Visitamos en esta ocasión uno de los lavaderos más bonitos que vamos a encontrar en el Valle de Lecrín, el lavadero de Melegís. Hasta hace no muchos años en muchos pueblos aún no existía una red de aguas públicas, y todo el agua que se usaba en el pueblo para los usos y costumbres habituales se recogían de fuentes, tanto para beber, lavar o ducharse.
Uno de los lugares más usados y en especial por las mujeres, eran los lavaderos públicos, dónde se acudía a lavar la ropa. En el caso de Melegís estuvo funcionando hasta 1974, año en el que se acabó la cometida de la red de aguas públicas, lo que supuso toda una revolución y la llegada de lavadoras que dejaron estos lugares en el olvido.
El Lavadero de Melegís está muy bien conservado, y es todo un elemento etnológico de referencia. Se trata de un pequeño cobertizo, levantado siguiendo la arquitectura granadina popular, que bien no pudiera ser el original, en piedra y con una techumbre con maderas de álamo que han sido tratadas para que no les ataque la polilla.
La parte propiamente dicha de las pilas, se eleva hasta la cintura lo que hace mucho más fácil la tarea del lavado, enjabonado y enjuague de las prendas.
Dentro del Lavadero y en la pared frontal, hay una imagen del Cristo del Paño, de la misma manera todo el conjunto está ricamente decorado con platos y macetas en uno de los rincones más bonitos del pueblo de Melegís.
El agua de este lavadero proviene de la histórica acequia de Los Arcos cuyo origen puede remontarse a época de los romanos, y brota a través de tres hermosos caños. Junto al lavadero encontramos una fuente.
Merece la pena en nuestra visita al Valle del Lecrín y en concreto al pueblecito de Melegís, darse un paseo por sus bonitas calles y acercarse a este recuerdo de otra época.
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