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domingo, 9 de febrero de 2020

Castillo de la Caba. Aldeire.



Castillo de la Caba. Aldeire. 


El Castillo de la Caba tiene su origen en época califal, más o menos entre los siglos X y XI, aunque los restos de cerámica encontrados en su recinto son principalmente de época Nazarí, no obstante cabe resaltar que su máximo esplendor empieza con los reinos de Taifas y la dinastía Zirí.

Vista parcial del Zenete con el Castillo de la Calahorra. 


Aldeire tiene una posición privilegiada entre las Taifas de Granada y la de Almería, ya se habla que incluso ya hubo una fortaleza en este lugar entre los siglos VIII y IX, tal y como cuenta la leyenda que al final de la entrada contaremos, pero es con los Ziríes y su lucha contra Almería como el Castillo se posiciona como una importante fortaleza. Aldeire era rica en minería con yacimientos de hierro, plomo y cobre, además de poseer cultivos y ganadería.

Restos de Escoria de actividad minera en la zona. 


El Rey Badis dota al Castillo de una guarnición de unos 20 o 25 soldados, los cuales están en el Castillo sin apenas agua ni alimentos, para asegurar su supervivencia, trae un par de familias para abastecer al Castillo, familias que se instalan a los pies de la fortaleza, siendo el origen de la localidad de Aldeire. Estas familias eran las encargadas de subir al castillo agua, alimentos y leña. Cada 15 ó 20 días se producía el cambio de turno en la defensa del Castillo.

Vista parcial del Castillo. 


Con la dinastía Nazarí el castillo siguió su andadura y de hecho es visible esta presencia en la fabricación de muros y torres que siguen técnicas más modernas.

Detalle de Torre. 




El castillo de Aldeire se ubica en el denominado Cerro del Castillo, en la zona Sureste de la población, se accede a través de un sendero que sube por la zona llamada de las Eras, por el gran número de eras que en ella se encuentran. Aunque la forma más fácil y accesible de acceso es dejándose caer desde la carretera del puerto de la Ragua.

Eras de Aldeire


El Castillo se erige sobre una pequeña plataforma con una superficie total de algo más de 3000 metros cuadrados. Tiene forma alargada orientada en sentido Este-Oeste. Prácticamente se conserva todo su entramada exterior con torres y restos de murallas, concretamente hasta 10 torres se pueden observar, entre ellas la más grande con una altura de 8 metros y muros de hasta 90 centímetros de espesor.

Interior del Castillo. 


Junto a esta torre se ubicaría en época musulmana la puerta de acceso al Castillo, el material usado principalmente es mampostería, consistente en grandes lajas de pizarra, al ser el material que predomina en la comarca del Zenete, junto con tapiales de argamasa y cal. Elementos que se van usando a lo largo del tiempo según la dinastía y el momento histórico vivido.

Detalle de Torre junto al posible acceso al Castillo. 


Si hablamos del Siglo XI nos encontramos con tapial de tierra sobre una base de mampostería de lajas, conforme iban avanzando los años, este primer tapial se iba forrando con tapial de cantos o tapial calicastrado tan típico de época Nazarí.

Resto de Torre


En el lado Oeste del recinto quedan trozos discontinuos de muralla de mampostería, y en el lado Sur donde el terreno es muy escarpado los restos de muralla se adaptan al terreno con quiebros y ángulos.

Restos de Torres. 


Dentro del recinto del castillo encontramos los restos de dos aljibes, uno pequeño situado en el extremo Este, junto a la torre más grande con unas medidas de 3,10 x 1,65 metros.

Aljibe pequeño. 


El segundo de mayor proporciones se encuentra en el centro de la fortaleza, está formado por tres naves paralelas, comunicadas entre sí por un pequeño arco de medio punto. Las dimensiones total es de 8,50 x 6,50 metros y está construido con muros de hormigón y bóvedas de cañón. En la nave central tiene dos brocales, uno en su parte superior y otro en la parte frontal.

Interior de Aljibe. 

Interior de Aljibe y comunicación entre naves. 

Interior del Aljibe. 


El Castillo fue abandonado entre los siglo XIII y XIV, al desplazarse la defensa a la denominada Fortaleza de Aldeire y cuyos restos encontramos diseminados por el pueblo de Aldeire, concretamente en la calle de las Torres.

