Portada del diario Ideal del día 5 de Diciembre de 1934 |
Aunque
parezca mentira en el año 1934 tuvo lugar en Granada un atraco digno
de llevarse a una gran película, al más puro estilo de los años
dorados de Hollywood, a través de estas líneas vamos a desgranar
qué ocurrió en aquel frío mes de Diciembre del año 1934.
En el año
1934 un grupo de malhechores planearon en Granada todo un robo a gran
escala. El objetivo era la joyería la Purísima situada en los
números 19 y 21 de la calle Reyes Católicos y que por aquellos
años, estaba regentada por los hermanos Manuel y José López
Fernández-Secano, curiosos hermanos a los que se les apodaba “el
tranvía y la jardinera”, pues cuando cerraban el negocio volvía a
casa una detrás del otro separados por unos metros.
Publicidad joyería La Purísima |
La banda
estaba capitaneada por un pistolero malagueño que vestía de forma
elegante, se alojaba en los mejores hoteles de la ciudad y conducía
un coche Buick de 1932, quizás y por analogía nos recuerda a
personajes modernos de series y películas dónde los malos de las
películas son amantes del buen gusto y del lujo. Se hacía acompañar
entre otros por dos criminales granadinos.
Todo un lujo de coche en aquellos años. |
Lo que nunca
pudo imaginar que se cruzaría en su camino el inspector general de
policía Vicente Santiago que por un chivatazo en la Oficina de
Información y enlace de la Dirección General de Seguridad tuvo
conocimiento del plan y se desplazó a la ciudad de Granada junto con
el sargento Izquierdo Portocarrero un 23 de Noviembre del año 1934.
Según el
diario el Defensor de Granada, fue el guardia de seguridad de la
joyería quién observó un pequeño agujero en el sótano de la
joyería que daba con el túnel efectuado y el que interpuso la
denuncia en comisaría ante el sargento Izquierdo.
La
investigación dio pronto sus frutos y esa misma noche con grandes
linternas accedieron al interior del embovedado por el puente de
Castañeda, en el interior ya se observó en un primer momento
huellas de hasta tres intentos de perforación en diferentes lugares
hasta que al final se dió con el gran butrón que habían
realizado los ladrones, se accedía desde el colector de
alcantarillado de la calle Príncipe y llegaba al sótano de la
misma Joyería. Además se encontraron huellas por el cauce arenoso
del río e indicios de intentos de robo en otras joyerías y hasta en
el mismo Banco Español de Crédito.
Cabe
resaltar para aquellos que no son granadinos, que la calle Reyes
Católicos está construida sobre el embovedado del Río Darro que la
atraviesa bajo ella, si bien no está permitida la entrada el
embovedado es transitable desde Plaza Nueva hasta la desembocadura
del Río Darro en el Genil junto al Puente Romano.
Acceso al embovedado desde Plaza Nueva en la actualidad. |
El túnel
más grande y avanzado era el que llegaba a la joyería la Purísima
tenía una altura de un metro y una anchura de 80 centímetros, una
vez avisados los dueños de la Joyería se pudo comprobar que los
ladrones ya habían conseguido acceder al sótano de la joyería, sin
embargo los ladrones al encontrar una caja fuerte, decidieron
posponer el robo hasta dar con los materiales necesarios y
suficientes para poder reventarla. En esa caja fuerte se guardarían
todas las joyas y alhajas de gran valor. También a través de ese
agujero realizado los ladrones observaron al vigilante del
establecimiento D. Antonio Cobos que de hora en hora hacía ronda por
el establecimiento.
Tras el
hallazgo la Policía montó un dispositivo de vigilancia para coger a
los ladrones “in fraganti”, sin embargo no dio su fruto,
seguramente porque los ladrones de alguna manera sospecharon o se
enteraron de que habían sido cazados.
Una de las muchas aberturas abiertas hoy en día dentro del embovedado del Darro. Foto Mª José Martín. |
Poco a poco
la investigación fue dando sus frutos, uno de los granadinos
integrantes de la banda, estaba ya en prisión por un delito de robo
a mano armada, otro conocido como “el señorito”, huyó y nunca
más se supo de él. El líder el malagueño reseñado al principio
del relato también se hacía acompañar de un Barcelonés y un
Sevillano, la banda fue bautizada con el nombre de “los guapos” e
incluso un periódico local los denominó “los dandis del butrón”.
Poco les faltó para acometer el que hubiera sido el atraco del siglo
en Granada.
Títular en el diario el Defensor de Granada de fecha 5 de Diciembre de 1934 |
Famosa fue
la foto de Torres Molina en el interior del embovedado dónde se
aprecia claramente el túnel efectuado.
BIBLIOGRAFÍA
USADA:
Curiosidades
Granadinas. César Girón 2007.
Diario el
Defensor de Granada de 5 de Diciembre de 1934.
Diario Ideal
de 5 de Diciembre de 1934.
La Calle
Reyes Católicos de Granada. Julio Belza.
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