el martes 23 de Julio de 1935 que:
“ Un clérigo que
habita una casa bajo la silueta conventual, de campanario estrecho y
largo, de la Iglesia de Santa Ana, salió con alarma de sotanas
alzadas, gritando la alarma por un ventanuco de su alcoba.
-¡Un demonio, un
demonio!
Cundió el revuelo en
la calentura de los camastros en aquellas horas. Y de las casas,
estas casas que se asoman al Darro como imágenes eternamente
contemplativas de sus sabores legendarios, salieron con prisa
sintética de vestido unas comadres espantadas:
-Pero padre ¿qué
pasa?
-¡Un demonio, hijas,
un demonio ! Acabo de verlo. Lleva un traje blanco y chilla como un
niño.
¡ Dios
santo!¿Será un alma en pena, padre?
-¡ Un alma en
pena!, ¡un alma en pena!, Dios te salve María, llena eres de
gracia....
El clérigo discurría
sobre un rosario y acalló con un crucifijo los temores que le
alzaron la sotana. Pero las comadres pusieron mecha al pánico, y el
episodio demoníaco corrió por todo el cauce, levantando a todos los
vecinos.
Poco después la
Carrera del Darro se hallaba llena de trasnochadores sin emociones de
juerga, de guitarristas en paro, de choferes nocturnos y de serenos
del distrito. Acudieron los de Asalto. El negro cauce del río se
abrió a la investigatoria de las linternas policiacas.
-Pues no se ve
nada...Una falsa alarma. Nada, Nos vamos...Pero cuando los de asalto
iniciaban el abandono, una voz infantil surgió del cauce,
transformada en un lamento amplio y terrible. Entonces el miedo
apabulló a los curiosos. Y, de repente, los que allí vigilaban las
sombras del río pudieron ver que de una piedra se alzaba algo
parecido a un reptil que llevaba una especie de sábana blanca, que
comenzó a saltar como un gamo y que desapareció entre gritos de
niño caprichoso por una higuera silvestre de las que allí nacen.
Los guardias no
tuvieron tiempo de nada. La aparición del duende puso carne de
gallina a sus espectadores circunstanciales. Se descendió al río.
Nada. Se registró a la luz de las linternas. Nada. Se amenazó al
demonio llorón con abrirle la cabeza a balazos. Nada. Y este
silencio, que penetró en la epidermis de todos con un terror trágico,
se tomó como aviso prudente para dejar al diablo con sus lamentos y
su camina de noche.
¿Será, en efecto un
duende más? ¿Tendrá Granada un auténtico demonio que se baña en
el Darro y que se baña de Madrugada?
-¿Usted cree en esta
aparición del fantasma'-le hemos preguntado a una vecina oronda de
las orillas del Darro.
-Mirosté. No hay más
que un fantasma hoy por hoy. Y este fantasma es el hambre. Por mi
salud que es así.
Pero acaso esta
vecina sea demasiado materialista. Sin embargo esta otra, que
frecuenta los cuentos de Calleja nos ha respondido de este modo
folletinesco.
-¿No le parece a
usted de que esto de que el duende llore hay que pensarlo mucho? A lo
mejor una es muy mal pensá. Pero como hay tantas madres tan malas.
¡Quién sabe si es el alma de un niño enterrado en vida para
ocultar la deshonra de una infame!
Historias así se han
contado muchas después de las veinticuatro horas del suceso
duentístico. Hasta se ha dicho que por el río corre un cocodrilo
traído por algún abisinio desertor.
Leyendo
estas líneas imaginamos que la noche estuvo movidita en la zona baja
del Albayzín y aledaños de Plaza Nueva, no sólo decenas de vecinos
se desvelaron ante el griterío y el follón provocado por el
sacerdote, sino que Guardia Civil y Guardia de asalto tuvieron que
intervenir, con linternas fueron recorriendo cada uno de los
rincones del barrio en busca del origen de tan siniestros gritos sin
que se tuviera éxito en dicha empresa.
También
se pensó que pudiera ser un perro de los que vivían allí, aunque
aquello era más bien gatolandia, un gorila que se había escapado de
una caseta de feria del Corpus granadino, incluso se hablaba de una
figura vestida de blanco parecida a un fantasma.
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Postal del Río Darro. |
El
Duende obviamente dio para mucho, curiosa es la pequeña nota de
prensa, en la que se dice que el duende es buen aficionado a beber
rica y fresca sangría que se exhibe en el almacén de vinos y
comestibles “El Anticuario”, en la Carrera del Darro número 23 y
cuyo dueño D. Germán Fajardo ha montado un negocio de vinos,
refrescos y licores.
Pero
sus apariciones siguieron día tras día, que si un lagarto con
joroba, que si un demonio jiboso, que jorobado, las afirmaciones de
los vecinos de la época y que vivían en las casas más cercanas al
embovedado son de lo más divertido, sacadas de la mejor novela de
Bran Stoker, cuando uno de los vecinos hasta con una estaca de madera
pasa la noche. Hasta un grupo de mozalbetes se han preparado y armado
hasta los dientes para poder atraparlo y encerrarlo en una jaula,
para después llevarlo de feria en feria.
Pero
no sólo el Defensor de Granada dio rienda suelta a la noticia, la
prensa nacional se hizo eco de la noticia, aunque fue el magazine
Mundo Gráfico el que dedicó todo un reportaje con texto de José
Cirré Jiménez y fotos de Torres Molina. Ejemplar que al igual que
el Defensor de Granada u otros diarios podemos encontrar fácilmente
en hemerotecas digitales y de forma gratuita.
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Fotografía de Torres Molina incluida en el reportaje de Mundo Gráfico. Fuente: Biblioteca Nacional de España |
El
duende estuvo varios días más incluso meses en la prensa local y
nacional hasta que poco a poco su historia se fue diluyendo, eran
meses convulsos y España tenía otros problemas que solventar,
finalmente la noticia se convirtió en historia y la historia en
leyenda que he tenido a bien recordar a mis queridos lectores.
Bibliografía
usada:
Curiosidades
granadinas; César Girón 2007
Revista
Alhóndiga nº 25. Marzo-Abril 2021
El
defensor de Granada. 23 de Julio de 1935
Mundo
Gráfico. 31 de Julio de 1935