Vista exterior del Aljibe. 


El estado en general de la fortaleza es muy malo y se encuentran en un total estado de abandono, se puede acceder a ella en cualquier momento, pues no tiene puertas ni está sujeto a ningún tipo de entrada o control, más bien podemos hablar de ruinas del castillo.

El Castillo desde el Puerto de la Ragua. 


LEYENDA:

Extraída del diario GranadaHoy en su edición de fecha 5 de Noviembre del 2016

Cuenta la leyenda que el gobernador visigodo de Septem (la actual Ceuta), el noble Olian, envío a su hija doña Florinda, a la que luego apodarían los árabes 'La Caba', a la corte de Toledo para que fuera educada. Otras versiones señalan que fue el rey Don Rodrigo quien alejó al padre a territorio fronterizo.
Este último rey visigodo estaba enfermo de sarna, y eligió a la bella Florinda entre su real corte con el fin de que ejerciera de enfermera y limpiase sus heridas con un alfiler de oro. La muchacha, con delicadas manos, hacía su trabajo con tal finura que pronto las heridas producidas por el infeccioso ácaro mejoraron notablemente. Su figura no pasó inadvertida para el monarca, a quien la joven, además, le despertó los más bajos instintos, ideando un plan para vencer su posible resistencia.
Don Rodrigo preparó un viaje de inspección por las tierras del Sur con el pretexto de comprobar que las defensas del reino estaban seguras. Salió de Toledo con destino a Sevilla, pero antes de dirigirse a la capital andaluza pensó en el castillo cercano a Acci (Guadix) para dar rienda suelta a sus lujuriosas intenciones. Se desvió de su camino y ordenó al capitán de su escolta que acompañara a Florinda hasta el castillo, con la excusa de que era la única que sabía aliviar los terribles picores sarnosos. A pesar de las objeciones de la bella, finalmente tuvo que ceder ante la amenaza de devolverla con su padre a Ceuta.
De nada sirvieron los llantos y súplicas de Florinda ante el ataque de Don Rodrigo que pudo consumar su plan y que destrozó la honra de la joven, dejándola recluida en el castillo mientras continuaba su campaña como nuevo rey.
La joven consiguió contar lo sucedido a su padre a través de un comerciante de sedas que pasó por la localidad con destino al norte de África. No tardó el padre en rescatar a su hija del castillo de Aldeire ayudado por algunos herederos del antiguo caudillo visigodo Witiza, desterrados por don Rodrigo. Don Julián juró venganza eterna y a fe que lo cumplió si se hace caso a la leyenda de su traición.
La leyenda incluye un soborno al soldado que la custodiaba con la promesa de entregarle un fabuloso tesoro cuando fuera liberada. Cierto es que la joven cumplió su promesa con el soldado entregándole un fabuloso tesoro, aunque este poco pudo disfrutarlo pues después de enterrarlo cerca de un joven castaño a la ribera del río Benéjar para que nadie supiera de él, perdió la cabeza y se olvidó donde lo guardó, algo en lo que, según las malas lenguas, tuvo mucho que ver el agua del lugar.

Don Rodrigo. 


Plataforma sobre la que se asienta el castillo. 


DATOS DE INTERÉS:
PRECIO: No aplicable. 
HORARIO: No aplicable. 
VISITA PARA GRANADINOS: Aldeire y toda la comarca del Zenete ofrece muchísimas posibilidades tanto de turismo, con de senderos y paseos en familia. Recomendamos acercarse y subir al castillo, excursión que se puede complementar con la Rosandrá, especialmente en Otoño con los Castaños en su máximo esplendor. 
COMO LLEGAR. En la misma entrada del pueblo, veremos unos carteles indicativos del camino que sube al castillo, la otra opción es subir el puerto de la ragua y dejarse caer. La única forma de llegar es andando. 


1 comentario:

  1. Mi más sincero y fuerte abrazo. Cuando me cierren a mi, nos tomamos unas cañas. He vivido 25 años en la moqueta de los bancos y se de que va esto, rentabilidad que en este caso es circulación de contenidos y publicidad que produce. No le busques otra excusa. Diviértete y disfruta con tu Javielillo y con Conchi y date un respiro, ojalá yo pudiera, pero a mi me ha pillado en mitad de la subida al Veleta.

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